50 DISCOS QUE CUMPLEN 50 AÑOS (1973-2023) 8 - QUEEN "queen"


Muchos discos que esta temporada voy a comentar tienen una duración de 38-40 minutos y es el que el álbum en vinilo limitaba mucho a la hora de elegir el número de canciones y la duración de las mismas para que encajase meter 19-21 minutos por cara.

Llevo ya 8 discos y tenía ganas de comentarlo y ha sido en esta entrada sobre el disco debut de este grupo que no se si os sonará.

Muchas grandes bandas tuvieron su estreno en formato LP en el 1973, y los archifamosos Queen fueron unos de ellos.

Como todo debut, tiene sus virtudes y carencias, y no deja de ser un compendio de canciones antiguas regrabadas y de algunas nuevas compuestas para este disco, lo que le hace un poco variado el disco sin esa cohesión que solían tener los discos de Queen.

Eso si, además de alguna balada, aquí sobre todo predomina el rock y los riffs (con Led Zeppelin en el punto de mira) y con algunos toques circenses o cabareteros que lucirían mucho más en posteriores composiciones.

Todo comenzó en 1973 y el resto ya es historia de la música.

A1Keep Yourself Alive
Written-By – May*
A2Doing All Right
Written-By – May*Staffell*
A3Great King Rat
Written-By – Mercury*
A4My Fairy King
Written-By – Mercury*
B1Liar
Written-By – Mercury*
B2The Night Comes Down
Written-By – May*
B3Modern Times Rock 'N' Roll
Written-By – Taylor*
B4Son And Daughter
Written-By – May*
B5Jesus
Written-By – Mercury*
B6Seven Seas Of Rhye...
Written-By – Mercury*

Compañías, etc.

Créditos




Os amplio info con este gran reportaje publicado por David H. Molina para la web EXILESHMAGAZINE.ES donde además hacen mención al gran año que fue el 1973

Sin duda 1973 supuso en la música el final de muchas historias y el principio de otras. The Who firmaban seguramente su último gran disco: «Quadrophenia», el punk comenzaba a dar sus primeros pasos de la mano de Iggy & The Stooges y como no de New York Dolls que entregaron obras maestras como «Raw Power» y «New York Dolls» respectivamente, era casi también el año del adiós de Led Zeppelin, vale aún quedarían por aparecer grandes trabajos como «Physical Graffiti» pero está claro que con «Houses of the Holy» habían tocado techo. Los Stones cerraban su época gloriosa con el poco valorado aunque glorioso «Goats Head Soup». Otros como Pink Floyd firmaban su POM (The Dark Side of the Moon), genios como Springsteen, Marley, Elton y Browne se afianzaban y prometían una carrera inigualable, y simplemente Bowie y por ejemplo Stevie Wonder convertían en oro todo lo que tocaban. Incluso había  lugar para rarezas como el «Tubular Bells» de Oldfield o el magnífico «Selling England by the pound» de los Genesis… Ya digo, un año difícil por la variedad de las propuestas: rock de siempre, reggae, soul, progresivo, punk, glam, hardmetal….  Y en todo este barullo, donde encajaba La Reina? pues tomando el testigo que los Zeppelin parecían cederle, a lo que ayudó la prensa que rápidamente vieron en ellos un relevo más que solvente y prometedor, pero Queen no eran Led Zeppelin ni por asomo, y lo digo tanto en lo bueno como en lo malo. Eran y son dos bandas muy diferentes que además aún siendo yo muy fan de Mercury y Cía, reconozco que la Reina no aguanta la comparación con los Zeppelines, pero ese ya es otro tema. Desde luego, el primer disco de Queen, el álbum de debut que como indicaba la moda aparecía sin título o con el clásico Queen I, tenía muchas cosas de Led Zeppelin, pero también muchas de la épica de los Who, y mucho del Glam. Todo bien mezcladito y servido como ellos decían «sin sintetizadores»… curioso, al menos sabiendo en lo que años más tarde se convirtió la banda, ya en los extraños ochenta.

En décadas pasadas las grandes bandas, los grandes talentos no podían parar su creatividad, y teníamos un disco al año, incluso a veces dos. Queen no es una excepción, el debut que hoy nos ocupa apareció a final de 1973, pero en 1974 aparecieron otros dos discazos: «Queen II», y «Sheer Heart Attack», en el 75 su POM «A Night at the Opera«, en el 76 «One Day at The Races», «News of the World» en el 77, y finalmente, cerrando su época dorada en el 78 «Jazz» con el que su creatividad y su talento comenzaron a difuminarse, concierto de despedida (Killers) y una vuelta al ruedo con «The Game» donde cambiaban de imagen, de estilo, casi de público… Ya nunca más firmaron un disco sobresaliente, canciones buenas de haberlas haylas pero ya nunca fue lo mismo aunque comercialmente les fuese mejor que nunca, y sí, desde entonces sí habían sintetizadores y muchos: Queen, what’s new? Queen, someone still loves you!.. ya me entendéis, verdad?. Recomiendo y reto a cualquier detractor de Queen, de la banda del cuero, del bigote, del gugu gaga, del «me llamo Fermín» y el disco del parchís a que cojan al toro por los cuernos y se metan los cuatro primeros discos de la banda de Federico Mercurio en vena. Sobretodo con este «Queen I» que a más de uno cogerá de improvisto y sorprenderá, o porque no lo conozca o porque acabe redescubriéndolo.

