Coleccionando vinilos - 235 - JOHN GRANT "Grey Tickles, black pressure" (2015)

 


Disco de esos que yo llamo "carente de inmediatez". Disco largo, con mil recovecos.
John Grant es un cantautor o crooner del s. XXI. Algo triste, torturado y amante de las bebidas alcohólicas más de la cuenta, ha querido quitarse ese sambenito con un disco con más alegría y más amor, y un poco más de electrónica.
Como leeréis más abajo, se encuentra bien, enamorado, viviendo en Islandia, en paz consigo mismo y todo eso se refleja en canciones más "amorosas", pero no se emocionen que también hay oscuridad y pena.
Hay cinismo, critica social, relaciones complicadas.... y por qué no decirlo, creo que con ese portada fea y su interior juega a provocar que torzamos el gesto.

Y para terminar y dejaros con las tres reseñas que os enseño de este disco, no quiero limitar su sonido a canción de autor con base electrónica. Aquí hay un trabajo como la copa de un pino de instrumentación.
Y si no, echen un vistazo al final de la entrada con la nómina de músicos e instrumentos que han participado en posiblemente, el mejor disco de John Grant.

Track listing[edit]

No.TitleLength
1."Intro"1:36
2."Grey Tickles, Black Pressure"5:30
3."Snug Slacks"4:11
4."Guess How I Know"3:34
5."You & Him"3:26
6."Down Here"4:09
7."Voodoo Doll"3:07
8."Global Warming"4:04
9."Magma Arrives"5:02
10."Black Blizzard"4:48
11."Disappointing"4:56
12."No More Tangles"6:09
13."Geraldine"6:22
14."Outro"0:30


En Jenesaispop soltaron estas perlas de este disco:

El cliché de artista atormentado, puteado por mil y una circunstancias de la vida y víctima de conductas autodestructivas que derivan en abuso de sustancias, siempre ha sido sinónimo de autenticidad. Parece que respetamos más a un autor cuanto más drama hay en su vida sin caer en la cuenta de que el talento para escribir una canción como ‘Marz’ no puede venir sólo del alcohol. Personas con problemas con la bebida hay muchas, autores de temas como ‘Sigourney Weaver‘, pocos.

‘Grey Tickles, Black Pressure’ confirma un poco esta teoría. John Grant, que se ajustaba como un guante al cliché de autor torturado y que ahora vive felizmente en Islandia con pareja estable desde hace dos años, ha entregado su mejor álbum hasta la fecha para quien esto escribe.

Sí, a mí también me chirrió – en una segunda escucha porque la primera fue como la segunda venida de Cristo – la letra de ‘Disappointing‘, que, más o menos, viene a ser como Julie Andrews enumerando sus cosas favoritas y diciendo que todas ellas son «decepcionantes comparadas contigo». Pero, seamos sinceros, es imposible no caer rendido ante una canción así a pesar de la subida de azúcar que produce el «… there’s nothing more beautiful than your smile as it conquers your face / There’s nothing more comforting than to know, know you exist in this time, in this place». Y si esta canción va a estar casi con total seguridad en mi Top 5 de este año es porque, citando a Julie Andrews otra vez, «con un poco de azúcar esa píldora que os dan pasará mucho mejor». Los coros de Tracey Thorn, que justo entran en ese momento, son tan buenos que da un poco igual lo pastel que se esté poniendo John.

¿Es todo ‘Grey Tickles, Black Pressure’ una oda a lo cursi? En absoluto. El sinsentido de título del disco, la suma de «mediana edad» en islandés y «pesadilla» en turco, deja bien claro desde el principio que el buen momento que está viviendo Grant no le ha cambiado tanto. Recurre más al humor, es cierto, pero sigue siendo capaz de escupir bilis envuelta en unas melodías espectaculares y una ironía digna de premio. Cómo se mea encima de un ex en ‘You & Him’ con cuchilladas como «te crees súper especial pero no eres más que un gilipollas» y lo remata con un – atención porque esto es un epic win – «te deberías juntar con Hitler y aprender a tricotar para llevar jerseys a juego», tendría que enseñarse en las escuelas. Todo ello, además, acompañado de un estribillo de-mo-le-dor.

