50 DISCOS QUE CUMPLEN 50 AÑOS (1973-2023) 35 - JOHN LENNON "Mind games"


Terminamos el repaso de los 4 discos de los 4 beatles que se publicaron en 1973. Y precisamente lo hacemos con el de su artista más representativo, pero que posiblemente sea el peor de los 4 discos aqui comentados.
Criticado en su momento y reivindicado despues, algunos lo ensalzan y otros nos bajan de la nube para decirnos que solo se salvan 2-3 canciones para enmarcar y que el resto es relleno.

Desde la web undiscoaldia.com nos recuerdan este aparentemente disco menor no lo es tanto y que tiene muchos recovecos donde perderse.

Lennon fue capaz de rubricar dos discos importantísimos justo después de que el sueño hubiera terminado, Plastic Ono Band en 1970 e Imagine en 1971, pero su producción posterior es parca, dispersa, intermitente y, aunque incomode un poco admitirlo, no especialmente relevante. Sometime in New York City (1972) era caótico y panfletario, Walls and bridges (1974) retrataba un momento de distracción e incluye alguna pieza de relleno más bien sonrojante, las versiones de Rock ‘n’ roll (1975) no pasaban de anécdotas y entonces hubo que esperar cinco años hasta el definitivo (duele escoger adjetivo para aquel 1980) Double fantasy, batiburrillo de canciones certeras pero convencionales, genuinos disparos de radiofórmula, entremezcladas con, ejem, las cositas de la buena de Yoko Ono.

 

Y, sin embargo, hay entre medias un disco de 1973 al que los lennonianos le guardamos especial aprecio. Mind games solo dejó para las antologías su tema titular, un éxito menor que asomó muy tímidamente por las listas de éxitos, pero que retomaba la introspección de Imagine y era una canción probablemente adelantada a su tiempo (es decir, como el mismo Lennon). Había nacido para titularse de una manera muy tópica, Make love not war, hasta que encontró mejor inspiración en un libro que cayó en las manos de John Winston aquel mismo año: Mind games, The guide to inner space. Y se erigió en un himno humilde y circular de autoayuda, superación y fuerza interior, un pronunciamiento sobre cómo ser mejor persona mucho antes de que esa dialéctica se volviera familiar en los estantes de las librerías. 

 

Aquel portada más bien tosca, un collage del propio Lennon en el que se colocaba de espaldas a una Yoko yaciente y gigantesca, servía ya como reflejo de esa vocación ensimismada y reflexiva. Mind games era un Imagine sin Phil Spector y, por extensión, sin ínfulas. Pero, ojo, alineaba a David Spinozza en las guitarras, Jim Keltner con las baquetas y hasta el saxo de un entonces bisoño Michael Brecker. E incluía una balada fabulosa, One day (at a time), de regusto tan a los años cuarenta que pudiera parecer prestada por McCartney justo en el momento en que los dos genios y amigos se daban la espalda. También el desparpajo del rockabilly de los cincuenta en Tight as, el genio de los últimos Beatles para I know (I know)la caricia dulce y evocadora del chico tierno en You are here.

 

Hay mucho que reescuchar en Mind games, álbum menos pequeño de lo que parece. Y retrato de un Lennon poco grandilocuente pero mucho más inspirado que en sus periodos efectistas.



Mind Games (Lennon)
Tight A$ (Lennon)
Aisumasen (I’m Sorry) (Lennon)
One Day (At A Time) (Lennon)
Bring On The Lucie (Freeda Peeple) (Lennon)
Nutopian International Anthem (Lennon-Ono)

Intuition (Lennon)
Out The Blue (Lennon)
Only People (Lennon)
I Know (I Know) (Lennon)
You Are Here (Lennon)
Meat City (Lennon)

 Gran trabajo extraido de la web guilletek.com. Da gusto encontrar textos tan bien trabajados. Envidia y admiración.

John Lennon no aceptó bien el fiasco que supuso el muy flojo «Some Time In New York City», su LP junto a Yoko Ono editado en 1972, y las enormes críticas que recibieron por parte de público y crítica. De hecho, se retiró del activismo político, especialmente tras ver cómo Nixon era reelegido presidente. Una vez se mudaron a los apartamentos Dakota de Nueva York, en la primavera del 73, la pareja  empezó a hacer vida por separado. Tras seis años sin apenas separarse para ir al baño, cada uno empezó a trabajar en proyectos por separado. Así, mientras Yoko trabajó sobre sus LP’s «Approximately Infinite Universe» y «Feeling The Space», John empezó a trabajar sobre algunas demos que tenía a medio terminar.

No obstante, tal y como comentábamos, las críticas tras «Some Time In New York City» habían dejado huella en el genial músico. Su confianza estaba bajo mínimos y, aunque no era capaz de producir ningún material al nivel de inspiración que había mostrado durante toda su carrera hasta 1972, sí tenía un conjunto de canciones sólidas que bien tratadas podían componer un LP que hiciera olvidar el mal sabor de boca de su trabajo anterior.

Decidido a retomar su carrera, John decide producir él mismo su nuevo disco y en julio de 1973 entra en los estudios Record Plant de Nueva York. Entre los músicos encontramos a los guitarristas David Spinozza, Peter E Kleinow, el bajista Gordon Edwards, los bateristas  Jim Keltner y Rick Marotta y el teclista Ken Ascher.

A los pocos días de entrar al estudio, John y Yoko decidieron darse un tiempo en su relación. Según dijeron posteriormente, necesitaban «ver si su relación era lo suficientemente fuerte para querer volver a estar juntos». La siempre sorprendente Yoko, asignó a la asistente personal de la pareja, May Pang, que se convirtiera en la amante de Lennon para evitar que éste se fijara en otras mujeres. Tras dieciséis meses de separación -periodo que es conocido en la historiografía Lennoniana como el «Lost Weekend»-, John y Yoko volvieron a unirse.

