50 DISCOS QUE CUMPLEN 50 AÑOS (1973-2023) 14 - BILLY JOEL "Piano man"
Lista de canciones
Todas las canciones por Billy Joel.
N.º | Título | Duración | |
---|---|---|---|
1. | «Travelin' Prayer» | 4:16 | |
2. | «Piano Man» | 5:37 | |
3. | «Ain't No Crime» | 3:20 | |
4. | «You're My Home» | 3:14 | |
5. | «The Ballad of Billy the Kid» | 5:35 | |
6. | «Worse Comes to Worst» | 3:28 | |
7. | «Stop in Nevada» | 3:40 | |
8. | «If I Only Had the Words (To Tell You)» | 3:35 | |
9. | «Somewhere Along the Line» | 3:17 | |
10. | «Captain Jack» | 7:15 |
Con motivo del 45 aniversario del single y el disco Piano Man de Billy Joel, dos de nuestros colaboradores de Muzikalia establecerán un ranking con la totalidad de los álbumes del genialísimo compositor de Nueva York. Se trata de uno de los 10 más aclamados solistas de toda la Historia del Rock y ha llegado a lo más hondo de innumerables almas de muy distintas partes del mundo. En consecuencia, cotas indescriptibles contemplan a este músico como 150 millones de discos vendidos, 33 canciones situadas en el Top-40, el haber llenado 40 veces el Madison Square Garden (superando incluso a su amigo Bruce Springsteen), las 23 nominaciones a los Grammy con 6 estatuillas ganadas, el ser incluido en el Rock and Roll Hall of Fame desde 1999 y un asombroso etc.
De tal modo y dentro de dicha clasificación, Fidel Oltra se encargará de comentar los discos pares y Txus Iglesias hablará de los de los colocados en las posiciones impares, en un total de 12 obras de 1971 a 1993. Asimismo también se intercalarán entre los textos alguna de las canciones más representativas de cada LP, y finalmente el propio Fidel confeccionará una lista más larga con temas de Billy Joel en Spotify.
12 – Storm Front (1989)
Curiosamente, la fiebre de los 80 que estropeó la carrera de buena parte de mitos de los 60 y 70 alcanzó a Billy Joel cuando la década estaba ya tocando a su fin. De manera sorprendente despide a la mayor parte de sus músicos habituales durante más de una década y prescinde de Phil Ramone para acogerse a la producción de Mick Jones, de los exitosos Foreigner. El resultado artístico es dudoso pero comercialmente resultó un éxito, ya que el álbum alcanzó el número 1 por primera vez desde Glass Houses (1980). Por supuesto el talento de Joel no se ha desvanecido de la noche a la mañana, así que aquí tenemos notables canciones como «The downeaster Alexa», «I go to extremes» (a pesar de su producción excesiva), la balada «And so it goes» (aunque un tanto plana) y la muy conocida «We didn’t start the fire», simpática y resultona. Queda la duda de saber qué hubiera pasado si Billy Joel hubiera seguido con Ramone y sus músicos habituales, pero lo cierto es que para mi gusto este álbum, a pesar de algunos momentos interesantes, no sirve para medir el verdadero poderío de Billy Joel como compositor y músico, aunque sí como la gran estrella de rock en la que creía haberse convertido.
Fidel Oltra
11 – The Bridge (1986)
Esta segunda mitad de los 80 nuestro protagonista se situó un par de centímetros por debajo de su mejor forma y las texturas más infladas e irregulares de aquella década contagiaron, relativamente, a su sonido como con “Matter of trust”, “This is Time” o “Temptation”. Sin embargo, con semejante talento permanente en el interior de Joel, temas sueltos como la frenética “Running on ice”, la ondulante “Getting closer” o la agresiva “Modern Woman” todavía consiguen provocarte muchas buenas sensaciones, aunque sin alcanzar ya el encadenado de glorias setenteras, subrayo. Las honorables colaboraciones a dúo de Billy con Ray Charles (“Baby Grand”) o con Cyndi Lauper (“Code of silence”), efectivamente, tampoco acaban de rescatar del todo a The Bridge de cierta estandarización general de sus acordes. El propio Joel declaró en una entrevista, de 2008, que no cree que éste sea un buen disco.
