Sonidos de América Latina - VOL 65 - CHAVELA VARGAS "40 grandes canciones" (2002)


Dos veteranos se han merecido un hueco en esta lista ocupada mayormente por sonidos cercanos al pop y al rock. Pero era casi un pecado no incluir leyendas como Eddie Palmieri o la gran CHAVELA VARGAS.
Y además han aparecido por estas páginas de la mano, uno detrás de otro.

No he querido reducirlo a un disco en concreto. Me apetecía recordar a esta artista en su totalidad y que mejor que hacerlo con uno de sus mejores recopilatorios, este que reúne sus 40 GRANDES CANCIONES.

Creo que con repasar su biografía y conseguir que te acuerdes de ella y te escuches este disco (disponible en Spotify) ya me daré por satisfecho.

Ah, y aunque todos diríamos que es mexicana, cierto es que lo es por adopción de un país que se amaron mutuamente, pero Chavela nació en Costa Rica.

Pistas

1-1Adoro
1-2Amanecí En Tus Brazos
1-3Angelitos Negros
1-4Anillo De Compromiso
1-5Arrieros Somos
1-6Cartas Marcadas
1-7Corazón, Corazón
1-8Cuando Vigas Conmigo
1-9¿Dónde Estás Corazón?
1-10Ella
1-11El Cristo De Palacagüina
1-12En El Último Trago
1-13En Un Rincón Del Alma
1-14Flor De Azalea
1-15Gracias A La Vida
1-16Hace Un Año
1-17Juan Charrasqueado
1-18La Enorme Distancia
1-19La Llorona
1-20La Nave Del Olvido
2-1La Noche De Mi Mal
2-2La Zandunga
2-3Lamento Borricano
2-4Las Preguntas A Dios
2-5Los Ejes De Mi Carreta
2-6Luz De Luna
2-7Macorina
2-8Maringa
2-9Negra María
2-10No Soy De Aquí, No Soy De Allá
2-11Noche De Ronda
2-12Nosotros
2-13Piensa En Mí
2-14Que Te Vaya Bonito
2-15Se Me Hizo Fácil
2-16Se Me Olvidó Otra Vez
2-17Sombras
2-18Tata Dios
2-19Toda Una Vida
2-20Volver, Volver


La biografía que adjuntamos en la redactada por Wikipedia:

Isabel Vargas Lizano, conocida artísticamente como Chavela Vargas (San Joaquín de FloresHerediaCosta Rica17 de abril de 1919-CuernavacaMorelosMéxico5 de agosto de 2012),1​ fue una cantante mexicana nacida en Costa Rica. Se la considera una figura principal y peculiar de la música ranchera. Fue distinguida con el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latinoamericana de las Ciencias y Artes de la Grabación en el 2007.2

Biografía

Aunque el nombre de Chavela Vargas se asocia a la música mexicana, ella nació en Costa Rica, en San Joaquín de Flores, Heredia, hija de Francisco Vargas y Herminia Lizano. Fue bautizada en la basílica de Guadalupe tres meses después, el 15 de julio de 1919, con el nombre María Isabel Anita Carmen de Jesús. Tuvo una infancia difícil: sus padres se divorciaron y se desentendieron de ella, dejándola al cuidado de unos tíos, y sufrió poliomielitis. En México, país del que obtuvo la nacionalidad, residió por casi ocho décadas y allí falleció.

Estilo único

Chavela incursionó en la canción ranchera, que tenía un peculiar estilo de interpretar. Una de las vertientes de la canción ranchera, la representada por José Alfredo Jiménez suele ser emotiva. Chavela cantaba este tipo de canciones, pero lo hacía sola, con apenas una guitarra y con su voz, emulando la forma de cantar de un hombre ebrio. Por ello, en ocasiones, bajaba el ritmo de las melodías. De este modo, teñía de más desgarro canciones que otros entendían como pícaras o de humor.
Fue un personaje a contracorriente desde joven: vestía como un hombre, fumaba tabaco, bebía mucho, llevaba pistola y era reconocida por su característico poncho rojo. A los 81 años, en una entrevista para la televisión colombiana en el año 2000, por primera vez expresó abiertamente que era lesbiana.3