Las letras honestas, epatantes («todo lo que hacemos es aprender a morir»), amargas y divertidas a la vez («hay niños con cáncer y se cancelan todas las apuestas: yo no puedo competir con eso») siguen siendo el punto fuerte de un artista que, cada vez más, juega con los géneros sin que le tiemble el pulso, saliendo siempre airoso. En ‘Grey Tickles, Black Pressure’ hay espacio para el Grant más clásico -la canción que da nombre al disco, de no ser por el «I did not think I was the one being addressed in haemorrhoid commercials on the TV set», podría pertenecer a la discografía de Nilsson- y para el más experimental (‘Snug Slacks’, ‘Black Blizzard’ o ‘Voodoo Doll’) pero siempre sin bajar del sobresaliente. ‘Global Warming’ apesta a panfleto y, sin embargo, gracias a la exquisitez melódica todo queda compensado. No deja de resultar curioso que un trabajo que destaca sobre todo por sus letras logre salvar la papeleta de sus momentos más «flojos» gracias a lo apabullante de sus arreglos…

Calificacion: 8/10
Lo mejor: ‘Disappointing’, ‘Black Blizzard’, ‘You & Him’.
Te gustará si te gusta: Rufus Wainwright, Hercules and the Love Affair, Nilsson, Donovan, etc.



Y desde Muzikalia también salen piropos en forma de opinión para este disco "curioso" de John Grant:

Proliferan últimamente los discos exageradamente confesionales, en los que el artista de turno se dedica a contarnos, sin ningún tipo de filtro, todo lo que le pasa por la cabeza en relación a situaciones más o menos cotidianas (Sun Kil Moon), rupturas y otros males relacionados con el amor (Natalie PrassJessica Pratt) o pérdidas de seres queridos, sean estas reales (Sufjan Stevens) o imaginarias (Joanna Newsom). John Grant es un maestro en este tipo de canciones, como ya demostró en aquel magnífico debut en solitario que fue el desgarrador Queen of Denmark (Bella Union/Nuevos Medios, 2010), repleto de fina ironía, de masoquismo sentimental y de desnudez emocional.

Aquel emotivo crooner recuperado por Midlake para la causa se mudó a Islandia, donde se se empapó de música vanguardista y electrónica, algo que ya se hizo notar en Pale Green Ghosts (Bella Union / Music As Usual, 2013). La evolución natural de aquellos dos álbumes, sus primeros en solitario tras la disolución de The Czars, es este Grey Tickles, Black Pressure (Bella Union / PIAS, 2015) donde, entre algunas joyas orquestales como “Global warning” o el tema que da título al disco (oscura referencia a la crisis existencial de la madurez), lo que predominan son los arranques rockeros con toques glam más (“You & him”) o menos evidentes (“Guess how I know”), y sobre todo mucha electrónica. Y, repetimos, poco filtro, como viene siendo habitual en este tipo de discos en los últimos tiempos. Por poner un ejemplo, “Snug slacks” parece un improbable cruce entre los ritmos post-punk africanos de Nina Hagen o Talking Heads, el Bowie de “Fashion” y los recitados psicodélicos de Isaac Hayes. Un batiburrillo resultón, pero en el que se diluye un tanto la personalidad atormentada, melancólica y romántica que tanto nos fascinó en su álbum de debut. Otro ejemplo: “Voodoo doll” puede parecer un tema electro-pop de los 80, o un típico tema electro-hop de los Black Eyed Peas, dependiendo de donde caiga la aguja.

Los momentos emotivos están ahí, aunque algo escondidos. Aparecen de forma evidente en “Grey tickles, black pressure” o en “No more tangles”. Pero en general la sensación es de que en este tercer álbum John Grant ha vertido todo lo que tenía en la cabeza, tanto en el terreno lírico como en el musical, sin demasiada voluntad de que el resultado sonara compacto, unitario. A pesar de ello hay un intento de encapsular las canciones como un todo: el álbum se abre y se cierra (“Intro” y “Outro”) con citas bíblicas. Ligero bajón respecto a las expectativas creadas hasta ahora, aunque el listón estaba altísimo y la necesidad de evolucionar del artista hay que respetarla siempre.