No obstante, entretanto se grabó y se produjo este «Mind Games». Editado en noviembre de 1973, es un disco irregular que mezcla grandes canciones con una buena cantidad de temas insustanciales. John vivía entre el dolor que le suponía la separación de Yoko y el gozo que le proporcionaba la libertad derivada de su nuevo estado de soltería, y este estado fluctuante se deja notar en el álbum.

Todo arranca maravillosamente con la estupenda «Mind Games«, titulada originalmente «Make Love Not War» y destinada a ser un nuevo himno pacifista en la línea de «Imagine». Aunque el mensaje sigue siendo el mismo, John decidió cambiar el título porque «era un cliché  que estaba muy visto«, y se inspiró en el libro «Mind Games» de Robert Masters y Jean Houston. Es una canción fantástica. Un monumento pop que se editó como single y fue recibido de forma tibia (nº18 en USA y 26 en Reino Unido) por un público receloso del nuevo material de Lennon tras  «Some Time In New York City». Una joyita… Desgraciadamente, salvo un par de excepciones, el disco ya no recupera el tono tras esta excelente canción.

Canciones como «Tight A$«, que el propio Lennon califica como «una canción de usar y tirar, algo sólo para mover el esqueleto», distan mucho de ser malas, pero tampoco aportan demasiado a la carrera del genio británico. Con todo, es un buen ejercicio de estilo y suena convincente.

Mucho mejor es la melancólica «Aisumasen (I’m Sorry)«. Construida sobre la base de «Call My Name«, escrita en los tiempos de «Imagine», es un bello y melódico canto de petición de disculpas hacia Yoko entonado por un Lennon que se sentía culpable por haber empezado una relación con May Pang. Buen tema, muy soul. Otro de los mejores momentos de un álbum tan irregular que puede alternar esta excelente canción con cortes mucho más intranscendentes como la juguetona «One Day (At A Time)«, en la que John luce falsetto, o la monótona «Bring On The Lucie (Freeda Peeple)«. Todas, insisto canciones con más luces que sombras, pero muy lejos del nivel exhibido en el pasado John Lennon.

La cara A se cierra con un corte de tres segundos de silencio titulado «Nutopian International Anthem», el himno simbólico de una nación conceptual, Nutopia, que John y Yoko dieron por inaugurada en una rueda de prensa en abril de 1973 como protesta por sus problemas con el departamento de inmigración estadounidense.

«Intuition«, la canción que abre la cara B, vuelve a ser un buen medio tiempo, bien construido, pero exento de brillantez… Pero John Lennon es John Lennon y la fantástica «Out The Blue» pone las cosas en su sitio. Preciosa canción de amor que, aunque John nunca apreció demasiado («es sólo otra canción de amor, nada especial»), desde la primera escucha destaca sobre el resto del material del álbum y que, sin duda, hubiera podido ser un buen y probablemente exitoso single. Yoko es el el sujeto paciente de esta hermosa canción  cuyo único defecto es una cierta tendencia a la sobreproducción. Fabulosos los teclados de Ken Ascher.

No obstante, y este es el problema de este LP, tras una gran canción un tema como «Only People» hace que seamos conscientes que no estamos ante el mejor Lennon. Definida por él mismo años después como «una canción fallida», es un nuevo intento de escribir un himno pacifista del corte de «Give Peace a Chance» o «Power To The People». Una canción de agradable escucha, pero poco más.

Mejor resulta «I Know (I Know)» un tema que el propio John despreciaría como «un pedazo de nada», pero que sin embargo tiene una buena melodía (especialmente apreciable cuando se la desprende del exceso de azúcar de la producción imperante en el LP) y una línea de bajo antológica. Lo curioso de esta canción es que, aunque aparentemente es una petición de disculpas, son muchos los allegados al entorno beatle que afirman que la letra está dedicada a Paul McCartney y supondría la reconciliación definitiva del genial dúo. ¿Quién sabe?

Seguro es, esta vez sí, que la exótica «You Are Here» está escrita para Yoko. Melosa, tierna, disfrutable y perfecto contrapunto al tema que cierra el álbum, la rockera «Meat City«. Y así concluye «Mind Games», un LP con el que Lennon intentó reconciliarse con su público, objetivo que en gran medida consiguió. Se editó en noviembre de 1973 y, a pesar de un arranque comercial titubeante, acabó alcanzando el número 9 en Estados Unidos, muy lejos del número 48 de su anterior trabajo. Sin embargo en su país natal, Inglaterra, ni siquiera alcanzó el número 11 de «Some Time In New York City» y se quedó en un nº13.

La crítica, sin embargo, no fue mucho más benévola con este álbum. Rolling Stone habló de «lo peor que ha escrito hasta ahora» y en las revistas especializadas en general se repitieron términos como «autocomplacencia» y «falta de inspiración». Pero, ¿es Mind Games un mal disco?, definitivamente, no. No es un John Lennon en plena forma, pero un John Lennon al 50% reúne más talento que decenas de otros músicos juntos. De hecho, se puede decir que muchos de los cortes incluidos no están a su altura, pero no dejan de ser buenas canciones. Estamos muy lejos del Lennon Beatle o el de «Plastic Ono Band» e «Imagine» pero un LP con «Mind Games»,  «Out The Blue» o «Aisumasen» merece una oportunidad…, no será un disco que haga volar tus sentidos, pero seguro que te hará pasar un rato agradable…, poco mérito para John Lennon, pero algo inalcanzable para gran parte del resto.

VALORACIÓN GUILLETEK’S: 7/10

 

Texto: Guillermo Mittelbrunn Beltrán. 30 de agosto de 2014

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