Primera etapa

Chavela Vargas se trasladó a México cuando tenía 17 años4​ y posteriormente adoptó la nacionalidad mexicana. A los treinta se hizo cantante profesional, de algún modo, apadrinada por el compositor y cantante José Alfredo Jiménez, de quien era compañera de parrandas. Cuentan que cuando Jiménez falleció, Chavela acudió a su velatorio, y se desplomó cantando y llorando, borracha. Cuando varias personas intentaron apartarla, la viuda de José Alfredo las detuvo: «Déjenla, que está sufriendo tanto como yo».
A finales de los años cincuenta empezó a hacerse conocida en algunos círculos artísticos, en parte gracias a sus actuaciones en AcapulcoGro., meca del turismo internacional. Allí actuaba en la sala Champagne Room del restaurante La Perla. Actuó en la fiesta nupcial de Elizabeth Taylor y Michael Todd, a la que acudieron famosos como CantinflasDebbie Reynolds y su entonces marido Eddie Fisher. En aquella época, Chavela conoció a Ava GardnerRock Hudson y Grace Kelly. Trabó una estrecha amistad con los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo, que la alojaron en su casa. En su larga vida también formó lazos con PicassoPablo NerudaCarlos FuentesCarlos MonsivaisJuan RulfoLópez MichelsenAgustín LaraAlfonso CamínNicolás GuillénJuan Carlos del Valle y Gabriel García Márquez, con quien cenaba una vez al año en cualquier lugar del mundo donde se encontraran.
Su primer álbum fue publicado en 1961.5​ Participó en la serie de televisión mexicana Premier Orfeón, que se inició a rodar en 1964 y en 1967 actuó como Ángela en la película del director mexicano José Bolaños La soldadera.

Alcoholismo y reaparición

Los graves problemas producidos por el alcohol en su vida personal la llevaron a retirarse de una carrera artística de gran éxito a finales de los años setenta, y durante años se sumergió en el anonimato. Gracias a un encuentro casual con el director de cine Pedro Almodóvar, empezó a superar sus problemas con el alcoholismo, y regresó a la escena pública a principios de los años noventa. No volvió a beber en sus últimos veinte años, y se mantuvo fuerte hasta el final. Hacía ejercicio con regularidad, y cumplidos 80 años se lanzó en paracaídas.

En el cine

Chavela debió buena parte de la fama de su segundo periodo de actividad artística a su aparición en varias películas de éxito, bien mediante canciones incluidas en ellas, o como actriz. Werner Herzog la incluyó, interpretando a una nativa, en su película Grito de Piedra (1991). El director español Pedro Almodóvar incluyó canciones interpretadas por ella en varios de sus filmes, como Tacones lejanos (1991); alcanzó un importante éxito con la canción de Agustín Lara "Piensa en Mí" en la voz de Luz Casal. Chavela apareció después en la película de Julie TaymorFrida (2002), cantando una versión del popular son istmeño "La Llorona" y de la canción ranchera de Tomás Méndez "Paloma Negra". También apareció en Babel (2006), la multipremiada película de Alejandro González Iñárritu, cantando "Tú Me Acostumbraste", bolero de Frank Domínguez.

