Coleccionando vinilos - 211 - LUCINDA WILLIAMS "Live at kut fm" (4-10-1981)
Lucinda Williams – Live at KUT-FM in Austin, TX - October 4, 1981
Lista de Títulos
A1 | I Lost It | |
A2 | King If Hearts | |
A3 | Bill | |
A4 | Happy Woman Blues | |
A5 | Sharp Cutting Wings | |
A6 | Lafayette | |
A7 | Nothin' In Ramblin' | |
B1 | Ramblin' On My Mind | |
B2 | Abandoned | |
B3 | All I Want (Take 2) | |
B4 | Song For A Jewelry Maker | |
B5 | Pancakes |
Pero lo que él no sabe es que hay un segundo motivo oculto para que dicha entrada este presente precisamente esta semana en el blog, y ese motivo no es otro que este es mi regalo de boda, y ahora, entrando en temas “rosas”, resulta por si alguien lo desconoce, que creo que no, que Il Cavaliere por fin se nos casa.
Lucinda Williams.
Un mujer que ya forma parte de la leyenda viva de la historia de la música.
Il Cavaliere.
Lucinda Williams (Lake Charles, Luisiana, 26 de enero de 1953)1 es una cantautora estadounidense de música rock, folk y country. Ha obtenido tres premios Grammy, y fue considerada la mejor autora de canciones de Estados Unidos por la revista TIME en 2002.
Carrera musical
Con poco más de veinte años, tocaba en las ciudades texanas de Austin y Houston una mezcla de folk, rock y country. En 1978 se trasladó a Jackson, en el estado de Misisipi, para grabar su primer disco, para Smithsonian/Folkways Records. Titulado Ramblin', consistía en una colección de versiones de temas de country y blues. Dos años después, en 1980, publicó Happy Woman Blues, con temas de creación propia. Ninguno de los dos álbumes tuvo demasiada repercusión.
A comienzos de la década de 1980, se trasladó a Los Ángeles, en California, donde comenzó a labrarse una reputación con sus actuaciones, tanto eléctricas como acústicas. Más tarde se instaló en Nashville, Tennessee. En 1988 editó un nuevo álbum, con el sello Rough Trade Records, titulado sencillamente Lucinda Williams. El disco sencillo "Changed the Locks", acerca de la ruptura de una relación, fue radiado en emisoras de todo el país y le ganó varios seguidores entre las gentes del negocio de la música, entre ellos Tom Petty, quien grabaría más tarde una versión de esta canción.
Su siguiente grabación, Sweet Old World (Chameleon, 1992), es un álbum de tono melancólico, en el que están muy presentes los temas del suicidio y la muerte. Su principal éxito durante los primeros años de la década de 1990 fue como autora de canciones. Mary Chapin Carpenter grabó en 1992 una versión de "Passionate Kisses" (del álbum Lucinda Williams), que fue un gran éxito en las listas de country. Por este tema, Williams obtuvo el Grammy a la mejor canción de country en 1994. Gracias a esto, pudo ganarse el aprecio de la crítica, pero su éxito comercial continuaba siendo bastante moderado. Tenía fama de demasiado perfeccionista, y de trabajar muy despacio en la sala de grabación. De hecho, pasaron seis años antes de que publicara su siguiente disco, aunque apareció como artista invitada en álbumes de otros músicos y participó en varios discos colectivos durante este período.
Su siguiente grabación, muy esperada, apareció en 1998, con el título de Car Wheels on a Gravel Road. Este disco, que fue premiado con el Grammy al mejor disco de folk contemporáneo, le proporcionó finalmente el éxito comercial que tantas veces se le había negado. Además de recibir excelentes críticas, el álbum se vendió muy bien. Tuvieron gran repercusión sobre todo dos temas, ambos editados en disco sencillo: "Still I Long for Your Kiss", que formó parte de la banda sonora de la película de Robert Redford El hombre que susurraba a los caballos, y "Can't Let Go". Después de la publicación del disco, Williams realizó una gira con Bob Dylan, y otra como cabeza de cartel, para la promoción de su álbum.
Su siguiente disco, Essence (2001), fue también un gran éxito. Este álbum, bastante más sencillo que el anterior en cuanto a su producción, acercó a Williams al público de la música alternativa. Uno de los temas incluidos en el álbum, "Get Right With God", le proporcionó en 2002 su tercer Grammy, por la mejor interpretación femenina de rock. Se trata de un atípico tema de gospel-rock que contó con la contribución con el órgano Hammond del músico de country alternativo Ryan Adams.
En 2003 publicó World Without Tears, y en 2005, un disco en directo,Live @ The Fillmore. West, está dedicado a su madre, recientemente fallecida, para la que escribió más de 27 canciones. El disco, editado el 13 de febrero de 2007, contiene 13 temas, y su estilo es bastante similar al de World Without Tears. El 14 de octubre de 2008 publicó "Little Honey", y en 2011 "Blessed".2
En 2014 publica Down Where the Spirit Meets the Bone un álbum doble de una calidad extraordinaria.3 Con un equipo que incluye a Tony Joe White, Greg Leisz, Jonathan Wilson o Doug Pettibone y a los Imposters, la banda de acompañamiento de Elvis Costello, que aportan su base rítmica por medio de Pete Thomas y Davey Faragher. Un corazón atravesado por un cuchillo adorna la portada de este álbum cuya temática se nutre de las andanadas de la vida, el sufrimiento que provocan y la actitud con la que enfrentarse a ellas. Comienza el disco con Compassion, una adaptación de un poema de su padre (Miller Williams) con guitarra acústica donde reina la sobriedad. En general la música de la cantante está decisivamente influida por los sonidos del country de raíces, tal y como puede apreciarse en East Side of Town, o en la rítmica This Old Heartache. En It’s Gonna Rain, más sobria y dolorosa, aparecerá la voz profunda y delicada de Jakob Dylan como buen contrapunto. En otros temas como West Memphis o Something Wicked This Way Come y Everything but the Truth también destaca la labor de las guitarras. Otras canciones a destacar son la épica Cold Day in Hell, la sentimental Wrong Number, la sosegada When I Look at the World, con su reivindicación del olvido de los errores, o One More Day, en la que sobresale la sección de metales.
