Coleccionando vinilos - 250 - SIDONIE "El regreso de Abba" (2020)
El regreso de Abba
Ya lo tenemos aquí. Tras publicar cuatro melocotonazos previos, que nos hacían presagiar un gran álbum, ya podemos disfrutar de los 23 cortes que forman este trabajo conceptual inspirado en la excelente novela de igual título, que hace unos meses publicó Marc Ros. Libro que en gran medida vertebra las canciones del disco, aunque ambas obras puedan disfrutarse de forma autónoma.
Y sí, he soltado así, a bocajarro y en el primer párrafo, lo de los 23 cortes para dejar claro que estamos ante unos de esos discos (doble) que hace honor a una época que no existe y no sabemos si algún día, al igual que Abba, regresará. La era dorada del pop y el rock en el que se planteaban obras que debían escucharse de principio a fin para ser comprendidas y asimiladas. Discos como “Tommy” de los Who (1969) o “The Lamb Lies Down On Broadway” (1974) de Genesis que, como el propio grupo ha confesado en alguna entrevista, han influido en la estructura del álbum.
Estamos por tanto ante el disco más variado, completo y sobre todo ambicioso del trío catalán. También ante su mejor álbum. El que ha recuperado la esencia psicodélica de sus inicios, mezclada con la sabiduría pop de los grandes estribillos, la vocación expansiva de los arreglos y su habitual desparpajo que los hace únicos dentro del panorama pop, comparable tan solo al que despliegan a escala internacional bandas como The Flaming Lips o Primal Scream.
Por todo lo escrito hasta ahora, me atrevo a decir que “El regreso de Abba” va a marcar un punto de inflexión en la carrera de Sidonie. Y lo va a hacer porque es una de esas obras en la que lo vuelcas todo, te dejan tan vacío como satisfecho. Una obra cumbre que obliga en el futuro a reinventarse de nuevo, sin perder la esencia. Una trabajo concienzudo que, al igual que el libro, es una celebración en toda regla, un canto contra la intolerancia y la vulgaridad y, sobre todo, una medicina de ‘Buenas Vibraciones’ en una época en la que andamos muy faltos a la par que necesitados. Así que espero y deseo que me hagáis caso, a mi y a la propia banda, y os embarquéis en ese viaje sensorial a la par que astral que es la escucha ininterrumpida de los 23 cortes. Os volará la cabeza.
¡Ah! y me reservo la bonita historia que hay tras la versión del “Gracias a la vida” de Violeta Parra, para la entrevista que en breve publicaremos. Ahí explicaremos el porqué de la elección de una obra pictórica del pintor Matías Krahn para ilustrar la portada tanto del disco como de la novela. Y es que no cabe duda de que la magia nos envuelve con su invisible manto. Solo hay que creer en ella para materializarla.
Sidonie / El regreso de Abba
La deriva artística de Sidonie me tiene fascinado, realmente: no es lo que hubiera esperado cuando cantaban ‘Feelin’ Down ’01’ durante el cambio de siglo, y eso es bueno. En uno de los singles de presentación de este álbum, ‘Verano del amor‘, se acercan al pop hortera de manera totalmente sinvergüenza, entendiéndose por esto aquello que «no tiene vergüenza» y también, atendiendo a la RAE, a lo «pícaro» como sinónimo de «espabilado». No todo el mundo es capaz de despertar el interés del público en su 10º disco. Para empezar, ¿cuántas bandas son capaces de llegar a su 10º disco?
‘El regreso de Abba’ no se refiere al grupo sueco que cantaba aquello de «dame un hombre después de medianoche», sino al título de la primera novela del cantante y autor principal de Sidonie, Marc Ros. Sus protagonistas principales reciben los nombres de Abba, Hugo y Domènech, y son ellos quienes principalmente nutren las historias de este largo. El grupo, inspirándose en obras como ‘Tommy’ de The Who, ha querido hacer un disco dando vueltas alrededor de una misma historia, y en ese contexto podemos enmarcar composiciones como la estupenda ‘Abba y Mathieu’ o ‘Televisores Rotos’, el nombre de la banda que aparece en el libro y a su vez la canción germen del mismo. Disco y novela se retroalimentan como es evidente en letras e interludios, pero sin que tampoco el grupo haya querido convertirlo en un musical con principio y desenlace.