Txus Iglesias
10 – River of Dreams (1993)
Aunque en su momento supuso una decepción para mí, que de manera inocente esperaba todavía la vuelta del viejo Billy Joel, en retrospectiva he de admitir que River of Dreams no está tan mal como me pareció entonces. Quizás en mi opinión actual pese el hecho de que se trata de la última colección de canciones originales que grabó el genial pianista. El tono general de rock star permanece, aunque hay también cierta melancolía. Joel se había desecho de los pocos músicos que seguían con él desde los 70, y de manera un tanto arbitraria convirtió el disco en un batiburrillo de géneros, músicos de sesión y productores. Desde la distancia hay que reconocer que el giro gospel del tema titular no estaba tan mal, que el pop de estadios de «All about soul» corregía muchos de los errores presentes en sus últimos discos de los 80, que la producción, aunque dispersa, es mejor que la de su anterior disco, que «No man’s land» es un buen tema de rock que podría haber pertenecido a gente como John Cougar, Tom Petty, Bob Seger o el mismo Springsteen. También que, sabiendo que es su último álbum, se siente un pellizquito al escuchar el tema que lo cierra, apropiadamente titulado «Famous last words».
Fidel Oltra
09 – Streetlife Serenade (1974)
Para mí, no desmerece apenas esta obra con respecto a otros antológicos discos de Billy, solo que a simple vista no aparenta que así sea. Si acaso este LP de 1974 se halla, levísimamente, por detrás de Piano Man, The Stranger, Glass Houses o 52nd Street pero a escasa distancia de estos. Para comenzar, la propia “Streetlife serenader” con su sobrehumano temple o también el adictivo acelerón instrumental de “Root beer rag”, ya te enganchan, por sí solas, a un álbum, en el cual se narran agrias crónicas de un neoyorquino que vive en Los Angeles y que no se halla muy a gusto con todo lo que allí sucede (aunque conserva una esperanza de mejora). Un ejemplo de todo ello es la valiosa “The Entertainer”, o sea Joel sacudiendo con el mazo a los corsés que impone la industria musical al artista y el recorte del temas largos de 5 minutos, para adaptar éstos a las radiofórmulas de 3.
Txus Iglesias
08 – An Innocent Man (1983)
Un álbum infravalorado por muchos seguidores de Billy Joel por el giro retro que le dio a su música, y a que mí me gustó precisamente por eso mismo. Cosas de la música y de cómo nos pille a cada uno. La cuestión es que An Innocent Man conserva el espíritu entre inocente y satírico que hacía tan atractiva la música de Joel en aquellos tiempos, añadiendo ahora un acercamiento, quiero pensar que sincero, al rock and roll primitivo y el doo woop. En este sentido los coros de «The longest time» que a más de uno pondrán de los nervios, a mí me encantan. Quizás menos en «Uptown girl», posiblemente por su exagerada ubicuidad. El trabajo vocal de Billy en el tema que da título al álbum (un homenaje a los grupos vocales de soul como The Drifters, Four Seasons o incluso Dion & The Belmonts) está, en mi opinión, entre los mejores de su carrera. «Tell her about it» fue también un gran éxito, muy en la línea del pop divertido y con sabor añejo que explotarían por aquel entonces también gente como Phil Collins o Elton John. «Keeping the faith», como acercamiento al rock and roll 50s, suena menos forzado que «Christie Lee» o «Easy money», por ejemplo. Un álbum que es bastante mejor de lo que su fama indica, más teniendo en cuenta lo que vino después.
Fidel Oltra
07 – Cold Spring Harbor (1971)
A pesar sus graves penurias personales de, por entonces, sumado al trilero contrato que le hizo la disquera Family y a los desastres técnicos de la propia grabación de su debut a primeros de los años 70, por contra, ya se comienza a vislumbrar, con radical nitidez, la innata desenvoltura del inmenso Billy Joel para edificar adiamantadas melodías. Una muestra de todo ello son “She’s got a way”, “You can make me free”, “Everybody loves you now” (sobre una popular chica de su barrio en Long Island), “Tomorrow is today” (sobre la frustrada tentativa de suicidio del propio Joel, en 1970) y un lírico etcétera. Este melancólico trabajo no obtuvo apenas reconocimiento pero ésto no le quita grandeza. Tras el histórico error de leve aceleración de su voz en la masterización de las cintas originales y que hace parecer al propio Joel cantar en agudo falsete , restan por responder un par de dudas contrapuestas: ¿la remasterización de 1983 arregló definitivamente el problema? Joel opina que tampoco pero, por contra, ¿se encontraba todavía Billy buscando consolidar su estilo vocal y por eso suena así en Cold Spring Harbor? “Embrionaria” definió esa inicial etapa el propio pianista.