Su álbum de 2016, Ghosts of Highway 20 es doble, con trece nuevas canciones, más una versión de Factory de Bruce Springsteen, en que sigue el duelo por su padre, el poeta Miller Williams, presa del Alzheimer en sus últimos años y la idea de mortalidad, al tener conciencia que ya hemos vivido más de lo que nos queda por delante.4
El disco gira en torno a la carretera como metáfora vital. Lucinda Williams habla de ‘’moteles en declive y vallas publicitarias desteñidas, coches usados en venta y depósitos de chatarra’’ en el tema titular. Se trata también de un reencuentro con el pasado: ‘’Quien soy ahora es quien fui entonces. No hay duda alguna, soy pariente de todos los fantasmas a lo largo de la autopista’’. En Doors of Heaven confiesa que quizás se ha cansado de vivir y pide que le abran las puertas celestiales, donde ‘’pasearé en la gloria, contándole a todos mi historia una y otra vez’’. En Louisiana Story describe la infancia y el complejo de culpa que inculca una severa educación religiosa, y en Can’t Close the Door on Love, se refiere a la empatía para superar los fracasos. Otros temas a destacar son Place in my Heart o Bitter Memory.
Discografía
Álbumes de estudio
- 1979: Ramblin'
- 1980: Happy Woman Blues
- 1988: Lucinda Williams
- 1992: Sweet Old World
- 1998: Car Wheels on a Gravel Road
- 2001: Essence
- 2003: World Without Tears
- 2007: West
- 2008: Little Honey
- 2011: Blessed
- 2014: Down Where the Spirit Meets the Bone
- 2016: The Ghosts of Highway 20
- 2017: This Sweet Old World
- 2020: Good souls better angels
Essence
Lucinda Williams llegó tarde, no a la vida-porque había vivido mucho y había vivido bien en muy poco tiempo-pero sí al reconocimiento. Llegó tarde a la fama, en un género musical hecho principalmente por y para hombres como es el country.
En los setenta pasó por los bares y tabernas de Houston, de Austin, ambos en Texas, y de Jackson, Mississippi. Williams editó un par de álbums sin mucho éxito antes de cumplir 30. Luego se tomó su tiempo. Sacó un disco cada seis años en promedio, pero su reputación estaba más relacionada con ser compositora para otros artistas, por hacer canciones tras las sombras. Williams estaba lejos del country más comercial y juguetón de tipos como Garth Brooks y eso parecía pesarle. Lo suyo estaba más emparentado con los cuentos de desolación de Hank Williams, con Dylan circa 1965, y con lo más country de Neil Young. Con su voz rasposa, Williams retrataba en canciones las derrotas del sur profundo y de su propia vida.
Eso hasta que era 1998 y cumplió 45 y lanzó un álbum llamado Car Wheels on a Gravel Road, una colección de temas que trascendió el género al que se le asocia. Con esas canciones Williams dejó atrás una carrera más inclinada a las tinieblas que a la luz y se convirtió en un icono no solo del country, sino que cultural. Escuchar Can’t Let Go en Gravel Road es entender que lo suyo va mucho más allá de un sombrero de cowboy.
Buena parte de su mejor trabajo se concentra en amores perdidos. Está la rabia, pero también siempre hay una idea de que se perdió algo irrecuperable. Eso es lindo.
Whisky, caminos de tierra, lugares sombríos del delta del Mississipi. Lo que Williams le hizo a la música country es valioso porque no tiene que gustarte el country para escucharla. Aquí hay una vuelta de tuerca a lo que ya estaba, una oscuridad que puede estar emparentada con Nick Cave, PJ Harvey, Cohen, o incluso, Tom Waits. Un álbum como West, de 2007, está para escucharlo de noche en una casa en medio de la nada, no en un wurlitzer de bar honky-tonk.
Williams, hija de Miller Williams, un reconocido poeta de los 50 y 60, creció en Lake Charles, Luisiana, más cerca de Texas que de New Orleans, la ciudad que justamente define a Luisiana. Y ese rasgo biográfico; el padre y el sur, de seguro explican mucho. Aunque sus raíces y su música tengan un fuerte aroma sureño, es decir, a los estados donde ganó Trump, a estados más pobres, más negros, más blancos, con más problemas sociales que los estados azules de las costas, Williams decidió ser una mujer que va a contrapelo de su propia cultura. Esto no es country hecho por una mujer de corazón redneck o hillbilly, como suele pasar. Esta es la música de una mujer que, nacida y criada en una pequeña ciudad del sur más profundo, decidió apoyar a Bernie Sanders. No a Hillary. A Bernie.
Miller, su padre, había sido un progresista en el sur y había estado tras causas como los derechos de las mujeres cuando Lucinda crecía. Eso permeó en ella.
Lucinda Williams es el sur de Estados Unidos, su alma está ahí, pero también es el sur cuestionado. Ese viaje, en su música, en sus letras, arde, pero arde bien.
Como un trago de un gran bourbon.
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