Coleccionando vinilos - 252 - MIGALA "Así duele un verano" (1998)
Acuarela reedita «Así Duele un Verano» de Migala por primera vez en vinilo
Acuarela presenta la reedición en doble vinilo del emblemático “Así Duele un Verano” (Acuarela, 1998), segundo álbum de MIGALA. Un hito de la escena musical independiente en su momento y un clásico veintiún años después cuyas 13 canciones han sido remasterizadas para la ocasión.
Con un diseño y un sonido espectaculares “Así Duele Un Verano” (primero en el que contaron con la participación de Nacho Vegas*), reluce por sus composiciones de ambientes cinematográficos e hipnóticos y unos complejos arreglos musicales muy influidos por el rock y el folk anglosajón. El resultado fue un estilo totalmente reconocible entonces y ahora.
Durante casi una década en activo MIGALA tuvieron tiempo para hacer de banda de acompañamiento de Will Oldham, telonear a Red House Painters y Smog o publicar un 7” y un álbum en Sub Pop gracias a la recomendación de Stuart David (Belle & Sebastian). También para contar con distribución a nivel mundial, destacando Francia (donde vendieron casi 6000 cds) y por supuesto USA, tierra de donde tomaban sus influencias cercanas al art-folk o el post-rock.
Y, atención, a ellos pertenece la puntuación más alta dada en Pitchfork a un disco español: 9.3 a ‘Arde’ en 2001 (‘Restos de un incendio’ obtuvo un 8.4 en la misma publicación). Además, medios tan prestigiosos como Le Monde, Liberation, Magic!, Les Inrockuptibles, O Globo, Spin, Alternative Press, The Independent o The Sunday Herald les dedicaron artículos, críticas y entrevistas.
* Nacho Vegas, ex- guitarrista de Manta Ray, comenzó grabando un theremin en dos de las canciones de Así duele un verano, pero posteriormente se incorporó a Migala hasta La Increíble Aventura, tanto en estudio como en directo, al mismo tiempo que daba los primeros pasos bajo su propio nombre.
BIO: Más que un grupo, Migala siempre fue un experimento colectivo que dejó algunos de los discos más avanzados y personales que ha dado la escena nacional. Del catálogo de obsesiones personales, literarias y artísticas que fue Diciembre, 3 a.m. (1997) a esa portentosa oda a la amistad, el compañerismo y lo desconocido titulada La increíble aventura (2004), el “no-grupo” madrileño supo tamizar la influencia de la Americana para proyectar una visión íntima y poderosa de la música, el desamor –Así duele un verano (1998)– y las historias más tristes –Arde (2000)–. En su empeño por traspasar sus propios límites, Migala (donde además del sexteto original militaron Nacho Vegas o el ex bajista de Los Planetas Kieran Stephen) llegaron incluso a regrabar y reinterpretar algunos de sus temas en uno de sus mejores discos, Restos de un incendio (2002), para impedir que se perdiera todo lo aprendido durante los años.
Así duele un verano 21 años después
Hay discos cuyo alcance se prolonga en el tiempo y a los que siempre resulta reconfortante regresar. Así duele un verano (Acuarela, 1998) es uno de ellos, situando el melancólico post-rock de Migala como una isla dentro de una escena que en aquel momento apenas ofrecía referentes cercanos. Coincidiendo con su reedición en doble vinilo, tres de los entonces seis integrantes de la desaparecida banda madrileña echan la vista atrás. Unas respuestas a las que cabría sumar las palabras de Coque Yturriaga a través de las redes sociales: “Un disco que se abre con gaviotas y barcos, porque empezaba nuestro viaje loco hacia una increíble aventura. Un disco que nos hizo amigos para siempre. Porque no sólo queda la música, queda una unión que jamás morirá”.
Veintiún años después, ¿cómo recordáis aquel disco y, más concretamente, su proceso de creación? Después de Diciembre 3 am, ¿definió de forma más nítida lo que era e iba a ser Migala?
(Abel Hernández) Completamente. Diciembre 3 am fue un precioso Frankenstein que se hizo cuando aún no existía prácticamente una banda. Una colección de ideas diversas, sacadas de distintos sitios. Con algunas canciones grabadas entre varios, pero al fin y al cabo un recopilatorio, una colección de posibilidades, de caminos… En Así duele un verano la implicación creativa colectiva (e individual) fue mucho mayor y ya tocábamos juntos en directo…
(Diego Yturriaga) Recuerdo el viaje a Mojácar. Enrico cocinaba y el resto andábamos como hippies concentrándonos en eso que se llama creación. Tratando de escribir una letra, queriendo también ir a la playa. Fue un poco road movie entre la playa y el desierto. Recuerdo acabar con Rodrigo una madrugada etílica en la playa escuchando a Camarón.