El cuarteto londinense formado por el showman e increíble cantante y compositor Freddie Mercury, poseedor de un instrumento vocal inigualable, el genial guitarrista permanentado Brian May, con un estilo propio e inconfundible a las seis cuerdas y unos riffs reconocibles de aquí a Lima, el bajista John Deacon y el, aunque hoy odiado por un servidor, brutal batería Roger Taylor, dotado de un falsete espectacular. Todos ellos compositores, todos con éxitos propios dentro de la banda, todos con un talentazo demoledor pero nadie con el mojo de Mercury, porque Freddie sí tenía la magia. Era único. Pues bien, 1973 es la fecha de su debut oficial. Un debut homónimo formado por diez temas que nos enseñan un poco de donde vienen y a donde van, sus influencias y su estilo propio que aunque todavía está en pañales ya comienza a enseñar las uñas. Un ejemplo de lo dicho es el temón que abre el disco, «Keep Yourself Alive», con una riff de guitarra impresionante, la sección rítmica a todo trapo y Freddie en su salsa, luciéndose como siempre. Mil capas instrumentales que se convertirían en santo y seña y se triplicarían, voces dobladas, riffs que van y vienen…. temas más allá del rock, con toques líricos y cabaretescos, y un poco de rock de siempre, adornado con un glam-progresivo…. «Keep yoursef alive» es un despiporre, eso es incuestionable, un tema increíble de May, que también firma la autoría junto a Tim Stafell (anterior vocalista de la banda cuando eran Smile) del bellísimo tema «Doing all right», con cambios de ritmo y estilo en el mismo tema que les acercaban a los Zeppelin del «III»… y una explosión eléctrica genial. La opereta «Great King Rat» de Mercury ya apuntaba hacía donde querían ir como banda, es sin duda uno de mis temas fetiche, con él confieso me enamoré de esta magnífica banda. Un tema difícil a todos los niveles que mostraba las cualidades de Freddie como vocalista y compositor. «My Fairy King» es otro tema de Mercury. Por esa época más o menos se repartían él y May casi al 50% la composición de los temas como en «Queen II» donde podríamos decir que cada uno se ocupa de una cara del disco. Tanto «My Fairy King» como «The Night Comes Down» encajarían perfectamente en el «II» pero aquí están. La primera con su faceta operística, es una balada dulce y preciosa que le pone algo de calma y sofisticación al disco, y la segunda, esa estupenda «The Night Comes Down», es puro Zeppelin, una progresión hard-rockera al inicio que firmaría Page al más puro estilo «Baby, I’m gonna leave you» que se va transformando gracias a May en una increíble balada. Y en medio de ambas, otro trallazo como «Liar». Mercury en todo su esplendor. Abrumadora, excesiva, deslumbrante, operística, glamera y putera. Liar es una joya, uno de los grandes temas ocultos de esta imprescindible banda. «Modern Times of Rok’n’Roll» es la cuota que le daban al bueno de Taylor, en los primeros discos siempre tiene tema reservado, compuesto y cantado por él. En este caso se marca un rocanrol clásico, acelerado y apuntado hacia el punk, pero sin más historia que la de ser el séptimo tema del disco debut de Queen. «Son and Daughter» es, otra vez, mucho Zeppelin. De principio a fin, de proa a popa, de la quilla a la perilla… hijo e hija de Page y Plant pasado por el filtro de La Reina, y como no, está firmado por May que no podía ocultar su devoción por los Zeppelin. Antes del final con la brutal instrumental «The Seven Seas of Rhye» que luego aparecería con letra y bien acabada en «Queen II» nos encontramos con otro tema de Freddie, «Jesus», con unas guitarras muy durillas para lo que es Queen, pero magníficas, May se luce. Y nada más, nos quedamos con el regusto de los «siete mares», espero que redescubráis o retoméis este gran disco de una grandiosa banda que por unas cosas u otras a veces no es valorada como se merece.


Y muy recomendable tambien para finalizar con LA REINA este artículo para ECOS DEL VINILO, realizado por Ricardo Portmán @ecosdelvinilo

Brian May: “Realmente habíamos madurado como banda y teníamos nuestro público antes de que la prensa se fijara en nosotros. Creo que eso de verdad nos dio un mejor comienzo porque estábamos mejor preparados. El álbum tomó años y años (dos en total) en la preparación, producción, grabación y luego tratando de conseguir que fuera lanzado”. Sí, cuando se lanzó el álbum debut de Queen, titulado sencillamente como el grupo y rebautizado de forma extraoficial como Queen I (el 13 de julio de 1973), el grupo sentía que ya era un producto pasado de moda, que no reflejaba con fidelidad el momento que vivían y la madurez adquirida sobre las tablas. 

