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Coleccionando vinilos - 179 - MUSE "Origin of Muse" (2019) VOLUMEN II


Y al segundo intento, el dardo golpeó en todo el centro de la diana. Y el resto ya es historia para estos 3 amigos de instituto de pueblo pequeño que decidieron divertirse haciendo música y ahora son la banda más grande de estadios (creo, solo creo que llenarían más estadios que U2, Coldplay, AC/DC e incluso Rolling Stones. Ahi lo dejo.
Y lo haría con música actual, con nuevos discos interesantes y no con un refrito de "the best of" para degustación de las masas ancladas en sonidos del pasado.

Vale que no soy imparcial, pero me fastidia ver los palos que ha recibido su último disco "Simulation Theory" cuando sin ser su mejor disco, suena de 10, bajan los riffs pero tiene mucho groove, mucha alma y es un viaje al sonido de los 80 con sus sintetizadores, luces de neon.....
Y lo hicieron mucho antes que musicos radioformuleros como The Weeknd, Dua Lipa y David Guetta estén consiguiendo números 1 sin parar con sus ¿nuevos? sonidos ochenteros.

Sobre esta preciosa caja solo puedo decir que es preciosa, que requiere tiempo y que posiblemente a fecha de hoy y hace ya más de 1 año que la tengo, no se si me he escuchado todos los cd´s que contiene (Los vinilos sin duda que han girado cada dos por tres en casa), y el libro que lo acompaña aunque en inglés, es totalmente disfrutable con fotos, setlist, manuscritos....

Y sobre el segundo disco que contiene pues como he dicho al inicio. Con "Origin of Simmetry" (2001) dieron en la diana y en otra casi hora de música pusieron patas arriba todo el rock mundial con un disco innovador, perfecto, una locura sonora en cada una de las 12 canciones. 
Lean todas las perlas que sueltan sobre esta joya los que saben de verdad, yo solo puedo decir lo que me emociona cada vez que doy el play y suenan los primeros compases de "New Born" con ese piano, y todo explota por el minuto y medio.



Muse publica la súper caja ‘Origin Of Muse’ para celebrar el 20 aniversario de su disco de debut ‘Showbiz’. Un repertorio total de 113 canciones, 40 de ellas inéditas.

Muse celebra el 20 aniversario de su disco de debut ‘Showbiz’ con esta espectacular caja que recoge abundante material inédito de sus primeros años de carrera. Bajo el título genérico ‘Origin of Muse’ se agrupa un contenido de lujo que honra y reivindica su legado desde sus inicios en Devon.

La caja contiene 4 LPs de color con ediciones remasterizadas de los discos oficiales ‘Showbiz’ (1999) y ‘Origin of Symmetry’ (2001), y 9 cds que incluyen esos dos álbumes remasterizados, cuatro discos de maquetas y caras B, los EPs y dos cds de material en directo, incluido su concierto de Reading del 2011.

La caja contiene además un libro de 48 páginas de tapa dura que entre otras cosas incluye entrevistas recientes con Matt Bellamy, Dominic Howard y Chris Wolstenholme, en las que los tres miembros de Muse hablan de sus inicios y de las grabaciones de esos dos primeros discos. Los compradores también encontrarán letras escritas a mano, pósters, fotos y demás material de «mermorabilia».


Edición estándar
N.ºTítuloDuración
1.«New Born»6:02
2.«Bliss»4:12
3.«Space Dementia»6:22
4.«Hyper Music»3:20
5.«Plug in Baby»3:40
6.«Citizen Erased»7:21
7.«Micro Cuts»3:38
8.«Screenager»4:19
9.«Darkshines»4:47
10.«Feeling Good»3:19
11.«Megalomania»4:38




 
Increible reportaje sacado de un especial Muse en la web LA MUSIKALITÉ. Os lo recomiendo:

CAPÍTULO 2. ORIGIN OF SYMMETRY: LA EXPLOSIÓN.