Txus Iglesias
06 – 52nd Street (1978)
Nos acercamos ya a los álbumes en los que podemos encontrar a Billy Joel en su salsa, con la mejor banda que ha tenido nunca, divirtiéndose y creando también verdaderas maravillas musicales. «Big shot», que abre el álbum, o la propia «My life», son el tipo de canción por el que muchos amamos a Billy Joel y, paradójicamente, tal vez la razón por la muchos otros no le toman en serio. Para los que le aprecian simplemente por las baladas estilo «Piano man» aquí tienen una de las mejores que ha compuesto jamás: «Honesty». Aunque no está entre los álbumes que más éxitos masivos contiene, quizás se encuentre entre los más cohesionados. Hay aquí un sonido, fruto de la consolidación de unos músicos que le acompañarían durante más de una década y también de la acertada producción de Phil Ramone, que transciende más allá de las propias canciones. Hablamos de un estilo y también de una visión musical de Billy Joel en la que la seriedad y la sofisticación no necesariamente han de ir de la mano para hacer una buena canción, sino que también pueden hacerse desde la parodia y la (relativa) experimentación, en la línea del Elton John de sus grandes álbumes.
Fidel Oltra
05 – The Nylon Curtain (1982)
El camaleonismo artístico de Billy Joel (para mí, etiquetas como “A.O.R” o ”soft rock” no le representan ni lo más mínimo) no se nota a simple vista y eso le vuelve aún más sorprendente y particular cuando surgen dichas mutaciones de registro. En “La Cortina de Nylon”, las influencias de los Beatles se manifiestan en el pianista de New York de manera más acusada que nunca y dichos ecos son pasados por su singular cedazo como en “Surprises” , “Laura” o “Scandinavian Skies”. Por otro lado, la popularísima “Allentown” (un ataque a la generación anterior a la suya), la furiosa “Pressure” o el himno a favor de los soldados del Vietnam, “Goodnight Saigon”, le acabarían de confirmar y consagrar, para siempre, como un mega-astro y un trovador de referencia en el pop and roll. Añadir que The Nylon Curtain es un LP de más sofisticación técnica que anteriores trabajos de Joel y con el que pasó una considerable cantidad de jornadas incrustado en el estudio de grabación.
Txus Iglesias
04 – The Stranger (1977)
De lo grande que es Billy Joel da idea el hecho de que, tras el relativo fracaso comercial que fue Turnstiles y el ultimátum que su compañía le puso sobre la mesa, fuera capaz de entrar tres semanas al estudio y salir con un disco como The Stranger que no solo le devolvió al camino del éxito sino que, además, podría considerarse fácilmente como la cumbre creativa de su carrera. De nueve canciones, ocho podrían ser singles de éxito para cualquier cantante de estilo similar; de hecho, casi todas aparecen en sus Greatest Hits. Es difícil destacar alguna sobre las demás. ¿Con cuál quedarse? ¿Con una «Movin’ out (Anthony’s song)» que no se parece a casi nada hecho anteriormente en el pop de primer nivel? ¿Con la gran obra maestra que es «Just the way you are», aunque los arreglos recuerden demasiado al «I’m not in love» de 10cc? ¿Con los casi 8 minutos de «Scenes from an italian restaurant», durante los cuales recorre casi toda la historia del pop en una sola canción? Por llevarme la contraria a mí mismo me quedo con esa maravilla que es «She’s always a woman to me», una canción que puede considerarse perfecta al mismo nivel de quien dicen que tiene la mayor cantidad de ellas. Hablo por supuesto de Paul McCartney.
Fidel Oltra
03 – Glass Houses (1980)
Ni por un momento decayó el superlativo nivel de Billy Joel, justo al inicio de los 80 y temazos intemporales como la preciosa “Don’t ask me why”, la emotiva “It’s still rock and roll to me”, la arrolladora “All for Leyna”o la indómita “Close to the borderline”, siguen conformando otro triunfo de este magistral intérprete. La profundidad melódica da paso aquí a una mayor nervadura rockera pero sin perder jamás ni un ápice de su legendaria capacidad compositiva. Los efectos como el sonido de una llamada telefónica o la pedrada al cristal, no hacen sino aumentar el encanto de este repertorio creado por este entrañable héroe de la música popular. Glass houses se alza como uno de los más vibrantes y talentosos golpes en la mesa de un intérprete al nivel etéreo de los Elton John, David Bowie, Neil Young, Stevie Wonder, Bob Dylan, Van Morrison, etc.