Hay una cierta indecisión artística al respecto, pues hay pistas que no tienen ningún sentido en el contexto de un álbum de estudio, como ‘La bailarina rusa con los ojos de telescopio’, un diálogo con algo de humor voluntario e involuntario que aparece en la segunda mitad: estas cosas se les dan mucho mejor a Chico y Chica. Y por otro lado, Sidonie han decidido dedicar nada menos que la mejor canción del disco a sí mismos y no a los protagonistas de la novela. ‘Mi vida es la música’ es una sobresaliente composición autobiográfica en la que Marc Ros recuerda el día que descubrió ‘Revolver’ de los Beatles y cuenta por primera vez que sufrió bullying de pequeño. «Cuando teníamos 27 años, y éramos unos cafres y unos bandarras, nunca nos hubiésemos atrevido a contar una historia así», ha reconocido el artista en una entrevista.
A pesar de que una vez pasada la sesentera ‘Nirvana internacional’, el disco doble precipita su final con una sucesión de pistas demasiado cortas, demasiado inanes, demasiado dependientes de sus referencias (‘Buenas vibraciones’), o demasiado repetitivas con lo ya narrado (de la versión de ‘Gracias a la vida’ a ‘Gracias’), ‘El regreso de Abba’ es otro álbum loable de Sidonie por la falta de prejuicios con que amalgama sus influencias. En ‘Mi vida es la música’ hay frases casi rapeadas; ‘Mi guerra’ tiene una melodía un tanto Carlos Vives; hay canción melódica en catalán, ‘Portlligat’, que además parece producida por los Saint Etienne más ambiciosos; se han atrevido con un pequeño «Ragaton»… y todo ello se lo han llevado hacia sí mismos y hacia su pasado. Los inicios psicodélicos de Sidonie aparecen representados por el sitar y el propio concepto del álbum, muy finales de los 60 y años 70. Con un par, el disco lo mismo te cita a Maluma que a Grateful Dead.
Sidonie, renunciando igualmente a usar voces invitadas como la de Sandra Delaporte para reforzar un sentido narrativo que sí parece aportar Kimberley Tell con un «reprise», se han quedado cerca de redondear el que podía haber sido un álbum fundamental en su carrera. Aunque ojo, puede que definitivamente sean más listos que nadie: desde que Morrissey vende más libros que discos, y Mariah Carey lo mismo, ellos ofrecen dos obras relacionadas que pueden hacerles despachar el doble de copias esta Navidad. ¿No es ‘La bailarina rusa con los ojos de telescopio’ el mejor banner posible para comprarse el libro?
Aqui la carta de presentación del libro redactada por el propio Marc Ros:
El regreso de Abba es el debut literario de Marc Ros, cantante y compositor de Sidonie. Una sorprendente y cautivadora novela generacional que habla sobre la amistad, la creación musical y el final de un verano en Cadaqués.
Sinopsis
ABBA. Cantante y compositora. Acaba de terminar una gira y una relación sentimental. Tiene experiencia en vivir grandes finales, siempre con una canción lacrimógena cerca. Sobre el escenario te podría arrancar la garganta pero cuando baja de él desearías ponerla en un cesto al lado del fuego.
HUGO. Cantante y letrista de los Televisores Rotos. Se ha convertido en lo que más deseaba y temía ser: una estrella del rock atormentada y decadente. Ha leído todos los clásicos modernos de la literatura y ni un solo prospecto de todos los medicamentos que toma para controlar su ansiedad.
DOMÈNECH. Fotógrafo y realizador. Aún no ha aprendido a dejar de trabajar en vídeos, cortos y pelis que sabe que no va a cobrar. Necesita la iluminación de las filosofías asiáticas, la meditación y las drogas psicodélicas para superar su crisis económica y personal.
La primera novela de Marc Ros es la historia de tres personajes que se citan en Cadaqués -pueblo de brujas, piratas y artistas-, y de los silencios y la música de una amistad que se compone, como una melodía, en una esquina del Mediterráneo.