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El período de tiempo que transcurrió entre 1999 y 2001 no pasa desapercibido en la mente de ningún fan o ferviente seguidor de MUSE. El motivo no es otro que, durante esos dos años, se gestó la mayor explosión de delirio musical que jamás ha sido capaz de conseguir la banda inglesa. ¿Su nombre? Origin of Symmetry. Pasen y disfruten.

No sabemos qué pasaría por la cabeza del trío de Teignmouth durante aquellos 730 días, días en los que Matt cada día llevaba el pelo de un color, Dom tenía aún cara de niño y Chris comenzaba a tener serios problemas con la bebida; días en los que todavía podías darte de hostias con el de al lado en los conciertos; días en los que en esos conciertos la gente solo iba a saltar y pasárselo bien y no a grabar con el móvil. Desconocemos lo que les llevó a decidir tomar esta ruta. Lo que sí tenemos claro es que este álbum es lo que llevó a Matthew Bellamy, Christopher Wolstenhome y Dominic Howard a ser alguien en el panorama musical mundial. Por algo sería.

Tras la aceptable pero desapercibida acogida de Showbiz, su primer álbum de estudio, decidieron repetir firma discográfica y productor. Sin embargo, esto no se dio así a nivel mundial, ya que la compañía ‘Maverick’, encargada de lanzar el trabajo en Estados Unidos, pidió a los británicos “suavizar” ciertas canciones o trozos de éstas al pensar que no estarían bien vistas desde el prisma comercial de la radio. Por ello, la onda expansiva del demencial tsunami no alcanzó el otro lado del charco hasta 2005, tras romper su contrato con aquellos locos que les pedían ser menos excesivos.

Y MUSE explotó. Bum. Sin más. Guitarras ácidas, frenéticas, un sinfín de riffs impepinables (muchos de ellos influencia de Tom Morello, de ‘Rage Against the Machine’), pletóricos, capaces de levantar al más parado de los humanos. Gracias Matt.

Bajos ultradistorsionados que a partir de entonces serían seña de identidad de la banda, capaces de mantener las magníficas líneas melódicas de las canciones ocultas bajo los barrocos guitarrazos. Gracias Chris.

Baterías tremendamente contundentes, coléricas e increíblemente adaptadas a lo que el exceso del disco requería. Gracias Dom.

Pianos (y órganos de iglesia) absolutamente hipnóticos con un sinfín de influencias clásicas, principalmente de Chaikovski y Rajmáninov. Gracias de nuevo, Matt.

Y esa voz. Esa voz en su máximo esplendor, en el punto culminante de su capacidad. Esa maravilla de voz. Una vez más, gracias Matt.

La locura. Gracias MUSE.


El disco abre con la que es la mejor apertura de cualquier obra que haya oído nunca. Dicha apertura no es otra que New Born, un tema que empieza con un delicado piano acompañado de una suave melodía vocal de Bellamy y de un sutil bajo de Wolstenholme que nos acompaña durante poco más de un minuto hasta que decide romper en un riff de auténtico escándalo que nos sirve de perfecta presentación para lo que nos vamos a encontrar a lo largo del CD. El estribillo, con ese “Destroy the spineless”, puede resucitar difuntos.

Seguimos con Bliss, otro tema fetiche de aquellos que prefieren a los antiguos MUSE (yo me cuento entre ellos, pero no por ello desprecio sus últimos trabajos, que me parecen muy muy buenos). Un sintetizador nos acompaña de fondo durante toda la canción mientras Matt nos regala otro gran riff que Chris y Dom secundan con precisión quirúrgica. Personalmente, hay otros cortes del disco que me seducen más, pero no cabe duda de que éste es un auténtico temazo y uno de los más aclamados cuando suena en directo.

El tercer track del disco es Space Dementia, a mi juicio uno de los temas más infravalorados de este Origin of Symmetry. El virtuosismo al piano que derrama Matt en esta pieza es de los mejores de la discografía del grupo, y la nota desgarradora que imprime a la desesperada letra de la canción es sencillamente escalofriante. El bajo muta a una distorsión extraterrestre que nos transporta a un mundo espacial, paranoico. Enfermiza y delicada. Gran corte.

