Coleccionando vinilos - 20 - GUY BEART - "La Verité" (1968)


Escuchar música en francés, no me digan porqué, pero me toca por dentro.
Me da paz, me pone melancólico y es que la sonoridad de esta lengua es preciosa.
Este es uno de los clásicos de la zona alta de la chanson francesa. No tiene la fama exterior que pudieran tener los clásicos Gainsbourg, Jacques Brel,....pero es uno de los grandes.

Es un disco que escucho muy a menudo, cuando no tengo nada en mente que ponerme, al ir a buscar algo aleatorio, mis dedos se paran muy a menudo en estas 10 canciones que te dejan espacio para pensar a la vez que disfrutas de sus melodías.

Ah, un dato rosa. Guy Beart es el padre de Emmanuelle Beart, la actriz.

Y ahora ya os dejo con los datos técnicos y el listado de canciones.

Sello:
Disques Temporel ‎– GB 00004
Formato:
Vinyl, LP, Album 
País:
Fecha:
Género:
Estilo:

Pistas

A1La Vérité5:02
A2Couleurs3:33
A3Les Collines D'acier2:40
A4Les Enfants Sur La Lune2:55
A5Rotatives3:11
B1Tout Comme Avant
Lyrics By – Hardellet*Music By – Béart*
3:40
B2Étoiles Garde-À-Vous5:22
B3Hôtel-Dieu2:56
B4Le Grand Chambardement3:05
B5Le Voyageur De Rayons3:55

Compañías, etc.

Créditos


Guy Béhart-Hasson, también conocido como Guy Béart (El Cairo, Egipto, 16 de julio de 1930 - Garches, Francia, 16 de septiembre 2015),1 fue un cantautor francés, y padre de la actriz Emmanuelle Béart.
Su padre trabajaba de experto en contabilidad, siendo necesarios desplazamientos frecuentes. Así que Guy Béart creció en diferentes ciudades de Europa y deMéxico. Hizo la mayor parte de sus estudios en el Líbano, entre los 10 y los 17 años, edad a la que marchó a París. Inscrito en la Escuela Nacional de Música, ingresa en la École nationale des ponts et chaussées, donde alcanza el grado de diplomado en ingeniería. Dirigió la construcción de un puente en Maxéville cerca deNancy.
Guy Béart debuta durante los años 1950 en los cabarés parisinos de la Rive gauche, especialmente La Colombe de Michel Valette. Allí canta el Bal chez Temporel,de un texto escrito por André Hardellet: fue uno de sus primeros grandes éxitos. Guy Béart graba en 1966 un álbum de canciones francesas tradicionales, que se titula Vive la rose.
Un cáncer le apartó de los escenarios durante varios años, pero regresa, en 1985, con un título pleno de esperanza, Demain je recommence. En 1994, Guy Béart es distinguido por la Academia francesa que le concede la grande médaille de la chanson française (medalla en rojo) por su obra en general.

Él continuó actuando en diversos lugares de todo el país y en 1999 hizo un contrato de cinco semanas en Bobino en Montparnasse que permitió una exitosa re-lanzamiento de su álbum doble en vivo grabado en el Olympia de París. Desde la década de 2000, él solo hizo escasas apariciones en el escenario, pero muchas de sus canciones, de las cuales Béart escribió más de 300 él mismo, se siguen comprando. Béart falleció de un ataque al corazón a la edad de 85 años en Garches, el 16 de septiembre de 2015.


UN PEQUEÑO HOMENAJE EN FORMA DE TEXTO AL CONOCERSE SU FALLECIMIENTO EN SEPTIEMBRE DE 2015.