***
«El regreso de Abba también es el título del noveno álbum de Sidonie. La novela acaba en el disco o el disco acaba en la novela. Todo empieza y acaba donde tú quieras. Para disfrutar del libro no es necesario haber escuchado estas nuevas canciones y viceversa, pero, ¿no os pasa a veces que, leyendo una novela ambientada en Praga, por ejemplo, se cita alguna calle de esta ciudad y desearías estar allí en ese preciso instante? Y cuando vuestros ojos se pasean por la palabra "vino" en un libro de algún autor de la Generación Perdida, ¿no mataríais por beberos una copa? Pues esto es lo que he tratado de hacer junto a Axel y a Jes, mis compañeros de grupo, en el nuevo álbum de Sidonie: satisfacer la sed imaginativa de los lectores. ¿Que en la novela se habla de una canción que están componiendo Abba y Hugo? Esta canción está en el disco. ¿Que a Domènech le ha subido la yerba? Tú puedes subir con él en el disco. Las canciones que he escrito para El regreso de Abba tienen las puertas abiertas; no se detienen ante una estrofa o un estribillo, sino que avanzan y siguen sonando al ir pasando las páginas del libro. Sylvia Plath decía que la diferencia entre escribir poesía y novela es que en la primera no podía poner cepillos de dientes y en la segunda, sí. Yo necesitaba el espacio para que los personajes de mis canciones se pudieran cepillar los dientes, se pudieran tumbar al sol o pudieran salir de tarde a pasear por Cadaqués. Ellos estarían encantados de que los acompañarais.»
MARC ROS
El regreso de Abba
Decía Josep Pla que Cadaqués es “el pueblo más bonito del mundo”. No le faltaba razón: con el puerto de Portlligat desde el que se ve la casa de Salvador Dalí, sus casas y calles pintorescas y ese misterio marítimo ligado a su difícil acceso por carretera hicieron que el pueblo costero se convirtiese en uno de los focos turísticos más importantes de la Costa Brava. Marc Ros lo elige como paisaje de su debut literario, “El regreso de Abba” (Suma de Letras en castellano y Rosa dels Vents en catalán), donde lo retrata y hace uso de su magia para descifrar los enigmas de las vidas de Abba Chavanel, Hugo Hierro y Domènech Tremens, los tres protagonistas de la historia del verano de 2019. Son tres en cuerpo, pero seis en alma: cada uno descubrirá a La Otra o El Otro, aquella parte de ellos mismos que nunca se atreven a mostrar. Las calas escondidas, los bares nocturnos y la casa de Cadaqués harán el conjuro para que ocurra lo que más desean.
“La dejaron sola”. La primera frase de la novela es la que define mejor a Abba. Cantante de un grupo español de éxito, queda huérfana a los dieciséis años y nunca más vuelve a la casa de verano de sus padres, hasta que años después le proponen componer un disco con Hugo tras el éxito de “El arrecife”, su hit conjunto del verano, y deciden encontrar la inspiración allí. La relación tortuosa entre ambos la recogerá Domènech en forma de documental. Abba es dos veces Abba: se encuentra en un momento en que, tras la ruptura con Mathieu, su pareja, también quiere enfrentarse a su falta de concentración para la música. Bohemia en decadencia, imposiciones artísticas de las discográficas, drogadicciones, el descubrimiento de la sensualidad del propio cuerpo, el cuestionamiento del turismo de masas y la crisis económica de toda una generación son tan solo algunos de los puntos en los que Ros profundiza sin regodearse, con un gran detallismo en todas las escenas (mención especial al momento en que Abba pasa las páginas de la MondoSonoro mientras desayuna).
El artista, ahora escritor, ha sido capaz de transformar un disco en literatura. Las mismas sensaciones de una puesta en escena de Sidonie están ahora juntas, página tras página, en un relato apasionante que subraya la importancia de la creación musical sin intermediarios y la dificultad de mantener una imagen esperada por otras personas. Pero también es, sin duda, un retrato de los diferentes tipos de amor y de cómo pueden llegar a influir en un proyecto artístico. Este camino en paralelo entre la música y la literatura viene de la mano del anuncio del nuevo disco de Sidonie, que llevará el mismo nombre del libro y que compartirá la portada del artista chileno Matías Krahn. En palabras del mismo Ros, “libro y álbum están conectados como si fueran las ramas de un mismo árbol”.
Quien piense que el libro se ha publicado solo porque Marc Ros es cantante de Sidonie, se equivoca. “El regreso de Abba” está escrito por alguien que, aun sin haber publicado antes una pieza estrictamente textual, ya tiene muchas tablas y recorrido en el mundo literario. Tanto en la creación como en la lectura: las referencias culturales durante todo el libro son abrumadoras, por cantidad e importancia. La única duda que surge es: ¿por qué no escribió antes un libro? Se podría pensar como Hugo en medio de la noche de Cadaqués: “¿Mañana? ¿Y si borraba esa palabra de una vez por todas? ¿Dónde podría aniquilarla?”. Mejor ahora que mañana.
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