En este punto nos encontramos con Hyper Music, una canción completamente descontrolada (quizá la que más del disco) que no hace sino reafirmarnos el completo despiporre musical con el que los jóvenes de Devon quieren reventarnos los tímpanos (en el mejor de los sentidos). El hook de bajo de Chris en la estrofa es digno de mención. Una pena que sea una de las canciones más difíciles de ver en live actualmente.

Y aquí está, queridos lectores. El HIMNO con mayúsculas de la que a partir de entonces se convertiría en una de las bandas más grandes del Reino Unido. La canción más tocada en directo hasta la fecha (885 veces a día de hoy). No podía ser otra que Plug in Baby. Ese riff inicial catalogado como el mejor de la década por la revista Total Guitar, compuesto según ellos bajo los efectos de setas alucinógenas… No hay palabras para describirlo. Simplemente denle al play y escuchen.

No podemos hacer de menos la enésima poderosa batería de Howard y el gran bajo con una nueva ultradistorsión petardeando de manera continua. Pero ese riff demoníaco y los falsettos inhumanos postestribillos se llevan la palma. Disfruten.

Citizen Erased es, y creo que puedo decirlo sin miedo a equivocarme, el tema random más querido y amado por los fans de los viejos MUSE. El descomunal riff (otro más) en la inconfundible guitarra roja de 7 cuerdas de Matt a base de armónicos (otra de las señas de identidad de la banda) y la perfecta cuadratura que le otorgan el bajo (oootra vez megadistorsionado) y la batería (a partir del ritmo de Dom nació la canción), forman una densísima capa de tristeza y dolor que culmina en un estribillo desgarrado. A continuación, nos sumerge en un mundo oscuro y tranquilo durante dos minutos hasta que el corte rompe de nuevo para dar paso a uno de los solos más memorables de la carrera del señor Matthew James Bellamy. Nuevo estribillo y nueva atmósfera de suave, muy suave dolor que, con un tenue y pausado piano y con un Matt cantando derrotado, siempre acompañado de unos perfectos Dom y Chris, ponen el broche a, a mi juicio, una de las obras maestras de la banda. Como detalle, cabe decir que es la 2ª pista más larga de la discografía de los británicos con 7:19 de duración, solo superada por la reciente The Globalist, del Drones, de 10:09.

Podríamos dividir perfectamente este Origin of Symmetry en dos partes, pero para ser más precisos a la hora de diseccionarlo debemos incluir el séptimo corte, Micro Cuts, en la 1ª mitad. La canción es el último pasaje de demencia musical del CD, donde Matt alcanza la nota vocal más aguda de la discografía del trío inglés (nota que también alcanza en el tema Showbiz) apoyado en una distorsión de la voz, fiel amiga suya. El oscuro riff del final es un auténtico revientacervicales. Es una auténtica gozada ver esta canción en directo en aquellos años.

Y se produce el momento del bajón, del relax. Ya puedes parpadear y dejar de aguantar la respiración. Llegamos a la 2ª parte del álbum, más tranquila, más íntima. Hay quien critica la bajada de revoluciones que experimenta el disco en este final, pero quizá sea necesaria un poco de paz tras el chaparrón que nos ha venido encima para poder regresar del submundo espacial al que nos ha llevado la 1ª mitad del disco, que cambia completamente de tercio. Adiós terremoto, hola calma.

Screenager es un tema curioso. Matt nos sorprende pasando de la acidez guitarrera que viene mostrándonos a lo largo del CD a una guitarra acústica acompañada de una percusión experimental de Dom. He de decir que me parece el corte más flojo de todo el disco y que no es una canción que deje cuando el modo aleatorio del móvil me la selecciona, pero mantener el nivel del resto del álbum es, cuanto menos, imposible.