Queen había estado pateando la escena londinense por casi dos años cuando tuvo la oportunidad para probar los nuevos equipos de grabación de los estudios De Lane Lea Studios. Ahí grabarían su primera demo (aquel famoso vinilo con portada naranja y la letra manuscrita de Brian May) que incluía Keep Yourself AliveThe Night Comes DownGreat King RatJesus y Liar. No era una mala grabación pero sólo tuvo el tibio interés del sello Chrysalis Records.


El cuarteto terminaría firmando en 1972 con Norman y Barry Sheffield de Trident Audio Productions, pero esto no se reflejaría en alguna mejora sustancial para la materialización del album debut de Queen, ya que el presupuesto no incluía grabar en la horas más costosas (las diurnas) y sólo podían entrar al estudio cuando nadie más lo usaba (lo cual generalmente ocurría entre las 3 y 7 de la mañana). No era raro que recibieran una llamada en plena madrugada para ir a grabar. Las sesiones se llevaron a cabo entre junio y noviembre 1972.

Así lo recordaba Brian May: “En cierto modo, también nosotros pertenecíamos a los dueños del estudio. Eran nuestros managers, pero no querían gastar dinero, así que, si alguien estaba allí y terminaba una sesión  a las 3 de la madrugada, nos llamaban por teléfono y nos decían: “Chicos, ya podéis venir a tocar, que aquí no hay nadie”. Y así es como se hizo el álbum. Y aunque contábamos con la última tecnología no teníamos mucha libertad para utilizarla.Tan sólo podíamos ir aprovechando los ratos libres del estudio. Nos consideraban unos novatos que no tenían ni idea y nadie quería saber nada de cómo queríamos hacer las cosas”.

Los músicos tenían todas sus esperanzas puestas en las demos hechas en los estudios De Lane Lea, pero el productor Roy Thomas Baker les pidió regrabar las canciones. Keep Yourself Alive fue la primera canción en ser regrabada, pero al grupo no le convenció el resultado. La trabajaron nuevamente, pero durante las sesiones de mezcla, ninguna de las tomas alcanzó el nivel que esperaban. Después de siete u ocho intentos fallidos el ingeniero Mike Stone dio con lo que buscaba la banda por lo que se quedaría de forma oficial como ingeniero y a la vez coproduciría los siguientes cinco álbumes de Queen.


Como no podía ser de otra manera había espacio en el álbum para la banda-origen de Queen, Smile, con la inclusión del tema Doing All Right, coescrita entre Brian May y el antiguo bajista y cantante Tim Staffell, siendo curiosamente la primera canción que tocó Freddie con el grupo, en vivo y al piano. Brian la grabó utilizando su guitarra acústica Hallfredh, que luego volvería a usar en futuros temas como White Queen (As It Began) y Jealousy.

Otros temas grabados (y descartados) fueron Mad The Swine (luego cara B en el single Headlong en 1991), Silver SalmonPolar Bear (otro tema del tiempo de Smile), Rock And Roll Medley y Hangman, quedando estos últimos cuatro en las sombras, al alcance de algunos apasionados (y adinerados) coleccionistas.

John Deacon: “Muchas de las canciones de este primer álbum las habíamos compuesto hacía tiempo y solíamos tocarlas juntos, como Keep Yourself Alive, Liar y Great King Rat. Así que decidimos grabarlas en el estudio. Hubo una o dos canciones que creamos específicamente allí: My Fairy King es un tema compuesto por Freddie  que desarrollamos en el estudio de grabación. Otras canciones eran básicamente temas en directo, una pista con algunos coros a la que se añadían solos de guitarra exagerados y eso era todo”.

Por otro lado, Roger Taylor nunca se mostró conforme con el sonido de batería obtenido en los Trident: “Hay un montón de cosas en el primer álbum que no me gustan. Por ejemplo, el sonido de la batería. Hay partes que pueden sonar demasiado artificiales, partes demasiado variantes y con demasiada energía”.

Sobre los créditos en la autoría de las canciones Freddie Mercury despuntaba en cinco de los diez temas, Brian May en cuatro (incluyendo el crédito compartido con Staffell) y sólo una canción, Modern Times Rock N’ Roll, con la firma de Roger Taylor. Curiosamente el nombre del bajista John Deacon aparecía en el arte del disco original como ‘Deacon John’ a sugerencia de Freddie y Roger, pero este truco no duraría mucho, regresando el bueno de John a su nombre original en producciones posteriores.

Queen I ha quedado para la posteridad como un disco rompedor a su manera, un trabajo que era imposible de ser ignorado ya que brillaba con un sonido suntuoso y por momentos grandilocuente, deudor del amor de Freddie por la música clásica y por la pericia de Brian como orquestador con las cuerdas de su Red Special. En este álbum empezaría a imprimirse en la contraportada el clásico “y no se han utilizado sintetizadores” que perduraría hasta 1980. Con este álbum iniciaba un apasionante viaje sonoro que convertiría a la banda británica en uno de los grandes nombres de la música contemporánea del siglo XX. 

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