Los mejores discos NACIONALES del 2015 según MONDOSONORO

Se lo han currado como siempre la gente de Mondosonoro para acabar el año.
A parte de los mejores discos nacionales  y los mejores discos internacionales, se curran listas especializadas por estilos musicales, algo que pocas webs hacen (Hipersonica tambien hace algo parecido).
Aqui os dejamos las mejores obras nacionales del año 2015 según Mondosonoro.

2015: Ganas de cambio

A lo tonto nos hemos pasado el 2015 hablando de Toundra: “Toundra fichan por Century Media”, “Toundra publican su disco más ambicioso”, “Toundra agotan las entradas y anuncian una nueva fecha”, “Toundra de gira por Europa… otra vez”. Así que a la hora de hacer balance del 2015 el número uno de “IV” estaba casi cantado. Es además una banda que hemos visto crecer y que parece no tener límites: hasta donde sabemos sus siguientes pasos apuntan a nuevos y alucinantes retos.

Y si a la hora de rememorar lo que dio de sí la temporada en el apartado internacional señalábamos la relevancia de los discos facturados por mujeres, dentro de nuestras fronteras la tendencia es similar con La Bien Querida, Tulsa, Le Parody, Cora Novoa, Alondra Bentley y Maud The Moth firmando los mejores discos de sus respectivas carreras, y la mediana del clan de los Morente publicando un tardío debut que más bien representa el abrazo fraternal entre la tradición flamenca y un Dream Team del pop de aquí.

2015 también se recordará por la irrupción de El Niño De Elche en el terreno del avantgarde rockista; por la definitiva confirmación de Pablo Und Destruktion y la salvaguarda del rock de guitarras que han llevado a cabo Perro y Disco Las Palmeras!; por el sano relevo generacional que se está dando en el terreno del rap (y eso que Tote sigue siendo un puntal); por los excelentes discos que han firmado “clásicos” como Joan Miquel Oliver, Xoel López, Joaquín Pascual o Francisco Nixon; y por una cosecha sobresaliente y multidireccional en el terreno de la electrónica, donde conviven veteranos en plena forma como Óscar Mulero o Strand y J.A.S.P. como BSN Posse o Cora Novoa que despiertan admiración fuera de nuestras fronteras.

Pero el año también puede leerse en clave de fenómenos masivos como los de Izal o PXXR GVNG. Les echarás de menos en esta lista, aunque el éxito de público de los primeros o la omnipresencia en medios de los reyes del rap reggaetonero posiblemente les haya colocado ya en otra órbita, un lugar en el sol en el que se vive a gusto, lejos de las alegrías y decepciones que provocan las listas de lo mejor del año. Luis J. Menéndez

10.- The Suicide Of Western Culture

“Long Live Death! Down With Intelligence!”

(El Segell)

(ELECTRÓNICA) Buena mierda. El tercer álbum de The Suicide Of Western Culture es mejor -por más bestia, másguerracivilesco, más difícil de elaborar y equilibrado, siempre mirándolo de diestra a siniestra- que todo lo anterior que había publicado, hasta el momento, este suburbial dúo barcelonés, !y a mucha honra! En el templo de la inteligencia, que nunca debe de morir, ellos son ahora los sumos sacerdotes de lo trifásico. Aquí, estos profetas del ruido epicista y perdedor -que persuade, resiste y enerva- han perfeccionado y afinado lo ya escuchado -aguerrido, angustioso y brillante, en todo caso- y con este “Long Live Death! Down With Intelligence!” parecen cerrar una trilogía mayúscula, dejándola en lo más alto.

9.- Disco Las Palmeras!

“Asfixia”

(Sonido Muchacho)

(ROCK) Después de haber levantado un poderoso muro con “Nihil Obstat” (11) y “Ultra” (13), dan ahora un paso al frente y entregan su trabajo más sólido y diverso. Pero es que además consiguen que golpee sin anestesia: a ello contribuye el hecho de que los dos primeros temas (“Tarde y mal” y “Cállate la moca”) muestren una línea más continuista, abundando en los logros de distorsión y contundencia que ya conocíamos; pero es a partir de aquí cuando se produce el gran salto. Los cinco minutazos de la veloz y psicodélica “El final del círculo” constituyen quizá el mejor ejemplo de cómo la banda gallega ha ampliado su campo de batalla, creciendo en espiral y dando paso a una tremenda sucesión de temas en los que las intensas atmósferas de corte shoegazer se mantienen, pero que además incorporan nuevos elementos con los que se acercan al post-punk e incluso dejan asomar un aliento pop que explota especialmente en “Morir o matar”.

8.- Joan Miquel Oliver

“Pegasus”

(Sony)

(POP) Tras la disolución -¿definitiva?- de Antonia Font, Oliver sigue explorando los mismos principios que hicieron de“Bombón mallorquín” una obra redonda, exquisita, pop de orfebrería. De la anécdota a la categoría. Esa forma de escribir que tanto ha inspirado a lo largo y ancho de las Baleares y Catalunya sigue dando frutos en este “Pegasus”: diez canciones cósmicas, ahondando en la memoria generacional con dosis de onirismo e imaginación. Todo ello sumado a unos arreglos y bases más arriesgadas, donde se intuyen cumbia o samba -con la mano amiga de Quimi Portet a la producción-

7.- Tulsa

“La calma chicha”

(Gran Derby)

