midiscodemisemana - ROBERTO FONSECA - yo (2012)


Ruptura=Renacer.
Esto lo ha debido tener muy presente el pianista cubano Roberto Fonseca, que tras una larga trayectoria de jazz cubano y latino y múltiples colaboraciones en discos puristas del género, ha decidido RENACER de nuevo y empezar de cero.
Asi se muestra en la portada de su nuevo disco, sin ropa, sin collares ni pulseras y con el torso desnudo donde se puede leer "Yo" y debajo su nombre.
Es una ruptura a medias, también digamosló, porque el disco sigue sonando a jazz latino con el piano como instrumento principal, pero hay matices que conviene destacar.
Por primera vez, abraza toques electrónicos ayudado por Gilles Peterson y Michael Eldridge (Radiohead, Dj Shadow, etc...) y de dos de sus nuevas canciones se han hecho dos remixes en clave dance (Bibisa y 80´s).
El disco se ha grabado integramente en París, en parte porque la mayoria de músicos africanos que colaboran en el disco (otro matiz es esta querencia por lo africano) viven en la capital francesa.

Y es que los que trabajamos en una oficina ya tenemos asumido un trabajo rutinario y que cada día se parezca al anterior y al siguiente.
Por eso, es de valorar y agradecer que un artista consagrado y respetado por los puristas en el jazz cubano y latino, haya decidido dar este paso adelante y añadir toques africanos y sobre todo electrónicos.

Un disco de esos de los que se cuela inesperadamente en tu cabeza y no salen de ella.
Posiblemente el disco se cuele en los mejor del año en mi lista, porque no todo en la vida es POP y ROCK.




Solo:
Roberto Fonseca - Cuando Uno Crece



Con banda:
Roberto Fonseca - 80´s


Se que es un poco largo y algunos andan con prisas, pero me ha llamado la atención esta larga y completa nota de prensa que Yannis Ruel ha escrito sobre "YO", un gran disco de jazz.
Y aqui lo añado y recomiendo su escucha, disfrutarán más el disco, se lo aseguro.

Cuando Roberto Fonseca toca, su música se filtra por cada poro de su cuerpo, a veces en el escenario se levanta hasta martillear su piano como si se tratase de un instrumento de percusión y convertir su grupo en una “comparsa” – un conjunto de percusión que desfila en las calles de un carnaval convenciendo al público hasta que bailase eufóricamente…

El nuevo álbum de Roberto Fonseca, alarga esta fiesta como nunca antes lo había hecho. Reconocido como una de las grandes figuras del jazz cubano actual, el joven pianista nos demuestra sin ambigüedades que su horizonte no se limita a sutilezas de la nota azul, ni al azul de las Antillas.

Que él haya decidido bautizar este séptimo álbum con el pronombre personal “yo”, y posar ante la cámara con su torso completamente desnudo y las manos abiertas hacia al cielo, no es ninguna coincidencia. Su cuerpo, sin collares ni brazaletes, evoca una imagen de renacimiento. “Con este disco empieza una nueva etapa, más que una ruptura”, comenta Fonseca. “YO exprime la mirada penetrante de mis raíces con mis experiencias y expone la diversidad de mi mundo musical, todas estas ideas que yo guardaba en un rincón de mi cabeza, sin tener la oportunidad de ser llevadas a cabo.”

Si estas nuevas composiciones retoman temas del amor y de la espiritualidad, para este proyecto Fonseca extrae un amplio abanico de sonidos mucho más extenso y contrastado. En vez de su habitual quinteto de jazz, desarrolla con YO una unión entre instrumentos electrónicos, analógicos y africanos, órgano Hammond, n’goni, congas, kora y un tambor tamani, todo combinado en una síntesis groove afro-cubano y de tradición de los griots.

Desde su adolescencia los pianos “vintage” como el Hammond , Rhodes y Moog, ejercen sobre Fonseca una atracción particular, junto a los clásicos del jazz-funk como Herbie Hankcock & The Headhunters. “En los festivales he tenido la oportunidad de observar a muchos músicos que tocaban el Hammond. Lo he tocado desde hace muchos años, pero es la primera vez que lo utilizo para una grabación.”

La relación de Fonseca con África y en particular con la cultura Yoruba nos resulta ya muy familiar. Educado en el barrio de San Miguel del Padrón, en la Habana, su abuela paterna le transmitió la fe por el culto a sus antepasados, propio de la santería cubana. En este álbum Roberto ha querido profundizar aún más en esta conexión trabajando con músicos africanos.