(Rubén Moreno) Recuerdo la grabación inicial en Mojácar como algo extraño, divertido pero sufrido. Creo que marcó claramente la esencia del grupo: un conjunto de personajes peculiares, libres y algo inmaduros; pero todos dispuestos a pasarlo bien y, sobre todo, ilusionados como niños con lo que se estaba cociendo. No obstante, éramos un auténtico y creativo desastre.
En aquella época se hablaba de colectivo de “no-músicos”… ¿No tenéis la sensación de que esa ‘definición’ pudo despistar más que otra cosa?
(Abel Hernández) Fue una ocurrencia de nota de prensa, una forma de subrayar por parte de Acuarela nuestro amateurismo militante, y fue una provocación también. El hecho de que aún se pregunte por ello para mí significa que funcionó. Por otro lado, la mayoría éramos en sentido estricto lo que Brian Eno llamaría un “no músico”.
(Diego Yturriaga) Despistábamos mucho. Nos lo creíamos y no éramos unos creídos. Dejamos estar esa definición.
(Rubén Moreno) Yo me sigo considerando un no-músico.
“Autodefinirnos como ‘no músicos’ fue una forma de subrayar nuestro amateurismo militante y una provocación también”
En Así duele un verano se da una cierta paradoja: siendo un trabajo colectivo, es también tremendamente personal. ¿Cómo se conjugó esa dualidad? ¿Hay algo de doloroso y turbador no sólo en las canciones, sino en el propio proceso?
(Abel Hernández) La verdad es que no recuerdo estar demasiado fastidiado emocionalmente, ni dolido. Era una época turbulenta para bien, de noches largas (en los fines de semana, fuera de casa, entre semana más bien dentro, absorbiendo cosas, con música, películas, libros, muchas horas de charla…). Creo que sí que compartíamos una emoción que partía de una visión un tanto épica de la existencia. Nosotros seis y nuestros amigos (como los que participaron de distintas formas en el disco: Enrico, Alfredo, Germán…). Estábamos en ese momento de la primera juventud, de descubrimientos deslumbrantes, de apasionamiento, con lo que todo lo que conlleva y hacer música era una forma de canalizar eso de forma condensada. Aunque nos divertíamos mucho haciendo música y, a menudo, hacíamos el chorra, creo que nuestra principal premisa para considerar algo “de Migala” era que nos llevara a un estado exultante de emoción colectiva, un poco a lo secta.
(Diego Yturriaga) Mucha música, muchas conversaciones. Todos queríamos ser únicos y encontramos algo único cuando nos juntamos.
(Rubén Moreno) Yo tampoco estaba especialmente jodido, pero algo doloroso fue. Personalmente, y refiriéndome de nuevo a la grabación en Mojácar, recuerdo el caos total que se vivía en esa casa, donde lo de menos era pensar en qué íbamos a comer ese día o si había papel higiénico. Sin embargo, el proceso creativo era increíble y gratificante. Éramos totalmente libres y anárquicos, añadiendo cosas como niños jugando al Tente. La conexión que se creaba en aquel sótano fue determinante, sin duda, para todo lo que vino después.
En 1998 Así duele un verano quedó de alguna manera como una isla dentro de una ‘escena’ que apenas tenía referentes cercanos. ¿Qué recuerdo os queda a vosotros de la manera en que el público se acercó a vuestra música y a este álbum en particular?
(Abel Hernández) Con Así duele un verano empezamos a salir a Francia, Bélgica… Sabíamos que en España éramos un poco anómalos (pero es que pienso que eso que se llamaba “indie” en España en ese momento era anómalo: Manta Ray, Le Mans, El Niño Gusano, Sr. Chinarro, Mus… ). A mí no me gustaba esto. Supongo que al resto tampoco. Pero sin más. Nos reíamos bastante de ello y en general.
(Diego Yturriaga) Gracias a que Labels licenció el disco entramos en otra escena: Dominique A, la revista Magic… Siempre hubo un respeto de mucha gente dentro y fuera de España, lo que pasa es que eres más curioso con los extranjeros. Nos sentíamos así.
(Rubén Moreno) Pues a mí me sorprendió mucho. No esperaba que hubiese un público en Francia o en Bélgica para lo que estábamos grabando. En la España de fiesta and feria era normal que fuésemos raros y no muy apetecibles, especialmente en concierto, pero al final resultó que, en la intimidad, Así duele un verano entraba mejor.