Disappointing feat. Tracey Thorn (Official Music Video)



Y para terminar con el repaso a este doble LP, la gran crítica que he extraído de MARDEDUDAS.COM

John Grant vuelve del estudio con este Grey Tickles, Black Pressure bajo el brazo.

El tercer álbum de estudio del antiguo líder de The Czars es uno difícil de digerir en la primera escucha. Repleto de electrónica, es un disco más maduro y complejo que sus dos anteriores trabajos.

Al escuchar Disappointing como adelanto, creo que todos esperábamos una colección de canciones pop en un estilo más desenfadado y optimista; que el osito más atractivo (con permiso de Merrit, claro) de entre los cantautores de las últimas décadas ya había dejado atrás muchos de sus traumas. Pero John Grant nos presenta un ejercicio de cinismo que impregna todo en este trabajo, desde las letras a la instrumentación, pasando por esa portada imposible de chaleco de punto, pajarita, colores pastel y ojos brillantes.

El diseño interior contiene imágenes perturbadoras, que inmediatamente recuerdan al cariño por la sangre artificial de Wayne Coyne (que yo también comparto), y que ya aparecían en el video presentación del disco, acompañadas de parte de la canción que da título al disco:

Esas “cosquillas grises” son la traducción literal de la frase que utilizan los islandeses parar referirse a la crisis de los cuarenta, a la que acompaña de la “presión negra”, otra expresión, esta vez tomada del turco, para referirse a las pesadillas. Crisis de mediana edad, pesadillas. Más cerca de estas últimas que de la primera, nos encontramos con ese cinismo brutal que mencionaba:

“…y resulta que hay niños que tienen cáncer; así que se cancelan las apuestas, porque no puedo competir con eso. Tengo cosquillas grises y presión negra, y preferiría perder mi brazo en una trituradora de maiz, como el tío Paul, como el tío Paul.”

Una canción melódicamente muy potente, con unos arreglos para cuerda y coros celestiales que quitan el sentido. Es, sin duda, uno de los grandes momentos del álbum, repleto de melancolía, teñida de pasotismo e incomprensión ante el mundo.

Por eso, el salto a la siguiente canción, Snug Slacks (pantalones ajustados), con una electrónica y ambiente parecido a That’s the Good News (canción extra en la edición especial del Queen of Denmark), y un tono muy sexual, es un triple salto mortal con tirabuzón que descoloca al oyente. Una letra aparentemente superficial, cantada con desgana “queer”, las menciones a otros artistas, Joan as Police Woman, que es confundida con Joan BaezG G Allen, aunque en realidad es G G Allin (lo sé de buena fe, que soy medio fan de ese malnacido bestia, aunque parezca mentira)… Todo hace que esta canción parezca una bofetada después del tema anterior.

En Guess How I Know y You and Him añade la distorsión al ritmo machacón del sintetizador, para presentar cuitas de amor, relaciones tormentosas con gente fría y superficial, a la que puede llegar a comparar con dictadores, pero que no anulan la posibilidad de un polvo… De nuevo el cinismo en estado puro, en dos canciones “destroyer”, en cuanto a sonido y a letra.

Y, de repente, parece que Spotify se ha colado y te ha puesto un disco de la Creedence cuando suenan los primeros acordes de  Down Here. En seguida aparece el Moog y la voz de barítono de Grant y nos reubicamos, entre críticas a las personas que quieren tenerlo todo controlado y no paran de hacer cosas, como si no hubiera un mañana. Las “cosquillas grises” actuando.

Voodoo Doll, primera muestra funky con coros “shoo-bi-doo” del disco. Magia negra invertida: “Te hice un muñeco de vudú, luego le dí un poco de sopa de pollo. ¿Sentiste el calorcito en tu interior? ¿Notaste cómo tu tristeza desaparecía y moría?”. Fuera la frivolidad, cariño en estado puro.

Global Warming y Magma, dos canciones épicas, con arreglos impresionantes, letras más crípticas, también amor, quizás el SIDA (“… y dice que es momento de llenar las venas de nuestro héroe con una vergüenza que es tan profunda que hace imposible que concilie el sueño”). La voz de Grant acaricia especialmente en este par de temas, que enlazan con la oscura y apocalíptica Black Blizzard, vuelta al sintetizador con unos loops magníficos e inquietantes.

