Coleccionando vinilos - 212 - WEST MEETS EAST - Yehudi Menuhin/Ravi Shankar (1967)

 


Un poco triste pero cierto que mi camino hacia Ravi Shankar haya ido del uso que hacian del Sitar el grupo barcelonés Sidonie, pasase por la afición a esta música y amistad de los Beatles con este artista (sobre todo George Harrison) y por último con este vinilo que cayó en mis manos y es de una belleza casi espiritual.

El resultado, de acertado título, (West Meets East), es un álbum del violinista estadounidense Yehudi Menuhin y el virtuoso del sitar indio Ravi Shankar, lanzado en Gran Bretaña en enero de 1967. Fue grabado después de su exitoso dúo en junio de 1966 en el Bath Musical Festival, donde tocaron parte del mismo material.

En las dos aportaciones que acompaño podrán adentrarse en este disco asi como un repaso a la vida y obra de de Ravi Shankar.

Lo tenéis fácil para escucharlo ya que está en Spotify; si necesitáis aislaros y relajaros no busquéis sonidos de pájaros o de corrientes de río, darle al play a este disco y cerrar los ojos.


Sello:
Angel Records ‎– S. 36418
Formato:
Vinyl, LP, Stereo
País:
Publicado:
Género:
Estilo:

Lista de TítulosOcultar Créditos

A1Prabhāti (Based On The Rāga Gunkali)
Tabla – Alla Rakha
4:02
A2Rāga Puriyā Kalyan11:47
A3Swara-Kākali (Based On The Rāga Tilang)8:47
Sonata No. 3 In A Minor, Op. 25 (In The Popular Rumanian Style)
B1First Movement: Moderato Malinconico8:15
B2Second Movement: Andante Sostenuto E Misterioso8:20
B3Third Movement: Allegro Con Brio, Ma Non Troppo Mosso7:12

Compañías, etc.

Créditos



Gran repaso de este disco desde MELOMANODIGITAL.COM

The Ravi Shankar Collection. West Meets East

The Historic Shankar / Menuhin Sessions
Angel Records 7243 5 67180 2

Pudiera parecer que la reciente desaparición del extraordinario violinista y director Yehudi Menuhin explicaba la recuperación en CD de grabaciones suyas realizadas hace más de veinticinco y treinta años, pero no es así del todo, porque hay algunos datos que revelan cambios que sin duda son frutos del paso del tiempo. Me explico. La aparición en 1966, 1967 y 1976 de los tres álbumes West Meets East, con la colaboración del músico indio intérprete de “sitar” Ravi Shankar y Yehudi Menuhin supuso la primera consagración de un nuevo interés por la música oriental. Fue algo que formaba parte de un movimiento cultural que ya se había incidido en la música “pop” y que hacía acto de presencia en la mal llamada -a falta de una mejor calificación, que seguimos sin encontrar- clásica. La “tarjeta de visita” aportada por la participación de Yehudi Menuhin, abrió las puertas a una mayor amplitud de miras para esta música que casi siempre ha estado constreñida por exigencias inventadas y estériles, como ya había sucedido unos cuarenta años antes con los primeros contactos con el jazz, que en 1917 desbordaba las fronteras de Estados Unidos y llegaba a la Europa de Stravinsky o de los impresionistas franceses. Era una nueva aportación, como la de los orientalismos del último cuarto del siglo XIX, que venía para dejar su huella y, en parte, para quedarse.

La llegada de instrumentos como el “sitar”, la “tabla” o el “tanpura” fue consecuencia del interés por India y estos álbumes tuvieron mucho que ver en la generalización de su extraordinario atractivo musical. Con ellos Ravi Shankar pasó a ser “músico de corte” de la influencia de oriente en occidente. Ahora se puede decir que la calidad original de las grabaciones, mejorada en el proceso de su digitalización, no sólo se agradece sino que permite una natural escucha sin que nos suenen a “antiguas”.

Los cambios que se advierten residen sobre todo en la selección realizada para conformar este CD de los tres LPs de vinilo. De las ocho obras incluidas, siete son originales de Ravi Shankar y sólo una Raga Ananda Bhairava está basada en una variedad de Raga poco conocida de carácter anónimo en su origen, aunque con la intervención al sitar de Ravi Shankar, acompañado por Alla Rakha a la tabla. Lo que quiere decir que salvo en esta obra y en Twilight Mood, en las cinco restantes interviene Yehudi Menuhin, pero sin que aparezcan ejemplos de la música occidental, algo que en la fecha de los primeros lanzamientos tal vez habría sido considerado excesivo. Exagerando un poco se podría decir que entonces la presencia del violinista era certificación de una música “políticamente” correcta y ahora es Ravi Shankar el que, a su vez, avala las grabaciones de Menuhin.