“Siempre había soñado en ver como podían quedar mis composiciones interpretadas por músicos africanos de mi generación. Es un honor poder contar con Baba Sissoko, Sekou Kouyate o Fatoumata Diawara, unos músicos que además de su talento, son personas que tienen la mano en el corazón y te lo dan todo sin esperar nada a cambio.”

En total, una quincena de músicos, instrumentistas y cantantes, han participado en la producción de YO. Además de los músicos africanos citados, también han participado los cubanos Ramsés Rodríguez y Joel Hierrezuelo, dos habituales compañeros de Roberto, el versátil bajista Étienne Mbappé y el guitarrista Munir Hossn contribuyen a enriquecer el proyecto, en el cual también figuran la algeriana Faudel, el cantante senegalés Assane Mboup de la Orquesta Baobab y el poeta Mike Ladd. Para terminar, el inglés Gilles Peterson, amigo de Fonseca después de su encuentro en el proyecto Havana Cultura New Cuba Sound, aporta su experiencia con la co-producción de dos temas.

Reunidos en primavera de 2011 en el estudio Meudon en Paris, el equipo terminó la grabación en tan sólo una semana. Fonseca, es el primero en reconocer que la fluidez percibida en las sesiones de grabación fue gracias a su manager y co-productor Daniel Florestano, quien lo ha orientado en las elecciones artísticas y técnicas de este proyecto… Entre ellos ha sido decisiva la colaboración del productor californiano Count aka Mikael Eldridge. Verdadero orfebre del sonido ha trabajado con el DJ Shadow, Radiohead o los Rolling Stones. Count no ha escatimado esfuerzos en su primera experiencia fuera del mundo anglosajón. Si la grabación tomó menos tiempo del previsto, la post-producción – mezcla, masterización, programación adicional y las remezclas – duró varios semanas.

“Me sigue sorprendiendo cada vez que vuelvo a escuchar el disco, y eso se debe al trabajo de Count. Su maestría con el sonido y el espacio, su inteligencia para la psicología de cada tema, es impresionante. Es un gran creador, su contribución ha sido fundamental para el éxito de este trabajo.”

El disco abre con una fiesta, de una manera similar a la que acaban los conciertos de Fonseca… Probablemente uno de los temas más intensos del álbum, “80s” hace referencia a una época donde se bailaba sin prejuicios, la década anterior a la caída del muro de Berlín, y el “período especial” de Cuba. Ilustrando la influencia de la percusión en su interpretación Fonseca alterna el piano y el Hammond para elaborar su relato: “Generalmente compongo contando una historia, como si fuera una película. En este tema imagino que una comparsa de carnaval se planta justo enfrente de mi mientras yo estoy tocando el piano. Sigo tocando, y me junto a la fiesta, antes que los tambores continúen con su viaje, y yo vuelva a mis ejercicios, ¡de ahí viene esta coda clásica!”

Desde la América negra, “Bibisa” nos transporta hasta África. Composición de Baba Sissoko, este tema mezcla el piano de Fonseca, la voz de Fatoumata Diawara y un duo de cuerdas africanas interpretadas por Baba Sissoko (n’goni) y Sekou Kouyate (Kora). “Es un tema orgánico y espiritual, me imagino un grupo de personas reunidas bajo un árbol para charlar”, explica Fonseca. “Pero cuando lo escuchas bien, uno se da cuenta de que la clave (ese esquema rítmico a partir del cual salen las músicas populares cubanas) está en el contraste entre este leitmotiv cubano y los elementos puramente africanos. Esto es el proyecto del disco: tocar las raíces africanas sin olvidar de donde venimos, sin olvidar Cuba.”

En este punto Roberto nos presenta “Mi negra Ave María”, una melodía compuesta a cuatro manos por Fonseca y su madre, Mercedes Cortés. Al igual que en sus anteriores discos, el pianista la utiliza para invocar las energías positivas que lo acompañan desde el día de su nacimiento. Elaborada en un formato de piano, bajo, batería, este tema gana aun más vitalidad gracias al poema improvisado de Mike Ladd, Obatala’s Daughter. “Gilles Peterson, quien ha co-producido este tema me presentó a Mike Ladd. Honestamente, al principio pensé que el tema ya era suficientemente rico solo con la versión instrumental y que una voz no era necesaria. Nunca me habría imaginado la alegría que Mike nos traería mientras recitaba el texto poco a poco. Mi inglés no es muy bueno y yo no entendía todo lo que decía Mike, pero era evidente que sus palabras elevaban la dimensión más espiritual del tema.”

