midiscodemisemana - EL NUEVO SOUL (Frank Ocean, Miguel y Weeknd)
Esta entrada no está recomendada para nostálgicos del pasado. Esos que dicen a los cuatro vientos aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor". El pasado está ahi y nos sirve para echarlo un vistazo, recordar de donde venimos, pero siempre con un ojo al "hacia donde vamos". Y en la música pasa lo mismo.
El Soul vivió su época dorada hace ya unas décadas, era la época de dos sellos como Motown y Staxx.
Después tuvo su auge el soul blanco, asi como el soul mezclado con otros estilos y con todos congeniaba a la mayoria (funky, rap, rock, blues, pop, electrónica....)
Y la vida continua, y como si se tratase de un círculo parece que volvemos al inicio, al soul clásico, aunque ahora llamado neo soul, con tres artistas que encabezan este renacimiento del Soul
Frank Ocean, Miguel y Weeknd han puesto en boca de todos el Soul y sobre todo han bajado la edad media de oyentes de este sonido, al no renunciar a su acercamiento al Rap, al pop de Prince y a la electrónica más minimalista.
Nuevo pero con aroma añejo, aqui están los tres grandes discos de Soul de 2012.
3 Portadas, 3 críticas extraidas de internet, 3 fotografías y 3 videoclips.
FRANK OCEAN - CHANNEL ORANGE
extraido de rockdelux.es
“Nostalgia, Ultra.” (2011) era magnífico y merecía la edición oficial que nunca llegó, pero “Channel Orange”es, en fin, otra cosa: un trip honesto y crudo, emotivo e inteligente, que confirma a Frank Ocean como rara avis sensible del colectivo Odd Future y voz importante de la música negra actual. Todavía hay dosis de escapismo –escribe, en parte, para crear mundos rosados que no están en este–, pero sobre todo hay preguntas y turbulencia emocional y reflexiones sobre el amor que no te corresponde o que no sabes dar.
La programación del canal naranja, el color del verano del primer amor –con un hombre, como ya habrán leído en los papeles–, empieza más o menos ligero en una“Thinkin Bout You” sobre el sentimiento egoísta de esperar que la persona a la que has dejado siga pensando en ti. El skit “Fertilizer”, estilo jingle de los cincuenta, puede sonar divertido, aunque el anunciante pide que no le trates como eso: fertilizante. En “Sierra Leone” –hermana espiritual del “Diamonds From Sierra Leone” de Kanye West– Ocean compara una relación con esa nación bella y agitada por la guerra. “Sweet Life”se inspira en Marvin Gaye para cantar a la buena vida, pero “Super Rich Kids” alerta justo después sobre el peligro emocional de la vacuidad excesiva. Contradicciones, preguntas, más preguntas.
Todo esto está muy bien, pero es que “Pyramids” es una de las cumbres absolutas de 2012: un single de diez minutos (ahí queda eso, industria) con diversas partes diferenciadas, que aúna el éxtasis de club con el bajón más absoluto (en esa última etapa para hundir la cabeza). Una historia de Cleopatra moderna que Ocean enlaza con el que podría ser su mayor éxito en un futuro:“Lost”, hit trotamundos y dubitativo.
La recta final es cuesta abajo, tan solo en un sentido anímico, claro. Ocean canta sobre el amor no correspondido en “Bad Religion” –busquen el vivo en Jimmy Fallon– y sus problemas con los hombres en“Forrest Gump”, y termina sampleando su propia “Voodoo”, la lluvia y la soledad del hogar en “End”. Este disco es solo el principio de algo salvaje.
MIGUEL - KALEIDOSCOPE DREAM
extraido de jenesaispop.com
Miguel debutó en el mundo discográfico en 2010 con un disco que apenas contenía las intenciones de un músico por desmarcarse del R&B de la época. El álbum no terminó de despuntar ni comercialmente ni en cuanto a su calidad. Ni era el momento preciso, ni la personalidad del artista terminaba de emerger de la manera que él pretendía.
Ese mismo año, otro músico llamado Terius Nash conseguía confirmarse como artista con ‘Love King’, firmado con su seudónimo más famoso, The-Dream, después de haberse convertido en una máquina de hacer éxitos para otras personas. La comparación con The-Dream no es gratuita, pues es donde Miguel encuentra su referente más cercano.
Los años que pasaron desde 2010 hasta este 2012, en el que se publica este ‘Kaleidoscope Dream’, han visto el surgimiento de una nueva ola de artistas de R&B con Frank Ocean y The Weeknd a la cabeza. Es el momento idóneo para Miguel. Pero su disco no suena a ninguno de sus contemporáneos. Igual que Ocean y Abel Tesfaye no tienen nada en común, Miguel es otro planeta aparte en el actual universo del R&B. ‘Kaleidoscope Dream’ se revela como una suerte de compendio de influencias con los dos pies metidos en la discografía de los 80 de Prince -al igual que The-Dream-, pero que toca todo lo que puede o le apetece, sea rock, electrónica, psicodelia o pop, sin olvidar nunca el R&B y el soul clásico, al que su registro vocal lo ata irremediablemente.