Txus Iglesias
02 – Turnstiles (1976)
Por muchas vueltas que le doy, no soy capaz de entender por qué este disco fracasó tan estrepitosamente. La primera cara del disco (lo tengo en vinilo) se abre y se cierra con dos de las más grandes canciones que Billy Joel ha hecho jamás, «Say goodbye to Hollywood» y «New York state of mind». Dos caras de la misma moneda, además: todo el disco es un estallido de sensaciones por su regreso a Nueva York, después de su fallida experiencia en Los Angeles. «James» quizás no sea de sus mejores canciones, pero en términos de belleza melódica absoluta, dentro de su sencillez, pocas la superan. El disco se grabó inicialmente en los estudios del entonces superstar Elton John, pero Billy Joel no quedó satisfecho con los resultados. Decidió entonces, bendito sea, volverlo a grabar con los músicos que le acompañarían en su periodo de más éxito: Liberty DeVito a la batería, el malogrado Doug Stegmeyer al bajo y Russell Javors a la guitarra. Una maravilla incomprendida, a la que quizás se le pudo achacar entonces cierto mimetismo precisamente respecto a Elton John. A Billy Joel no se le considerará nunca un gran cronista de la Gran Manzana como a Lou Reed, pero aquí se le acerca. Por cierto, a quien pinchó en la radio «New York state of mind» el 11 de septiembre de 2001, en un receso de las noticias que nos llegaban sobre el terrible atentado a las Torres Gemelas, nunca le perdonaré todo lo que lloré esa noche.
Fidel Oltra
01 – Piano Man (1973)
Diez emocionantes plegarias viajeras, en busca de la posteridad, a cargo de un músico pegado a un piano y es que, según el pistolero más rápido de 1973, no es un crimen en el rock situar este instrumento a la altura de la guitarra. Si solo tuviera palabras para definir sus imborrables melodías y es que Billy, en cualquier parte donde se hallara, fue auténtico e intentó forjar su propio estilo, al margen de las modas. Resultó una suerte para los adeptos a la música que este fenómeno fuera superando todos sus conflictos y nos ofreciera el repertorio de, por ejemplo, Piano Man, cuyo tema principal alude a su etapa de cuando el mismo Joel trabajaba, tocando las teclas blancas y negras, en un pub de Los Angeles y donde los clientes le comentaban historias personales. A destacar también, entre este inmaculado cancionero, la exitosa mini-opera rock “Captain Jack”, que trata de un drogodependiente y su proveedor. Ahora se cumplen 45 años desde este descomunal álbum y éste continua con su encanto intacto.
Cómo destruir una canción traduciéndola: Piano man (Billy Joel)
Piano Man, de Billy Joel, es una de mis canciones favoritas. Me gustaba su melodía con armónica y piano antes de que pudiera comprender la letra, conocía de oídas la versión traducida por Víctor Manuel y cantada por Ana Belén y era una de cientos de canciones que sonaban aleatoriamente en mi reproductor. Pero todo cambió el día en que Diana Uribe emitió su programa de homenaje a los solitarios (Que pueden escuchar AQUÍ) porque allí explicaba el verdadero sentido de la canción en inglés y cómo representaba perfectamente a miles, millones de personas solitarias que se evaden de su mala suerte yendo al bar a escuchar al hombre del piano, que los hace sentir bien con su canción. Dice Diana Uribe:
Empezamos un viaje por la vida de los solitarios, que pueden ser esas personas que miran desde la ventana las bodas de otros, las historias de otros, las vidas de otros. O pueden ser aquellos que después de una jornada de trabajo, sin tener a donde ir ni quien los espere, cómo ni de qué manera estar con alguien con quien hayan organizado su vida, porque no existe, van a los bares a compartir su soledad.