Junto a los dos intérpretes principales, Menuhin y Shankar al sitar y Alla Rakha a la tabla, intervinieron en la grabación a la tanpura, según las obras, Prodyot Sen, Kamala Chakravarti, Nodu Mullick y Amiya Dasgupta. Las dos primeras obras proceden del primer álbum West Meets East, que fue grabado en Inglaterra,; las tres siguientes corresponden al segundo, grabado en Estados Unidos, y las dos últimas, del tercero, fue grabado en Estados Unidos y Francia. Creo que para el que posea aquellas ediciones en vinilo puede tener interés conocer todos los títulos incluidos en el CD, que son los siguientes: Prabhati, Swara Kakali, Raga Piloo, Dhun, Raga Ananda Bhairava, Tenderness y Twilight Mood. Estamos desde luego ante una recuperación plenamente justificada por los intérpretes, por las obras seleccionadas y por la calidad de la grabación.



Como suelo hacer en discos en los que se unen dos artistas, vamos a repasar brevemente la vida de ambas.

Extraemos de ELPAIS.COM el repaso a RAVI SHANKAR en el momento en que se anunciaba su fallecimiento.


Muere Ravi Shankar, el maestro indio que iluminó el mundo

Sedujo a The Beatles y propició la aceptación global de la música y la cultura de India

Virtuoso de su instrumento, también era conocido como el padre de Norah Jones


Ravi Shankar, que murió ayer martes en San Diego (California) disfrutó de una vida plena. Sus 92 años fueron lo bastante intensos para justificar dos autobiografías (My music, my life y Raga mala), donde explicaba cómo amplió los límites de la tradición musical que encarnaba, aplicando sus poderes al cine, el teatro y el ballet, aparte de abrirse a experimentos internacionalistas.

"Aunque la operación fue exitosa, la recuperación resultó demasiado difícil para el músico", han informado en un comunicado conjunto la fundación que lleva su nombre y su sello discográfico East Meets West Music. El artista tenía su domicilio en el sur de California aunque mantenía también residencias en India. El primer ministro indio, Manmohan Singh, ha expresado su tristeza y ha dicho que con su muerte se pierde "un tesoro nacional y un embajador global de la herencia cultural de India".

Ningún otro músico clásico tuvo tanta influencia en la evolución del pop. Es posible que Segovia despertara idéntica veneración entre los guitarristas de los sesenta pero don Andrés no se mezcló con los melenudos. Ravi lo hizo, aún a sabiendas del riesgo de trivialización. Se recuerda su humor punzante en el Madison Square Garden neoyorquino, en agosto de 1971. Se celebraba el benéfico Concert for Bangladesh, que partía de una idea suya. Iba a tocar un jugalbandi, un dueto con el prodigioso Ali Akbar Khan y su sarod. Según la costumbre, afinaron sobre el escenario. Les respondió un aplauso general. Ravi advirtió al público: "Si apreciáis tanto la afinación, espero que disfrutéis aún más con la música".

Ravi conservaba prejuicios de su casta y deploraba el uso de drogas y la promiscuidad de los 'hippies'

No funcionaba como gurú contracultural. De hecho, Ravi conservaba prejuicios de su casta y deploraba el uso de drogas y la promiscuidad de los hippies. Aunque él mismo se benefició de la tolerancia ambiental de los setenta, como se supo al triunfar Norah Jones y revelarse que era hija de Shankar y de una promotora estadounidense.

En realidad, Ravi tenía todas las credenciales para ejercer de embajador cultural. En los años treinta había recorrido Europa como parte del grupo de baile de su hermano Uday. Cumplidos los 18 años, se sumergió en el estudio del complejo sitar. Se benefició del resurgimiento cultural que siguió a la independencia, funcionando como director musical de All India Radio y confeccionando banda sonoras para películas de Satyajit Ray.

Como Ray, formaba parte del arte indio exportable. Participaba en giras patrocinadas por el Gobierno de Nueva Delhi. A mediados de los sesenta, actuaba en Madrid bajo los auspicios de la Embajada (ante un público tan escaso como entusiasta). Para entonces, ya había conocido al músico pop que le convertiría en un icono global similar a Ghandi o Tagore.

La música debía satisfacer las necesidades emocionales, espirituales, mentales y físicas

El publicista fue George Harrison, el más insatisfecho de The Beatles. Puede que siguiera la pista de los californianos Byrds pero Harrison tuvo un acceso privilegiado al maestro: en compañía de Ali Abkar, ofreció un concierto privado para John Lennon, Ringo Starr y el propio George. En 1966, Shankar le dio clases, advirtiéndole que no eran más que rudimentos, que el verdadero dominio del sitar requería años de estudio. El discípulo no estaba tan comprometido pero sí aceptó los consejos de Ravi para internarse en las creencias hinduístas.