Si todo seguidor de la religión Yoruba es hijo de la diosa Obatala, Chango o su equivalente, Siete Rayos es la divinidad a la cual Fonseca está personalmente ligado por su iniciación. Influenciado por ese dios de la guerra, de la música y de la justicia, el tema “7 Rayos” progresa sobre una armonía casi continua y un ritmo marcial, donde cohabitan distintos elementos – Kora, Tamani, coro, programación electrónica – que aportan a la canción una dimensión narrativa y la impresión de un gran viaje. “Quería producir un tema minimalista, que exprimiera mis sentimientos teniendo en cuenta las raíces africanas de la cultura cubana. De ahí la decisión de integrar un extracto de un vinilo donde el gran poeta Nicolás Guillén rinde homenaje a los Yorubas.”

“El Soñador está cansado” es otra composición de Roberto, y el segundo tema donde Gilles Peterson participa en la producción. Fonseca debuta con un solo de piano, y después da un giro hacia un sonido más soul-funk con un Rhodes. “Esta pieza está dedicada a todos los románticos, que hablan de la desilusión del amor. Así como es también un guiño a la sonoridad vintage del nuevo soul inglés y de talentos como Peterson, que aportó un saber hacer particular. El reto era combinar todos estos elementos con percusiones cubanas y africanas.”

“Chabani” es el nombre de la familia de un amigo algeriano de Roberto, quien le mostró la riqueza cultural y musical del Magreb. Los melismas del cantante Faudel reflejan una visión de Algeria, la blanca, al mismo tiempo que el tamani – o “el tambor que habla” – de Baba Sissoko hizo destacar este tema.

La tradición Gnawa es el tema principal de “Gnawa Stop”. Composición del percusionista Joel Hierrezuelo, el título pone en evidencia la similitud entre los ritmos gnawas y los afro-cubanos. Construido en dos tiempos, un primer tiempo donde los instrumentos van encontrando su espacio, y un segundo tiempo donde todos ellos entran en una cadencia común, esta pieza lleva progresivamente al oyente hacia un estado de trance, su ritmo repetitivo da la impresión que podría durar toda la noche, y quizá nunca pararía.

“El Mayor” es Luis Jesús Valdés Cortés, el hermano mayor de Roberto, y responsable de la pasión de Fonseca por el funk americano. Esos intercambios de sintonías de la radio se superponen al piano, que hace referencia al pasado de Luis Jesús cuando estudiaba piano, y también a la búsqueda de emisoras de radio que aportan a Cuba nuevas sonoridades.

“JMF” son las iniciales de dos personas que han formado parte de la vida de Roberto durante los últimos años. Homenaje a las grandes figuras de la música cubana, este tema se inspira en tradiciones insulares y fluye dentro de una variación electrónica de un montuno de órgano Hammond y de Kora eléctrica. “Nunca pensé que Sekou Kouyate podría producir ese sonido con la kora, explica Fonseca. La manera como se mezcla con el resto de instrumentos es sensacional y ya puedo decir ahora mismo que repetiremos esta experiencia.”

En territorio de rock afro-cubano aparece la calma con “Así es la vida”, una balada con una melodía y un solo de piano llevados a cabo con gran serenidad: Explica que nunca se puede perder la esperanza. “Los músicos muy a menudo nos olvidamos de que un silencio puede ser más revelador que un montón de notas.”

“Quien soy yo”, ya con este título, este tema es uno de las manifiestos del álbum. Bajo su aparente simplicidad, el tema extrae diferentes estilos de música cubana para descomponer los elementos y recomponerlos sobre una estructura inédita. A este montaje se le suman la fuerza de la voz de de Assane Mboup, uno de los cantantes de la legendaria Orquesta Baobab, y los ritmos de samba brasileños de Munir Hossn con el cavaquinho. “Este tema habla del amor y de las vibraciones positivas. Reúne tres de las fuerzas musicales más importantes, unidas por la Tierra madre, África.”

Para cerrar el círculo, Roberto moviliza Hammond, Rhode y Moog en un himno jazz funk, un recorrido perseguido vertiginosamente por la sección rítmica d’Étienne M’Bappé, Joel Hierrezuelo y Ramsés Rodríguez, el compositor. “Rachel es el nombre de una de las hijas de Ramsés. Se grabó una primera versión dentro de un registro más cubano, y cuando lo escuché pensé que este tema se podía adaptar a un estilo más legendario”

A las personas que aún se preguntan quién es Roberto Fonseca y a todas aquellas que creen conocerlo bien, el músico cubano les responde con YO. Una epopeya al encuentro del jazz, de las músicas tradicionales y el soul; una travesía de un lado al otro del Atlántico negro; un disco que presenta a un nuevo artista, no porque él haya cambiado sino porque su talento esconde aún sorpresas increíbles.

Yannis Ruel

Comentarios

  1. Muy agradable de escuchar, el inicio de la primera canción me recuerda a lagrimas negras no?

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