‘Kaleidoscope Dream’ es una colección de canciones de amor. No se puede negar que el tema principal del disco es ese. Pero al igual que Frank Ocean, Miguel se aleja de la norma del típico artista de R&B. El estar felizmente casado lo convierte casi en un bicho raro y lo aleja de ese modelo de artista de música negra que hace gala de las mujeres con las que ha estado o quiere estar, que presume de lo rico que es, de las fiestas que frecuenta y de los coche que conduce. Es en este punto donde encuentra su fuerte, en la reinvención de los códigos. Canciones como ‘Do You…’, ‘Use Me’, ‘Adorn’ o ‘Pussy Is Mine’ acaban por ser efectivas canciones de amor que llegan a donde quieren sin tener que recurrir a los caminos habitualmente tan trillados por el grueso de la música actual. El resto del disco está compuesto por imágenes cargadas de referencias con un alto contenido sexual. Desde la descriptivas y explícitas ‘Kaleidoscope Dream’ y ‘Arch & Point’, hasta la más sutil ‘Use Me’ o la reveladora ‘Pussy Is Mine’, que oculta un fondo de tristeza innegable.
En definitiva ‘Kaleidoscope Dream’ es la bienvenida al universo de un artista que podría haber seguido perdido pero que consiguió agarrar con fuerzas las riendas de su carrera. Miguel ha logrado un lenguaje único e inconfundible sin ayudas, sin “featurings” que contaminen su discurso, participando en la composición de todos los temas y en la producción del 90% de los cortes (colaboran Salaam Remi o Alicia Keys pero hay varias pistas realizadas por él solo, como la misma ‘Adorn’). Un disco de los que van creciendo con las escuchas y que tendremos que sumar a la lista de nuevas aportaciones a la música negra de los últimos años.
extraido de playgroundmag.net
“Vosotros seguiréis recibiendo aquello de lo que os enamorasteis, y yo seguiré dándoos lo que me pedís”, aseguraba Abel Tesfaye en una especie de carta a su cohorte de fans a través de su blog. Ni su contrato con una gran casa discográfica ni su despegue como artista van a cambiar la esencia de The Weeknd, según él mismo. “Trilogy” es, básicamente, la primera prueba determinante para conocer hasta qué punto Tesfaye decía la verdad con esa sentida declaración o si, por lo contrario, se trataba de la típica milonga, repetida hasta la saciedad por otros en el pasado, de “el dinero no me va a cambiar ni como persona ni como artista”. El dinero le va a cambiar, eso es tan obvio como que el sol sale por el este. Lo que todos deseamos fuerte es que la irrupción de Universal como intermediaria entre la relación de The Weeknd y sus fans no altere el curso “artístico” de los acontecimientos. Pero, llegados a este punto en la transformación de la industria musical, la propia major es la primera interesada en que la idiosincrasia artística y el universo que han llevado a The Weeknd al éxito quede incólume.
Como decía, “Trilogy” es lo primero que llega a nuestras manos por parte de The Weeknd tras su contrato con Universal, pero poco se puede juzgar en lo musical que no se haya valorado ya. Los cambios introducidos en esta versión oficializada de “House Of Balloons”, “Thursday” y“Echoes Of Silence” son escasos. Tres temas inéditos –uno por cada mixtape, cargándose la armonía masónica de los múltiplos de tres– en los que la esencia The Weeknd se ha respetado al cien por cien. Quizás estas tres canciones fueron concebidas al tiempo que el resto del material y quedaron descartadas por alguna razón. Dudo que fueran razones de calidad, me abruma la idea de que “Twenty Eight”, “Valerie” o “Till Dawn (Here Comes The Sun)” puedan ser descartes. De cualquier manera son tres nuevas dosis de curada producción y tres nuevas muestras desongwriting despampanante. Decía Oliver Sim de The xx sobre la manera de escribir de Sade que lo realmente increíble era el modo en el que localizaba emociones complejas y las servía en forma de conceptos simples, como un ejercicio didáctico de inteligencia emocional. No le hago ascos a ninguna de las tres, pero merece la pena escuchar con atención“Twenty Eight” y ver cómo pasa de poder ser un tema de Toni Braxton circa 1995 a poder ser un tema de Sade circa 2000.
La otra novedad es la aparición de Drake en “The Zone”. Un featuring de altura en tu estreno oficial es de rigor y, pudiendo haber tirado de colaboraciones para hacer más vendible algo que ya se ha regalado antes, Tesfaye se ha comedido con infinita elegancia. Detalles como éste hacen más creíble su misiva a los fans sobre la integridad y bla bla bla. El paso de las tres mixtapes por el estudio para mezclar y masterizar se hará más evidente para aquellos con buen oído y buen equipo; sin embargo, los cambios son prácticamente inapreciables. ¿Más de esa integridad para contentar a lo que el propio Tesfaye llama “hardcore fans”? ¿O realmente no había ninguna necesidad de variar nada? Me creo más la segunda que la primera; pero no descarto que ambas razones fueran de la mano.
El resto de esta trilogía ya lo conocemos, ya lo hemos escuchado y ya lo hemos valorado. Volver a vivir el impacto que causaron los temas de “House Of Balloons”, la relativa bajona de “Thursday” y el éxtasis de “Echoes Of Silence” no va a haber reedición física que te lo devuelva, pero si se ajusta a tu presupuesto hacer el desembolso creo que merece la pena la inversión. El triple CD puede que lo pierdas en una mudanza, que se lo dejes a un cuñado y no lo veas nunca más, que lo pilles para el viaje en coche con fulano y la caja se quede con un hueco vacío, pero mientras The Weeknd no se suba a un escenario en mi ciudad, es la única manera de mostrar mis respetos por tres mixtapes fascinantes, por un concepto artístico innovador, por una pluma y una voz top-notch y por uno de los despegues artísticos más espectaculares de la era internet. Los 160 minutos que cambiaron el juego del R&B.
Comentarios
Publicar un comentario