Renacimiento

Fue muy sonada la aparición de Chavela en la Sala Caracol de Madrid, en 1993, donde logró recobrar su fama y la atención, tanto de su público seguidor como de nuevas generaciones de admiradores y de los medios de comunicación, en particular en España. En una ocasión, Rocío Jurado la vio cantar y le gritó: «¡Viva tú!». Gracias a sus actuaciones en España recobró estimación y pudo hacer giras por varios países. Joaquín Sabina y Álvaro Urquijo, en su disco Los Secretos, compusieron en su honor, en 1994, una de sus canciones más conocidas: "Por el bulevar de los sueños rotos".
La relación de Chavela con México fue agridulce. Hasta su edad madura, sus actuaciones en televisión o teatros públicos siempre fueron modestas, siendo por tanto una figura marginal. Su éxito definitivo en España a partir de los años 90, gracias al apoyo de Almodóvar, incluso le permitió actuar en el mítico Teatro Olympia de París. Allí acudieron a verla Almodóvar y la actriz francesa Jeanne Moreau, quien no sabía hablar español, pero le dijo a Almodóvar: «No hace falta que me traduzcas lo que canta, porque la entiendo perfectamente». La "Dama del poncho rojo" pareció haberse reconciliado con su país natal en abril de 1994, cuando ofreció un majestuoso concierto en el Teatro Nacional de San José y luego en un auditorio de la Universidad de Costa Rica, en los que cautivó con sus "Marcorina", "Un mundo raro", "La Llorona" y "Paloma Negra".
A mediados de 2001, ofreció un multitudinario concierto en el Zócalo de la Ciudad de México, al cual asistieron medios de prensa del país y sus seguidores, que la ovacionaron y cantaron con ella las canciones más conocidas de autores mexicanos como: Piensa en MíMacorinaMaría TepoztecaLas CiudadesLa Bien Pagá y Un Mundo Raro, entre muchos otros. En ese mismo año publicó su libro "Y si quieren saber de mi pasado..." que recopilaba relatos autobiográficos de la cantante desde un aspecto más íntimo, y que se convirtió en éxito de ventas.
En 2004, a la edad de 85 años, presentó el disco En Carnegie Hall, luego de haberlo grabado durante una única actuación en tan famoso escenario neoyorquino, repleto de seguidores de todo el mundo que agotaron todos los boletos a las dos semanas de fijarse el concierto.
En 2004 ofreció un concierto en el Luna Park de Argentina, donde el costo de la entrada era un libro que debía ser donado para una biblioteca pública de ese país. En esa ocasión también llenó dicho estadio e interpretó la famosa canción No soy de aquí ni soy de allá de su amigo Facundo Cabral, acompañada por la cantante local La Negra Chagra.
Sus últimos años los vivió en TepoztlánMor., a las faldas del cerro del Tepozteco, con quien decía charlar todas las mañanas.
Desde 2009, en varias entrevistas, declaró que le gustaría morir un domingo y que su funeral fuera un lunes o un martes "para no echarle a perder el fin de semana a nadie".
Durante 2009, con motivo de su 90º aniversario, el Gobierno de la Ciudad de México le rindió un homenaje nombrándola Ciudadana Distinguida. A este evento concurrieron varias personalidades del ámbito artístico, cultural y periodístico, entre los que se cuentan la cantautora Julieta Venegas, la intérprete Eugenia León, el escritor Carlos Monsiváis, la periodista Carmen Aristegui y sus amigos Joaquín Sabina y Pedro Almodóvar.

Concierto de Chavela Vargas en 2006, Madrid (España).
En diciembre de 2009, en coautoría con María Cortina, se presentó el libro Las Verdades de Chavela, que narra, a modo de entrevista, los acontecimientos más trascendentes de la vida de Chavela Vargas. En abril de 2010, a los 91 años de edad, presentó su más reciente material discográfico: Por Mi Culpa. En él incluyó dúos con sus grandes amigos: Eugenia LeónLila DownsJoaquín SabinaLa Negra Chagra y Mario Ávila.
En octubre de 2010 se presentó en el marco de la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de México, donde logró reunir en el Zócalo de la ciudad a miles de personas para el relanzamiento de su libro y disco. Y al día siguiente ofreció un concierto junto con la argentina en el Teatro de la Ciudad "Esperanza Iris".
En abril de 2012, con 93 años de edad, lanzó su disco-libro Luna Grande, donde revivió, a modo de homenaje, relevantes poemas del escritor español Federico García Lorca y repasó algunos de sus éxitos. El disco fue presentado el domingo 15 de abril de 2012 en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, el cual era considerado por la artista el escenario más importante del mundo. En aquella ocasión estuvo acompañada por la mexicana Eugenia León y la española Martirio, además de Laura García Lorca, sobrina del poeta. Esta sería la última actuación ofrecida por la cantante en México, del que se despidió con una peculiar versión de "La Llorona" diciendo: "Y así termina una historia que comenzó de la nada. Dame la mano, llorona, que vengo muy lastimada. Señora, dame la mano, que vengo mucho muy cansada...". Esta fue la segunda y última ocasión que Chavela Vargas se presentó en el Palacio de Bellas Artes, antes sólo lo había hecho en 1995.
En julio de 2012 viajó a España para presentar su último disco en un recital en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Fue su última aparición pública y su última actuación. Dos días después, el 12 de julio, fue hospitalizada en dicha ciudad por un cuadro de fatiga y taquicardia.6​ Se recuperó y emprendió viaje de regreso a México, sabiendo que le quedaba poco tiempo.