“En Migala no había ningún rollo cultureta ni por asomo, aunque pero tampoco éramos unos tarugos”
Más allá de nombres más o menos recurrentes (Tom Waits, Smog, Lambchop, Leonard Cohen, Scott Walker…), recuerdo que alguien puso sobre la mesa una referencia que me pareció bien tirada: el cine de Jean Luc Godard y, en concreto, una película como Vivir su vida. ¿Las referencias cinematográficas fueron para Migala tan importantes como las musicales? ¿Compartís (o compartíais en aquella época) eso que decía Anna Karina de que “la verdad está en todo, incluso en el error”?
(Abel Hernández) Las películas eran una parte más de nuestras vidas, no algo separado, como un embellecedor, como un filtro cultureta. Y lo era como otras muchas cosas. Pero sí, claro, era importante. De de la de unos más que de la de otros pero creo que a cualquier chaval digamos “con inquietudes” de ese momento le interesaba el cine a distintos niveles (entretenimiento, descubrimiento, placer, inspiración…). Creo que compartía entonces esa frase de Anna Karina y si me preguntas ahora diría que la verdad sólo está en el error.
(Diego Yturriaga) Lo que podría haber sido un error se convirtió en un disco. El cine era parte de la vida. Las letras tienen muchas imágenes y procurábamos acercar a lo que hacíamos todo lo que nos daba vida.
(Rubén Moreno) No había ningún rollo cultureta ni por asomo, aunque tampoco éramos unos tarugos. Algunos más que otros tenían un bagaje cinematográfico del que se extraían ideas, emociones, frases o imágenes. Sin embargo, lo que se hizo con esas referencias cinematográficas fue una inclusión fluida y, creo, totalmente coherente, como si lo lleváramos haciendo toda la vida. De hecho, es algo que ya se llevaba haciendo desde Diciembre 3 am, y en el caso de Abel, mucho antes. Sobre Anna Karina podría añadir que la única verdad es que el error está en todo.
Pasado el tiempo, ¿hay alguna canción que os haya acompañado especialmente desde entonces, alguna que recordéis de forma especial? ¿Y alguna que ahora, al reencontraros con el disco, os resulte extraña? Pienso por ejemplo en Gurb Song y cómo el recitado con que empezaba desapareció más tarde en la lectura que hicisteis en Restos de un incendio… ¿Cambiaríais ahora muchas cosas?
(Abel Hernández) El disco me parece bien tal y como está. Si por un momento pudiera volver atrás, creo que simplemente grabaría y mezclaría un poquito mejor algunas cosas. Y si tuviera que hacerlo ahora, no usaría el inglés, desde luego. Pero es lo que nos salió entonces, y eso está bien.
(Diego Yturriaga) Me fui a dar un paseo en bici a la playa y cuando volví estaba el resto inventándose Low of Defenses en bucle… parecían poseídos. Flipé de su flipe. Luego participé añadiendo cosas en Villalba en otras sesiones terminando el disco.
(Rubén Moreno) En general, yo no cambiaría nada. Para mí no tendría mucho sentido. Es nuestra obra imperfecta, sin complejos. Lo que me sigue sorprendiendo es cómo va envejeciendo el disco, o mejor dicho, cómo envejecemos nosotros mucho más que él. Por otro lado, no creo en las visiones retrospectivas si no son regeneradoras. Sobre canciones especiales, no suelo escucharlas por separado. Cuando lo escucho de año en año, lo escucho entero y del tirón. Sin embargo, y ya que mencionas Gurb Song, precisamente esta canción me trae muy buenos recuerdos de cuando se fraguó en mi casa, además de recordarme al inspirador del título, claro.
Una pregunta más, aunque hace unas semanas ya vi un rotundo “no” en el Facebook de Acuarela… A cuento de la reedición, ¿en algún momento os habéis planteado un reencuentro aunque fuese puntual?
(Abel Hernández) Hombre, es una cuestión que siempre está en el aire. Pero nosotros nos seguimos viendo, seguimos haciendo cosas juntos y algunos, incluso, tocan juntos. No nos planteamos un reencuentro de Migala en el sentido de una reunión y así, no.
(Diego Yturriaga) Por estar bien…estaría muy bien. Aunque fuese para tocar lo que nos acordamos de las canciones para amigos.
(Rubén Moreno) Sí, efectivamente es un tema recurrente que me hace gracia. No lo veo, la verdad, ahora es todavía más complicado que cuando lo dejamos. Además, dejarlo así, con el buen sabor de boca de La increíble aventura, me pareció y me parece una manera elegante de echarnos a un lado. Y, como otros creo que piensan, volver a juntarnos de manera puntual para rememorar tiempos pasados puede ser más penoso que glorioso. Únicamente veo juntarnos para crear algo nuevo.