Me sorprendió mucho este nuevo sentido que tomaba la canción para mí. ¿Qué no era una canción acerca de un pianista frustrado, perdedor, que no supera el despecho por la mujer que lo abandonó? Eso decía la versión de Ana Belén y por eso era una canción del montón de la que solo se salvaba la combinación piano-armónica, y resulta que no, que es una pieza poética que verbaliza muy bien la soledad y frustración del hombre contemporáneo, ese que trata de evadirla uniéndose a multitudes ruidosas y festejantes en las que encuentra consuelo y empatía a través de los compañeros de dolor que frecuentan el lugar, y claro, a través del hombre del piano, que los hace sentir bien con su canción, a quien todos en realidad van a ver, pero que es un mero espectador de ese teatro que es la vida de los otros.
Por eso digo que la versión de Ana Belén destruye la canción, porque en su afán de conservar la métrica y algo de la rima, distorsiona por completo el mensaje y convierte una canción sublime en una mediocre.
¿Pero qué debería tener la versión traducida?
Traducir poesía siempre ha sido un desafío para quienes han intentado la tarea. No consiste en traducir solamente la idea general ni el significado exacto, pues no se trata de un texto expositivo en el que el mensaje sea lo más importante. En poesía también importa la métrica, el ritmo, la rima (en unos casos), la estética, la eufonía, y a veces todo eso es más relevante que el propio contenido. Sin embargo, el contenido no se puede distorsionar.
Teniendo eso en cuenta, y basándome en fuentes bastante confiables (Los videos oficiales de la canción, el artículo llamado «Cómo Billy Joel se convirtió en Piano man» y «Hace 45 años: Billy Joel sigue adelante con Piano Man«) voy a proponer qué debería tener la canción traducida, con la esperanza de que alguien aparezca a enmendar el atroz error cometido por Víctor Manuel en los 80. Lo principal: Todos los personajes mencionados son reales (o al menos, inspirados en reales)
1) El hombre del piano no es el solitario ni el que sufre. Es un espectador de la vida de los demás, pero sabe que los demás van al bar a verlo mientras se evaden de su vida.
2) El barman amable y servicial debe ser mencionado junto con su frase: «Esto me está matando», expresando la frustración de querer y no poder salir de ese lugar a cumplir sus sueños.
3) Paul y Davy en realidad existieron. Son clientes habituales del bar que coinciden por casualidad. Tal vez, para propósitos de rima y métrica, sus nombres pueden ser cambiados
4) El hombre viejo que hace el amor a su gin-tonic es importante en la historia, aunque no se mencione su nombre. Se resalta su presencia en los dos videos y su estrofa es prácticamente parafraseada en el coro que se repite a lo largo de la canción.
5) La mesera que está en prácticas universitarias debe aparecer. De hecho, es la primera esposa de Billy Joel, estaban casados cuando él trabajaba como Piano-Man en un bar y ella era mesera allí mismo.
6) Los clientes celebran al pianista (En el video esto es muy claro, todos corean su canción), El barman le tiene la suficiente confianza para contarle su dolor, los clientes le dejan propinas, el dueño del bar le sonríe y agradece porque toda esta gente va en realidad a verlo tocar.
7) La última frase de la canción: «Hombre, ¿Qué estás haciendo aquí?» es la referencia a que ese era un trabajo transitorio (Solo para pagar cuentas), porque la verdadera razón de haberse ido a California era cambiar de estudio grabador y grabar un nuevo album. Billy era demasiado bueno para ser solo un piano man.
Estos siete puntos dejan muy definida la historia y el tono de la canción. Con algunas licencias aquí y allá para conservar la métrica y la rima se podría obtener una buena traducción, pero ese no fue el caso.
¿Qué dice la versión de Ana Belén?
1) La canción se centra en la historia del pianista y no en los clientes. No hay ninguna referencia a los personajes clave de la canción, los que la inspiraron.
2) El narrador en español es una tercera persona. Billy Joel la canta en primera persona porque habla de sus vivencias
3) El pianista canta siempre la misma canción por algún trauma interno y no porque se lo pidan los clientes.
4) Los clientes no parecen respetar al pianista, lo llaman «viejo perdedor», su canción «sabe a derrota», los borrachos con babas le recuerdan que ha sido vencido por una mujer.
5) Tres estrofas dedicadas a esta mujer que no aparece en la versión original y que, además, sentía esa relación como una Jaula. Allí muestran al pianista como un despechado que con furia golpea el piano y a veces llora.
6) La última estrofa muestra que el pianista está cansado, empapado en alcohol, y aferrado a su piano como si fuera tabla de náufrago.
En resumen, un sacrilegio.
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