(POP) Su interesante cambio sonoro se centra en el uso de sintetizadores que abrazan la característica voz de Miren de una forma estupenda. Nadie iba a pensar que un impulso de energía le vendría tan bien a un proyecto como Tulsa. Dinámico, directo, preciso, compacto. A través de nueve temas, Tulsa presenta su nuevo universo y se estrena como trío sobre el escenario. Con su segundo álbum saltaron más a un folk-pop de autor, alejándose del estilo americano que caracterizaba su debut. Ahora, buscan la diferencia, pero siempre ligados a un tono serio que nunca se habían atrevido a romper y que con temas como “Gente común” lo consiguen (incluso nos podemos imaginar a Miren bailando). Eso sí, no todo es felicidad. La chica triste que nos enamoró desde el principio sigue intacta y la capacidad de Miren para tocarnos la fibra se mantiene

6.- BSN Posse

“Forever”

(Slime Recordings)

(ELECTRÓNICA) Malagueños y afiliados al colectivo drum’n’bass Memory Call, Broken Lip y Stay Puft llevan casi un lustro moviéndose entre las sombras underground y la vocación de juguetear con géneros llenos de luz. En eso han demostrado ser casi unos maestros. Cuatro Ep’s, temas desperdigados por aquí y por allí, apariciones destacadas en festivales y ahora, por fin, un primer álbum que encaja en el concepto. Eso es lo que supone “Forever”, la puesta de largo de dos productores de lujo y -como de costumbre- en sello internacional y uno de los discos electrónicos con más clase que se hayan publicado por aquí en los últimos tiempos.

5.- Pablo Und Destruktion

“Vigorexia emocional”

(Marxophone)

(ROCK) En contraposición al “Funeral de Estado” (split junto a Medievo, 2014), oscuro, de tendencia post-punk; este nuevo trabajo parece emprender un camino menos tenebroso, casi costumbrista, aunque igualmente complejo, un universo personal algo claustrofóbico como el que nos muestra en “Califato”, mezclando valientemente psicodelia con gaita asturiana, o en la preciosa intro de guitarra en “Los días nos tragarán” que se funde solemnemente con unos violines agónicos, un tema en el que Pablo demuestra su genialidad compositiva tanto o más que en “A veces la vida es hermosa”, el corte más “luminoso” del álbum a pesar de que todo él sirve para contar un final amoroso mal resuelto.

4.- Perro

“Estudias, navajas”

(Miel De Moscas)

(ROCK) Su mezcla de pop, punk, noise rock, kraut, tropicalismo y lo que les apetece les acerca tanto a Fugazi y Dinosaur Jr. como a Nueva Vulcano o Betunizer. Así que nada de música para masas, sino para pandillas fieles e incondicionales. Aquí no hay Finidis ni Karpins como en “Tiene bacalao, tiene melodía”, pero sí papitos, cuñaos, runners y rencor hacia bancos, eléctricas o juventudes populares. Puede que se eche de menos más luminosidad en las melodías (en aras de mayor potencia y claridad en la percusión, por ejemplo), pero escuchas “Ediciones Reptiliano”, “Nueva Mufasa” o “Jordi Huertano” y se te pasa todo

3.- La Bien Querida

“Premeditación, nocturnidad y alevosía”

(Elefant)

(POP) El lanzamiento de “Alevosía” viene a completar el cuarto álbum de La Bien Querida, cuya primera parte se presentó el pasado mes de octubre; en este medio año hemos tenido tiempo de disfrutar las canciones de “Premeditación” y más tarde también de “Nocturnidad”, entre fenómenos paranormales, carreteras comarcales, ecos de New Order, algunas palmas flamencas, unos cuantos te quiero -y un “no te quiero” repetido de forma insistente que tenía aún más fuerza-, los niños corriendo de forma inquietante en los vídeos de Juanma Carrillo, una despedida sin contemplaciones y la perturbadora sentencia de “Ojalá estuvieras muerto”, un tema con la influencia confesa de Salem que subrayaba la seguridad en una propuesta que a estas alturas poco tiene que ver con el delicado pop de “Romancero” y que, sin embargo, continúa siendo compatible.

2.- Niño de Elche

“Voces del extremo”

(NDE/Telegrama)

(FLAMENCO) Si existe una nueva voz que aporte riesgo al flamenco en su colisión con diversos géneros, no cabe duda de que se trata de Niño de Elche. Alicantino afincado en Sevilla, es un artista que no entiende de límites y que, proyecto a proyecto, ensancha las fronteras de su música como bien demuestra este “Voces del extremo”

1.- Toundra

“IV”

(Superball/Century Media)

(ROCK)  En este álbum no hay pirueta alguna ni cambio de tercio, aunque sí una mayor presencia de atmósferas y una épica que no necesita de grandes fuegos de artificio para alcanzar la intensidad, lo que hace que el equilibrio sea de nuevo un elemento fundamental en su música. En ese contexto, no ha de extrañar tampoco que el mito japonés del kitsune haya sido clave a la hora de estructurar este álbum: el zorro convertido en protector de aldeas y bosques se revela como metáfora de la armonía en la naturaleza, amenazada únicamente por el hombre. Cada instrumento busca su espacio, como ocurre en la inicial “Strelka” -hasta desembocar en un brutal último tramo-, en el ‘tour de force’ de “Qarqom” o en la más sinfónica “Viesca”, dentro de un conjunto en el que el relato tiene esta vez más vocación narrativa que cinematográfica.