Disappointing, una especie de “My Favourite Things” del amor, la canción más “comercial” del disco que retoma el funk y el “sho-bi-doo”. Y Grant, en esos tonos tan bajos, nombrando artistas y escritores rusos… para derretirse.

Acercándonos al final, No More Tangles, no más enredos, incide de nuevo en las relaciones complicadas, del tipo síndrome de Estocolmo y la lucha por salir de ellas; de ritmo sincopado, sintetizador ochentero, quizás no muy acertado, la verdad, pero el colchón de violines, los toques de metales y una notable melodía la salvan.

Sigourney Weaver en Queen of DenmarkErnest Borgnine en Pale Green Ghosts y Geraldine Paige en este que nos ocupa ahora. Una de esas confesiones a sus actrices o actores admirados; en este caso la confesión de la crisis, después de pasar por terrenos escabrosos en la vida, del despertar a la más dura realidad y darse cuenta de que atravesar distintos traumas no es garantía de nada. No mires a la luz, Carol Anne, es una trampa.

Así termina la controlada montaña rusa que es este disco. ¿Por qué lo califico de ejercicio de cinismo? La pista definitiva, el texto que da comienzo, en distintos idiomas y a lo Steve Reich en la Intro, y final, en la voz de una inocente niña en la Outro, al álbum:

“Love is patient, love is kind. It does not envy, it does not boast, it is not proud. It does not dishonour others. It is not self seeking, it is not easily angered, it keeps no record of wrongs, love does not delight in evil, but rejoices with the truth. It always protects, always trust, always hopes, always perseveres. Love never fails.”

“El amor es paciente, es servicial. No envidia, no presume. No es orgulloso, no deshonra a otros, no busca su propio interés, no se indigna con facilidad, no recuerda lo malo, no se deleita con la maldad, sino que se regocija en la verdad. Siempre protege, siempre confía, siempre tiene esperanza, siempre persevera. El amor nunca decepciona.”

Primera Carta de San Pablo a los Corintios, Capítulo 13.

El capítulo 6 de esa misma carta dice así: “Ni los fornicadores, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los codiciosos, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.”

Por eso no creo que Grant utilice el texto de San Pablo en un sentido literal, como una blandengue oda al amor, sino más bien como una acusación a los clichés. Añadamos al cóctel las temáticas de las canciones, la portada kitsch-diabólica y la sangre de las imágenes del interior… Lo dicho, un disco difícil y arriesgado en todos los sentidos.


bluedot 2019 | John Grant - Grey Tickles, Black Pressure / Pale Green Ghosts



Para que vean que no es un trabajo menor, sino que es un álbum muy trabajado, pensado, etc... no hay nada mejor que ver la nómina de gente que ha participado:

Personal

Additional musicians

  • Amanda Palmer – additional vocals (track 5)
  • Tracey Thorn – additional vocals (track 11)
  • Fiona Brice - additional vocals, string, brass and vocal arrangements (written and conducted by), violin
  • Tierannye Sparks - additional vocals
  • Alisa Alexander - additional vocals
  • Bobby Sparks - keyboards
  • John Congleton - synth programming and sequencing, drum programming and sequencing
  • David Monsch - bass clarinet
  • Matt Milewski - violin
  • Natalie Floyd - violin
  • Sarah Carmichael - violin
  • Buffi Jacobs - cello
  • Debbie Brooks - cello
  • Keith Jourdan - trumpet
  • Peter Clagett - trumpet
  • David Pierce - trombone
  • Carl Murr - trombone
  • Simon Willats - tuba
  • Heather Test - french horn
  • Wes Baggaley - spoken word (track 1)
  • Olafur Darri Olafsson - spoken word (track 1)
  • Petra Hallberg - spoken word (track 1)
  • Jeppe Kjellberg - spoken word (track 1)
  • Billy Novik - spoken word (track 1)
  • Karl Neukauf - spoken word (track 1)
  • Carys Connolly - spoken word (track 14)

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