“Todo está dicho, pero como nadie escucha, hay que volver a repetirlo”, contestaba con humor Guy Béart cuando se le preguntaba si después de haber escrito más de 300 canciones le quedaba algo por decir. Con su desaparición la canción francesa pierde a uno de sus últimos grandes representantes, protagonista de esa edad de oro forjada por los nombres de Brassens, Brel, Aznavour, Ferré, Gréco, Moustaki, Barbara... que a partir de los años cuarenta proyectaría la canción francesa a todo el mundo en esa convergencia insuperable de canción, lirismo, melodía y expresión.
Nacido en 1930 en El Cairo —su verdadero nombre es Guy Béhar—, realiza una primera carrera profesional como ingeniero civil, que acabará abandonando por la canción. Como otros intérpretes de lachanson, Béart hace sus primeras armas en los años cincuenta en los cabarets de la llamada Rive Gauche, debutando en la Colombe, donde llama la atención del promotor Jacques Canetti, hermano del futuro Nobel de Literatura Elias Canetti, que guía sus primeros pasos profesionales y discográficos. En 1957, en una Francia que vive los desgarros de la guerra de Argelia, Béart consigue su primer gran reconocimiento popular con L’Eau vive de la película del mismo título y para la que escribe la banda sonora. El tema de aire infantil y al mismo tiempo sutil y sensual seduce a la Francia gaullista pasando al cancionero popular.
A finales de los años cincuenta Béart es un autor reconocido, sus canciones triunfan en las voces de artistas como Patachou (Le bal temporel), Zizzi Jeanmaire (Il y a plus d’un an) o Juliette Gréco, que interpreta con éxito Il n’y a plus d’après, una canción que anuncia el fin de una época, el París existencialista de la posguerra del cual forma parte. Si el amor y la melancolía cruzan sus canciones, Béart no rehúye los temas de actualidad como cronista de su tiempo, la descolonización (Chandernagor), la crisis de Suez (Suez), la muerte de las ideologías (Qui suis-je) o la apocalipsis nuclear (Les temps étrangeres). En España, una de sus canciones, Les souliers, conoce una excelente adaptación al catalán a cargo del letrista Delfí Abella siendo popularizada por Joan Manuel Serrat.
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 Con la irrupción de la nueva ola ye-yé, Béart vive un cierto eclipse, como otros cantautores. Como respuesta a una generación que baila el twist, reivindica la pasión del tango como baile de seducción. Mientras pasa la revolución juvenil, Béart sabe aprovecharse de un medio como la televisión, donde crea y presenta Bienvenue, un programa donde se mezclan los géneros musicales y el talk-show, con la única prohibición de cantar en playback. Precisamente será frente a las cámaras donde protagoniza uno de sus momentos más controvertidos. En el programa cultural Apostrophes que dirige Bernard Pivot Béart sostiene una agria polémica con Serge Gainsbourg a propósito de la canción como arte musical. El balance final del match televisivo será a favor de Gainsbourg.
A pesar de los periodos de crisis, Béart continuará contando con el apoyo del público que llena las salas cada vez que reaparece con motivo de la presentación de un nuevo disco. A principios del 2015 realizaba su despedida de los escenarios en la sala Olympia, la misma sala donde había debutado en 1958 haciendo de telonero de la vedette y estrella musical Caterina Valente. Para su despedida, Béart se rodea de amigos y cantantes como Hervé Vilard y Julien Clerc y de su hija, la actriz Emmanuelle Béart, interpretando juntos su canto elegiaco, Il n’y a plus d’après.

Retirado en su casa de Garches, el cantante que había sobrevivido al cáncer, “conozco la muerte, me he cruzado varias veces con ella”, ha muerto este miércoles 16 de septiembre de 2015. Tenía 85 años. Béart había comentado su deseo de convertirse en un “anónimo” del siglo XX. “He dado todo lo que he podido, y ahora mi papel es transformarme en anónimo, me gusta más la gente de las que se recuerda su obra que de la que se recuerda su cara y sus anécdotas”. Sus deseos en parte se ha cumplido, sus canciones seguirán viviendo en el corazón de varias generaciones de franceses.

La vérité - Guy Béart



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