Gurb Song (with Lyrics)
especial migala: discografía
Diciembre 3 a.m, 1997
A finales de 1997 se publica el debut de Migala y la crítica se deshace en elogios. Ellos, sin embargo, en una entrevista que les realizaba Víctor Lenore para rockdelux casi coincidiendo con la salida del disco, ya hablaban de un exceso de duración y de que algunas canciones sobraban.
Aquello en su día me pareció más una boutade que algo real, pero el tiempo les ha dado la razón. Diciembre, 3.a.m. es disperso, se pierde en referencias demasiado explícitas (Cohen, la Velvet más acústica) e incluso desorientadas (-Doubt es un innecesario homenaje a Sonic Youth y en Sweet anarchy versionan a Sex Pistols).
Pero este debut es también el disco de Cortázar, Isabella afterhours o That woman, tres canciones brutales y una carta de presentación soberbia que difícilmente podía hacernos pensar que era superable. Algo difícil de asimilar por entonces, como cuando de niño recibías uno de esos balonazos en el pecho que te cortan la respiración y, hasta que te repones, solo piensas que te estás muriendo ahogado. manolo
Así duele un verano, 1998
Así duele un verano o así suena una juventud con tendencia a la tristeza. Tristeza colectiva, en este caso. Este es uno de los mejores discos de los noventa, un disco que captó un cierto sentimiento en los oyentes de su generación. Un cierto sentimiento que plasman a la perfección estas canciones. Porque suenan las sirenas y todo cambia. Suena el mar y todo cambia. Low of defenses y el mundo ya no es el mismo. O Gurb Song o Ancient glaciar tongues. Acordes que parten el alma en un verano, y si te descuidas, de todo el año. javi
Arde, 2000
En esto, Migala siempre fueron los mejores. Y en Arde eso lo llevaron al cielo:
"Sí, es muy joven, usted solo conoce la ciudad desde que la cruzó el tren, era muy diferente entonces, muy diferente Sr.Scott, muy diferente".
O la evocación definitiva. Decir tantísimo con tan poco, emocionar entre líneas, entre acordes.
Daba la impresión de que después de publicar Así duele un verano se necesitaba luz en las canciones de Migala. En Arde, más que abrir las ventanas lo que se hizo fue abrir el alma, en un viaje interior hacia esa luz que no llegaba, hacia la culpa, la eterna culpa. javi
En Restos de un incendio Migala resumía su discografía hasta el momento. Pero no lo hacía a modo de un simple recopilatorio, sino que volvieron a grabar las canciones de nuevo. Esta pirueta resultó en lo que yo considero el mejor disco del grupo.
Las canciones contenidas en Restos de un incendio alcanzan aquí su cénit, el punto álgido de una vida que ya se antojaba plena. La expresión máxima de esto es Instrucciones para dar cuerda a un reloj, convertida aquí en clásico absoluto de nuestras vidas.
Quizás se trate de su disco menos afectado, menos desgarrador, pero logra sacar otros sentimientos y también dispara a dar (WWW, Lecciones de vuelo con Mathias Rust y Your star, strangled queda entre lo mejor de sus discografía) y a matar (todo el todo del disco, con las guitarras más protagonistas y rotundas) en lo que terminó significando la despedida de uno de los colectivos de no-músicos (como se hacían llamar) más importantes de nuestro país. manolo
Finnegan's late, 1998
The North on fire, 2000
Un tributo a The Cure, 2000
Migala publicaron durante su historia 3 singles en 3 sellos diferentes. El primero formó parte del reputado Club del Single de Elefant de 1998, y tiene dos temas que andan ya a medio camino entre Arde y Así duele un verano, especialmente por su cara B, That imaginary Mexico (Piedrita), que suena catatónicamente fronteriza.
The North on fire, el 7" que les publicó Sub Pop, junto a su propia edición de Arde, que llegó en 2001, vuelve a formar parte de un club del single dos años después del primero. También un tema por cada cara, con el afectadísimo tema principal en la cara A, que también apareció posteriormente en un recopilatorio de Acuarela records.
El tercer sencillo, en este caso un split con Sr. Chinarro publicado como cd-ep, debía ser parte de un fallido proyecto de álbum de tributo a The Cure que al final quedó solo en las versiones de los dos grupos mencionados. Y en el caso de Migala se trata de una gran adaptación a terreno propio de la original Plainsong, que abre Disintegration, mi disco preferido de Robert Smith y compañía. manolo
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