Siempre me ha llamado la atención que Darkshines sea el tema menos tocado en directo de Origin of Symmetry (44 veces). Personalmente me parece bastante mejor que Screenager y (sé que esto va a hacer que mucha gente se acuerde de mi honorable progenitora) Megalomania. Una nueva letra de desesperación en un ambiente increíblemente oscuro, que te mantiene en tensión hasta que Matt rompe su voz (literalmente) en el estribillo.

Turno para la cover con mayúsculas del grupo, ese Feeling Good de Nina Simone y Anthony Newley del que no puedo decir nada que no sepáis ya. Si alguno no lo conoce por el nombre, el estribillo (utilizado infinitas veces en televisión) es inconfundible. Huelga decir que ha sido en varias ocasiones colocada en la lista de mejores covers de la historia. No será por nada.

Cierra el disco (el disco original, a continuación matizaremos) Megalomania, un tema que según lo que he podido ver fascina a la gran mayoría de los fans de MUSE. Yo todavía no he sido capaz de conectar con la canción, aunque reconozco que el órgano de iglesia (sí, han leído bien) del que Matt se encarga a lo largo de la canción ha de sonar escalofriante en directo.

El CD primigenio finaliza aquí. No obstante, como ya ocurriera en Showbiz, la versión japonesa de Origin of Symmetry cuenta con una pista extra: Futurism. Es un corte que podríamos incluir en esa primera parte descontrolada del álbum: poderoso riff inicial, bajo de inmensa distorsión, Matt distorsionado vocalmente una vez más y una batería muy pesada de Dom. El tema no está nada mal, pero a mi juicio no consigue alcanzar el nivel de esos primeros cortes de OoS. Como dato, decir que únicamente ha sido tocada en live en 4 ocasiones, 2 de ellas en el Psycho UK Tour de 2015, otra en 2013 y una única vez en el 2000.

Origin of Symmetry fue la demostración de que MUSE tenía algo especial. El tsunami de los primeros 35-40 minutos del disco es lo más bestia, brutal, abusivo, excesivo, demencial… (llámenlo como quieran) que han podido hacer nunca. No han sido capaces de repetir algo así y dudo al 99,99999% que consigan volver a llevar a cabo una orgía de sonido como ésta. El álbum hizo que el grupo se diese a conocer internacionalmente, pero no terminó de asentarles como una banda de referencia en el panorama del rock mundial. Cabe mencionar que el principal agujero se encontraba en Estados Unidos, gracias a, como hemos comentado anteriormente, la “comercialidad” de la ex-productora de los ingleses al otro lado del charco. Tendrían que transcurrir otros dos años para que los del condado de Devon alcanzasen definitivamente la cima. Pero eso, amigos, es otro capítulo.

BLISS



Y desde HIPERSONICA que siempre le pone ese punto de rock a tantas webs indies que visito, le dedicó estas lineas llenas de piropos a este discazo de Muse


Muse — Origin of Symmetry: arrodillaos, infieles

Los primeros pasos de Muse en la música han ganado con el paso de los años. Si bien Showbiz pasó entre desapercibido y atacado con fruición, dos años bastarían para demostrar que había nacido una de las bandas de rock más grandes de la historia de Reino Unido. Dos años en los que se gestaría el que para muchos es el mejor álbum de la banda y el que indiscutiblemente fue uno de los trabajos más espectaculares de cuantos han salido a la luz en lo que llevamos de siglo. Origin of Symmetry no fue un puñetazo en la mesa, fue una bomba atómica.

Origin of Symmetry, un pelotazo atemporal

La recepción del segundo álbum de Muse fue muy diferente de la que sufrió, tal cual, su debut. Lo que habían insinuado en Showbiz quedaba aquí planteado como una premisa fundamental. La guitarra ácida, directa, barroca por momentos, unida a una voz potentísima y personal y a unas composiciones donde ya empezaban a atisbarse los temas favoritos de Bellamy compusieron aquí el sonido más auténtico de cuantos hemos escuchado en cualquier otro trabajo de la banda. Nunca Muse han sido tan Muse como en Origin of Symmetry, y nunca lo volverán a ser. Eso ha quedado más que demostrado.

