Sonidos de América Latina - VOL 79 - LA VELA PUERCA "A contraluz" (2004)
A lo mejor soy yo, que mi cabeza tiene algún cortocircuito, pero casi siempre al mencionar a La Vela Puerca suelo equivocarme y digo que son argentinos.
Error!!! quizás justificado pero error. LA VELA PUERCA son uruguayos, con una carrera larga y constante desde finales de los 90.
Mi confusión posiblemente viene porque Argentina casi les ha apadrinado y tienen un éxito monumental a la altura de cualquier banda argentina.
Pero no solo en Uruguay y Argentina se siente predilección por este combo de rock, ska, reggae, funk. Tambien en el resto de Latinoamérica y en Europa donde tiene un buen número de fans.
"A CONTRALUZ" es su disco intimo, de reflexión, social. No deja de haber vientos y ritmos que invitan al baile pero si que hay algunos medios tiempos inexistentes hasta ahora y letras sociales y críticas.
Y continuamos con wikipedia.......Este disco marca un punto de inflexión entre la propuesta de los dos primeros trabajos discográficos de la banda y lo que vendría después; yendo del ambiente más «fiestero» a uno más rockero, e incorporando canciones más reflexivas y oscuras. En Va a escampar, Clarobscuro y El limbo, Teysera muestra su lado más íntimo. En otras canciones como Escobas, Zafar y Haciéndose pasar por la luz se mantiene el espíritu de los dos primeros discos. 2
Lista de canciones[editar]
Integración
Ficha técnica
Las canciones fueron arregladas por La Vela Puerca. Arreglo de cuerdas en «En el limbo» por Alejandro Terán. Arreglo de guitarras en «A lo verde» por Toto Méndez.
Músicos Invitados
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En la web Rolling Stone Argentina no pasaron por alto este "A Contraluz" y así daban cuenta de este disco:
REBELDE Y EXISTENCIAL
Basada en las cavilaciones de su cantante, la potencia del rock uruguayo construye un universo propio y sombrío.
El tercer álbum de La Vela Puerca profundiza el camino de este grupo uruguayo en la creación de su propio universo musical y poético. Pero además de un registro de la evolución grupal, es sobre todo una detallada exposición de las preocupaciones que alimentan la obra de su cantante, Sebastián Teysera, quien en este álbum alcanza su madurez como compositor, hasta convertirse en la fuerza dominante; de los catorce temas, trece son de su autoría. A lo largo de A contraluz , Teysera/La Vela construyen una suerte de obra conceptual de tono algo sombrío, que muestra diferentes estados de ánimo de un personaje que podría ser él mismo, y expone sus altibajos existenciales con un lenguaje que nunca es directo pero sí explícito, que va desde una esperanza de dientes apretados hasta ciertos paisajes de tinieblas casi pesadillescos. Incluso en lo musical, las referencias están cerradas en torno de sí mismos. No hay en este disco esas incursiones por la murga que encontramos en los anteriores, pero sí en el ska de sus orígenes, trasmutado en una música de cuño propio. La única clara alusión a la uruguayez es la milonga que cierra el álbum, "A lo verde"; pero a diferencia de De bichos y flores , en el que hacían una canción de Zitarrosa en clave ska, aquí es un tema propio el que recibe el tratamiento guitarrístico que identificaba a Don Alfredo; está a cargo de Toto Méndez, quien fuera director del Cuarteto Zitarrosa. La producción de Gustavo Santaolalla posee la solidez sin fisuras que lo caracteriza, con masivos arreglos de vientos ("Llenos de magia") y delicadas intervenciones de cuerdas ("En el limbo") que subrayan las melodías. La coproducción, y no por casualidad, corrió por cuenta de Oscar Righi y Pepe Céspedes, de la Bersuit, otro grupo que, al igual que La Vela Puerca en A contraluz , suele ahondar en profundidades filosóficas en medio de una música fiestera construyendo un universo autorreferencial y ferozmente rebelde.
"Va a escampar"
"zafar"
Y una última reseña para terminar con buen sabor de boca, extraída de recis.com.ar
Es evidente que La Vela Puerca cambió a partir de ser producido por Gustavo Santaolalla. Para algunos fue la manera de conocer a la banda y para otros, la arruinó. Lo cierto es que “A contraluz” muestra una realidad, que va desde lo personal a lo social; y es una confirmación del estilo de la banda. En el arte del disco se pueden ver dibujos con reminiscencias a Picasso y a Dalí intercalados con las letras de las canciones que recorre el disco, que demuestran que sin perder sus raíces uruguayas, se puede agregar toques de ska, reggae, rock… Su tercer disco ya es disco de oro, y los llevó a Europa y pronto los traerá a La Argentina, con tres Obras (sí, parece mucho pero dicen que están vendiendo bien). En el 2000 empezaron sus visitas a este país y la semilla está dando frutos cada vez más grandes.
Según mi parecer el disco se divide en los temas que se destacan y en los que son para rellenar. Y esa creo que es mi mayor crítica a Santaolalla. Entre los segundos están: “Clarobscuro”, “Caldo precoz”, “En el limbo” y “Doble filo”.
El tema que abre, “Llenos de magia”, empieza con trompetas anunciando la llegada de La Vela para seguir con “Sin palabras”, que es muy tranquila musicalmente, pero su letra tiene mucho contenido poético y de porro. El tema que sigue (“Dice”) es mucho más tranquilo que el anterior y trata sobre el síndrome de abstinencia. El corte de difusión, “De atar”, lo eligieron bien: la escuchás una vez y no parás de tararearla. En “Va a escampar” describen la vida de alguien muy famoso que hace lo que sea por permanecer en su posición, y los demás siempre esperan todo de él. “Escobas” intercala ritmos rock con una especie de ska. “Zafar” ya era un clásico de la banda en vivo, pero todos estaban esperando que se edite. Ahora va a quedar registrada esa oda al cuelgue que en vivo atraviesa el humo del público. “Haciéndose pasar por luz” es un ska con letra con contenido social que califica a los poderosos de esclavizantes del pueblo. “Un frasco” empieza oscura para después brillar y volverse oscura otra vez. El disco termina con “A lo verde”, que se encuentra en una situación parecida a “Zafar”: es conocida por los seguidores de la banda en vivo, pero ahora se extiende para todos los oyentes de discos; y también habla sobre un fumador, que no soporta que haya otra forma de empezar a envejecer.
La banda está en su etapa de adultez, ya pasó la etapa de los caprichos en su primer disco “Deskarado” y la de los cambios en “De bichos y flores”. Ahora ve todo desde otro punto de vista, desde la sensatez, aunque no perdió sus baches de cuelgues para volar.
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