Fallecimiento

El 30 de julio de 2012 fue internada en el hospital, con problemas crónicos en corazón, pulmones y riñones, esto tras el viaje a España. No quiso ser intubada, ya que quería tener una muerte natural. Se le preguntó que si se arrepentía de haber hecho ese viaje, a lo que respondió: «Yo sabía perfectamente bien cuáles eran los costos, y claro que valió la pena. Le dije adiós a Federico, les dije adiós a mis amigos y le dije adiós a España. Y ahora vengo a morir a mi país.»
El domingo 5 de agosto de 2012 se dio a conocer su fallecimiento a través de su twitter oficial con la siguiente frase: «Silencio, silencio: las amarguras volverán a ser amargas... se ha ido la gran dama Chavela Vargas».
Los días siguientes se llevaron a cabo homenajes de cuerpo presente en la Ciudad de México. El domingo 5 de agosto su cuerpo fue velado, de manera privada, en una agencia funeraria para ser trasladado el lunes 6 de agosto a la Plaza de Garibaldi donde las cantantes Eugenia León, Tania Libertad y Lila Downs cantaron a la difunta acompañadas por un grupo de mariachis y por seguidores de La Chamana. El martes 7 de agosto se rindió un homenaje de cuerpo presente a Chavela Vargas en el Palacio de Bellas Artes donde también estuvieron presentes las cantantes que eran sus amigas.
Pienso que sí me eternizaré. Pasará el tiempo y hablarán de mí una tarde en Buenos Aires. Cuando un día empiece a llover, les saldrá una lágrima, será una chavelacita muy chiquita.
Chavela Vargas, en 2004, en ocasión de despedirse del público argentino.7

Reconocimientos

Recibió, entre otros, los siguientes reconocimientos:5


"En el último trago"



A raiz del documental sobre Chavela, La Varguardía sacaba este extenso y recomendable reportaje:


UNA MUJER CON EL ALMA HERIDA

Viaje a las entrañas de Chavela Vargas: tristeza, lesbianismo, alcohol...


  • Un interesante documental de Catherine Gund y Daresha Kyi bucea en la compleja vida de la artista cinco años después de su muerte

Chavela Vargas no se llamaba Chavela ni era mexicana. Pero su nombre estará siempre ligado a la historia musical de ese país que la acogió con los brazos abiertos a los 17 años, cuando la necesidad de buscar su propia libertad la empujó a dejar atrás su Costa Rica natal y una familia que nunca le demostró cariño.
“Pregúntame lo que quieras, pero no de dónde vengo sino a dónde voy”, nos dice una septuagenaria Chavela mirando a cámara. Corría el año 1991, la artista había regresado a los escenarios tras doce años en la sombra y las cineastas Catherine Gund y Daresha Kyi creyeron conveniente recopilar ese momento en un documental imprescindible que se presentó con éxito en los festivales de Berlín y Málaga y que aterriza este jueves en Barcelona en la Muestra Internacional de Cine Gay y Lésbico y el viernes en las salas de cine, justo dos meses antes de que se cumplan cinco años de su muerte, el 5 de agosto de 2012.
Chavela es un viaje demoledor a las entrañas de una mujer peculiar, provocadora, contradictoria, fuerte y débil a la vez, necesitada de amor y con unas ganas tremendas de buscar su independencia y echarse a volar para dejar su huella. Una huella donde el dolor y las heridas del alma tienen mucho que decir. Gracias al material inédito que nos ofrece este documental conocemos más sobre su compleja vida, la cara alegre y la amarga que transitaba por sus venas ahogadas en litros de tequila y desesperación.
El 17 de abril de 1919 venía al mundo María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano. A partir de 1942 condensó ese nombre tan largo y poco favorecedor por el de Chavela. Desde los 8 años cantaba en casa y en la escuela. No jugaba con las muñecas como las otras niñas. Era una cría triste y soñadora que provenía de una familia religiosa con demasiados prejuicios.


Sus padres, cuando recibían visitas en casa, la escondían como si fuera un perro rabioso por su extraña forma de comportarse y de vestir. Cuando el matrimonio se separó, la joven Isabel se fue a vivir con sus tíos. Ella sabía que su destino estaba en México, una “tierra de hombres, que me enseñó a ser lo que soy”. Allí le esperaba el arte, ese “ser desconocido”, como apunta la propia protagonista.
Y es que esta película cuenta con sorprendentes declaraciones de Chavela recogidas a través de entrevistas grabadas en diferentes momentos de su vida y de gente que la conoció y la trató, así como actuaciones y fotografías únicas. Personas que la amaron y cuidaron de ella cuando las cosas se torcieron y la artista cayó en el olvido allá por la década de los ochenta.
De pequeña, cuando sus padres recibían visitas en casa, la escondían como si fuera un perro rabioso
Pero antes se hizo un nombre en México. En los años cuarenta empezó tocando en el club más elegante del país. Se puso tacones, se soltó la melena y se maquilló...para acabar tropezándose en el escenario. “Vestida de mujer parecía un travesti”, recuerda. Entonces se enfundó unos pantalones, algo que no era normal en aquellos tiempos, se cortó el pelo, se colocó un poncho y el público enmudeció.
Su presencia y su seriedad eran arrolladoras. Con el compositor y cantante José Alfredo Jiménez formó pareja musical y de correrías. Ella transmitía de verdad sus canciones, canalizaba todo el dolor que había en cada una de las palabras que escribía el mítico creador de música ranchera. Cantaban, se divertían y bebían tequila hasta caer desplomados.