La confianza en sí mismos ya no era un objetivo a lograr como en su anterior álbum. Aquí era una línea transmisora básica, y es audible en cualquiera de los cortes del tracklist. Cortes que han pasado a formar, en gran número, parte de la lista de los mejores temas de Muse. Algunos incluso han ganado con los años, conservando un sonido atemporal por el que el tiempo no pasa ni no es para mejorarlo.

En Origin of Symmetry encontramos los grandes momentos de Muse. Casi podría ser un greatest hits. Es el momento de los grandes riffs de guitarra, alguno de ellos, concretamente el de ‘Plug In Baby‘, nombrado el más reconocible de la historia. Es el momento de las letras espeluznantes, de las historias estremecedoras, trémulas, vibrantes, que se te clavan en las carnes.

Si tuviera que quedarme con una de las líricas de este disco, creo que la ganadora sería la brutal ‘Space Dementia‘. Ni siquiera fue elegida como single, a pesar de que siempre ha sido una de las que más ovaciones se ha llevado en los setlits de sus conciertos. Y es que pocos han sabido contar como Bellamy los placeres del dolor emocional.

YOU MAKE ME SICK BECAUSE I ADORE YOU SO, I LOVE ALL THE DIRTY TRICKS AND TWISTED GAMES YOU PLAY ON ME.

Origin of Symmetry firma una primera mitad espectacular, sin paliativos, casi sin poder protestarles. Es arrolladora. La sucesión hasta ‘Citizen Erased’, el sexto corte, no deja tiempo a respirar, a coger aire. Te sumergen en una atmósfera violenta, ácida, eléctrica de la que es imposible querer salir. Te someten a su voluntad. Y si decíamos que Showbiz tenía uno de las dos mejores aperturas de tracklist de su carrera, como podréis imaginar, la segunda no es otra que ‘New Born‘, otra de las grandes letras de esta banda. Y la ruptura tras la introducción con esa guitarra sucia, casi paroxística, es escalofriante.

Y no puedo dejar fuera ni por un momento uno de los cortes que menos atención han recibido de este disco, hasta el punto de que escucharla en directo era casi más allá de Hullabaloo es casi imposible. ‘Hyper Music‘ tiene una fuerza descomunal y una de las entradas de guitarra más tremendas de todo el trabajo, hasta me atrevería a ampliar ese rango al de su carrera. Un incremento apoyado por el bajo que pone la piel de gallina. De cuando todavía podías pegarte de hostias con el de al lado en los conciertos a hombrazo limpio.

Es cierto que pasada la frontera psicológica del ecuador del disco, Origin of Symmetry cambia de tercio. Parece que la primera mitad es una explosión de furia, una incontenible avalancha de ideas, de sonidos, de fuerza que no puede contenerse. Un puñetero tsunami como nunca han podido volver a hacer.

Este álbum no sería el que es si hubiera caído en picado tras unos cuantos temas gordos. No. Es el momento de ‘Feeling Good‘, de la potentísima ‘Dark Shines‘ pero sobre todo, es el momento de ‘Megalomania‘. Una de esas raras canciones de Muse que no gana sobre un escenario con 40000 personas alrededor, sino que clama por el acústico, por la intimidad, por los secretos susurrados a un oído predispuesto.

10/10

Origin of Symmetry es todo un viaje, es la condensación de toda una carrera, es el último disco que toda banda debería sacar antes de separarse. Es el Everest de Muse, es la cota más alta de todo lo que han hecho, la más rica en propuestas, la más disfrutable, la más completa, la más compleja. Es un cúmulo de historias difíciles, de ironías sonrojantes, de gritos al cielo a un dios de oídos sordos, de relaciones a las que calificar de problemáticas sería un burdo eufemismo. Es una oda a la parte más jodida de todos nosotros, a esos lugares turbios imposibles de investigar a la luz del día, a esas ideas tétricas que nos asaltan cuando apoyamos la cabeza en la almohada y el sueño nos rehuye. Es, en definitiva, la hostia.

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