'Raga-rock'

El poder de irradiación de The Beatles hizo el resto: se materializó incluso un híbrido llamado raga rock. Shankar se horrorizó igualmente ante un invento como la guitarra-sitar, que imitaba la tímbrica de su instrumento. Pero también entendía que el modo de vida occidental estaba reñido con el desarrollo de sus largas ragas. Él mismo había grabado placas de pizarra y había interiorizado la posibilidad de recortar su arte en concentrados de tres minutos.

No menor fue su ascendiente sobre la vanguardia del jazz, entonces interesada por las religiones orientales. En 1965, John Coltrane bautizaría Ravi a su hijo, hoy también saxofonista. Fascinó igualmente a muchos minimalistas; con Philip Glass grabaría Pasajes, en 1990. Siempre estaba abierto a colaboraciones insólitas, como Inside the Kremlin (1988), con una orquesta y un coro rusos.

Consciente de su situación de intermediario entre dos mundos, Shankar manifestaba un aliento didáctico frente a cualquier micrófono. Aclaraba la estructura de las ragas, diferenciaba entre la escuela indostánica del Norte (la suya) y la del Sur de India, puntualizaba su preferencia personal por el toque gayaki (cantarín). Su filosofía subyacente se resumía en la metáfora de "la casa con cuatro habitaciones": la música debía satisfacer las necesidades emocionales, espirituales, mentales y físicas de todos los implicados en el proceso.

Harrison se mantuvo como principal difusor de las virtudes de Shankar pero el sitarista se sentía más cómodo al lado de colegas de formación clásica. Con el violinista Yehudi Menuhin realizó los populares elepés West meets East (1966-7). André Previn dirigió a la sinfónica de Londres en su Concerto for sitar and orchestra (1970), el primero de varios. Jean-Pierre Rampal, Bud Shank o Zubin Mehta también se beneficiaron de su apasionado discurso instrumental.

Aunque sufría problemas cardiacos desde los años setenta, apenas disminuyó su carga de trabajo. Recibió una oleada de honores y premios, sin renunciar a los conciertos o las labores de la Ravi Shankar Foundation. Guió los pasos de su hija menor, Anoushka Shankar, una sitarista igualmente atraída por el diálogo intercultural. Ella también realizó un cariñoso retrato de Ravi en el libro Bapi: love of my life

Y desde WIKIPEDIA dejamos cuatro lineas sobre la vida de YEHUDI MENUHIN

Yehudi Menuhin, también conocido como Lord Menuhin of Stoke d'Abernon,1​ OMKBE (Nueva York22 de abril de 1916-Berlín12 de marzo de 1999), fue un violinista y director de orquesta nacido en Estados Unidos, con nacionalidades suiza (1970) y británica (1985), de origen ruso (con ascendencia judía). Menuhin es considerado uno de los más grandes violinistas del siglo XX.

Presidió el Consejo internacional de música en la Unesco (de 1969 a 1975) y fue un activo defensor de causas humanitarias. Fue alumno de yoga de B. K. S. Iyengar, de quien decía que fue su mejor maestro de violín.

Formación temprana

A los tres años, Yehudi Menuhin acompañaba a sus padres cuando estos asistían a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de San Francisco. El sonido del violín de Louis Persinger encantaba tanto al pequeño que insistió en tener uno en su cumpleaños y que Persinger fuera su profesor. Menuhin obtuvo ambas cosas y a la edad de diez años ya era un intérprete de fama mundial.

La inteligencia musical de Menuhin se manifestó incluso antes de haber tocado un violín o haber recibido ningún tipo de instrucción musical. Algunos especialistas sugieren que ya estaba preparado desde su nacimiento para la música por su poderosa reacción a este sonido en especial y sus rápidos avances con el instrumento a tan corta edad.

Labor pedagógica

Su labor pedagógica incluye la creación de una escuela y una fundación por la que han pasado músicos como los violinistas Nigel Kennedy y Csaba Erdelyi, el violista Paul Coletti, el barítono Jorge Chaminé o Henri Demarquette. Además, ideó un programa pedagógico llamado Proyecto MUS-E®, que actualmente se desarrolla a través de la Internacional Yehudi Menuhin Foundation2​ y la Fundación Yehudi Menuhin España, cuyo fin es la educación en valores a través de las artes, mejorando el trato entre compañeros, disminuyendo la discriminación y propiciando la tolerancia.

Premios y reconocimientos

Recibió el Premio de la Paz de los libreros alemanes en 1979, en 1991 el Premio de la Fundación Wolf de las Artes de Jerusalén, en 1994 una Condecoración Konex otorgada por la Fundación Konex (Argentina), y, junto con el ruso Mstislav Rostropóvich, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1997. El año 1997 fue el encargado de realizar el pregón de las Fiestas de la Mercè de Barcelona, con un discurso en el que proclamó que la cultura es el camino hacia una mejor civilización.


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