No era Chavela una mujer de lágrima fácil ni dejó que nadie la pisoteara. Todos sabían cuál era su condición sexual, aunque ella jamás lo anunció públicamente hasta que cumplió los 80 años. “Si eres lesbiana, estás marginada”, se sinceraba. Así de hipócrita era la sociedad mexicana; podías ser lo que fuera delante de un micrófono, pero no en la calle.
Actuaba en clubs y cabarets, nunca en grandes teatros. A través de un amigo pintor conoció a Frida Kahlo y presintió que podía amar a esa especie de “golondrina” que no era de este mundo. La pintora se quedó fascinada ante su canto y entablaron una relación que no fue a más por las ansias de libertad de la cantante. “No era de aquí ni de allá, no tenía edad”, nos dice sin titubear.


En los 50 debutó en Acapulco en un local donde iba todo el mundillo de Hollywood. Cantó en la boda de Liz Taylor y Mike Todd y amaneció junto a Ava Gardner, según asegura ella misma a las directoras. Ahí queda la cosa. Y es que Chavela era toda una seductora. “He amado mucho”, confiesa. Cuenta la leyenda que tuvo infinidad de amantes, entre ellas muchas famosas y esposas de políticos e intelectuales que acudían a escucharla. Una de ellas fue la novia del influyente empresario Emilio Azcárraga, que vetó su carrera musical al sentirse ultrajado.
También sufrió mucho y la soledad se convirtió en su compañera más fiel. Lloró la pérdida de José Alfredo y su adicción al alcohol la apartó del público y dejaron de contratarla. Sin dinero y sola cayó en el olvido; bebió sin parar y vivía de la caridad de sus amistades. “El alcoholismo es una dependencia del alma”, se sincera ante las cineastas.

El alcoholismo es una dependencia del alma
CHAVELA VARGAS
En 1988 conoce a Alicia Pérez Duarte, una joven abogada con la que mantuvo una intensa relación amorosa que no acabó nada bien por culpa de su severo alcoholismo. La letrada, que siempre se refiere a Chavela como la Señora, desvela que también sufrió la violencia de la cantante. “El amor no existe, es un invento de noches de borrachera”, dice la intérprete de ‘La llorona’. La artista amaba a la Isabel que llevaba dentro, porque Chavela podía ser “muy cabrona”.
Ya sobria, regresa a Ciudad de México para actuar. Un empresario español la ficha para cantar en la sala Caracol de Madrid y en la capital española escribe la segunda parte de su carrera. Pedro Almodóvar ejerce de padrino y amigo. Su voz le había hecho llorar tantas veces que no se atrevía a conocerla. Pero lo hizo en 1992 y desde entonces fueron íntimos. Ella confeccionó la banda sonora de algunas películas del manchego y él hizo todo lo posible para que actuara con un lleno absoluto en el Olympia de París. También hablan Martirio, Elena Benarroch, Laura García-Lorca y Miguel Bosé, que hace hincapié en la soledad de la artista cuando se arrancaba a cantar.
En España empezó una nueva y fructífera etapa y fue feliz. Por fin actuaba en teatros y pudo regresar a México por todo lo alto para que el público se estremeciera escuchándola en el Palacio de Bellas Artes. Luego vinieron los problemas de salud, la silla de ruedas y las ganas de morirse sobre las tablas. En la Residencia de Estudiantes de Madrid ofreció su última actuación. Aguantó al pie del cañón hasta los 93 años.
Chavela estaba orgullosa de ser mujer y nos dejó una serie de frases redondas que sonaban como sentencias. “Qué bonito y qué privilegio haber nacido mujer” o “Cuando eres verdad, te impones”. Ella se impuso y fue “la más macha entre los machos”, como asegura la cantante mexicana Eugenia León. La dama del poncho rojo cantó para todas las mujeres del mundo con su voz rota y desgarrada. “Me llamo Chavela Vargas. No se les olvide”, repite a un público que no ve y que la observa al otro lado de la pantalla. Imposible olvidar su nombre, así como el espíritu libre y atormentado que derrochó esta leyenda que pedía luz de luna para su noche triste.
Chavela Vargas se sentía orgullosa de ser mujer y cantó para todas ellas con su voz rota y desgarrada

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