mivideodemisemana - SIDONIE "El bosque" (adelanto de "El Fluido Garcia")
Buen trimestre otoñal se presenta en cuanto a música.
Ivan Ferreiro, Maga, Úrsula, Hamlet, Los Pilotos, Grupos de Expertos Solynieve.....
Y encima ya tengo algún concierto en la agenda...
Y en 20 dias el nuevo disco de mis adorados Sidonie.
No es momento de colgarse medallas, pero estoy orgulloso de haber seguido a este grupo desde sus inicios con su disco homónimo, alucinante, psicodélico, con la exótica ayuda del sitar...
Y luego un segundo disco "Shell Kids" que es una obra de arte del pop mundial. Luego con su salto al castellano, empezaron ya a tener el reconocimiento que merecían, con ese giro al pop mediterráneo, de melodias perfectas y arreglos preiosos.
Pues bien, ya queda muy poco para que se publique su nuevo disco, El Fluido García, con fecha para el 18 de Octubre y conforme se acerca el día, vamos conociendo más detalles del nuevo cambio de dirección que toma el trío, acercándose de nuevo a los sonidos de sus dos primeros discos y también nos damos cuenta de que volvemos a su actitud original, esto es psicodelia y provocación.
Esta será presuntamente la portada elegida.
Y ya conocemos el tracklist del disco:
1 El Bosque
2 Carnaval
3 A mil años luz
4 Alma de goma
5 Perros
6 Bajo un cielo
7 El aullido
8 Negroni,
9 La tormenta
10 La huida
11 No mires atrás
Aqui tenéis el vídeo del primer single, El bosque, donde veremos a los 3 miembros de Sidonie drogados (de verdad).
Vía Rolling Stone, el cantante Marco Ros, explica el porqué del vídeo y como se rodó.
“Esta primavera, mientras Sidonie estábamos grabando nuestro nuevo disco, El fluido García, en el Alt Empordà (Girona), nos pusimos en contacto con una pareja de amigos de Bruselas, que tiene casa en Cadaqués, a unos 45 minutos del estudio de grabación. Los dos son miembros del MAPS, las siglas en inglés para la Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos. Se llaman Christelle y Remy, y son unos hippies de unos sesenta años que han viajado por toda América Central en busca de alucinógenos de origen vegetal.
Hablando con ellos descubrimos que sus viajes, no necesariamente geográficos, nos fascinaban. Y como las canciones de nuestro nuevo disco son especialmente psicodélicas y experimentales, ellos enseguida mostraron interés por escucharlas. Les invitamos una tarde a una sesión de grabación y quedaron encantados. Remy estaba feliz detrás de la mesa de sonido, con su cara iluminada por las lucecitas de los indicadores. Incluso sugirió algunas cosas realmente locas: como que nos vendáramos los ojos mientras estábamos grabando o que invitáramos a un grupo de danzantes desnudos al estudio, para recuperar la función original de la música como celebración comunal mística.
Después de la sesión cenamos con Remy y Christelle, y allí fue cuando nos propusieron la locura: realizar un experimento con psilocibina (una sustancia psicotrópica que se encuentra en unos hongos). El experimento en cuestión se trataba de, primero, buscar un sitio tranquilo, a poder ser un entorno natural. Y después, tomar la sustancia y grabar nuestras experiencias en vídeo. De nuestras acciones bajo los efectos de dicha droga encontraríamos, según ellos, la inspiración para crear la portada, la escenografía, los videos y todo lo que debe acompañar la música grabada. El Alt Empordà hubiera sido el entorno perfecto para aquello, pero nuestros días de grabación estaban acabando y la psilocibina no terminaba de llegar. Al fin, el último día de grabación se presentó Christelle al estudio, con dichas setas y una cámara de vídeo, pero hacerlo aquel día ya no era posible. Nos quedaba mucho que grabar y debíamos regresar aquella misma noche, sin falta, a Barcelona, ya que al día siguiente teníamos que coger un vuelo a Galicia. Christelle se despidió dándonos las setas y recordándonos, otra vez, que buscáramos el momento y el entorno adecuado para tomárnoslas.
Unos días después fuimos a Galicia, para actuar en el Festival Son Rias Baixas, en Bueu (Pontevedra). Y se nos había metido en la cabeza grabar aquella noche un vídeo experimental de uno de nuestros temas, El Bosque. En mitad de la actuación, queríamos pedir permiso al público para poner la canción desde la mesa de sonido y así bajar del escenario para poder mezclarnos y pasearnos entre sus cuerpos. No sabíamos qué tipo de acción íbamos a hacer realmente. Sólo se trataba de grabar aquella improvisación, ese era el objetivo. Después el plan seguía en un bosque de eucaliptos que quedaba cerca del recinto, dónde queríamos realizar otras curiosas performances.
No recuerdo quién, de los tres miembros de Sidonie, tuvo la brillante idea de probar la psilocibina aquella misma noche. Y aún comprendo menos cómo se nos ocurrió ingerir la droga justo antes de subir al escenario. Remy nos dijo que los efectos se notaban al cabo de una hora, así que pensamos: “Bueno… hasta que suban las setas tenemos el tiempo justo para hacer el concierto e irnos rápidamente al bosque, donde aprovecharemos todo los efectos alucinógenos para grabar el vídeo”. Y así fue, más o menos…
Al ver estas imágenes os daréis cuenta de que algo falló en nuestros cálculos. A la media hora de concierto, antes incluso de bajar e interactuar con el público, ya nos había subido la droga. Recuerdo cómo miraba a Jesús para comprobar si había exteriorizado los efectos y, efectivamente, se le notaban. Hacía unos movimientos de piernas que no reconocía en él. Me giré luego para ver a Axel en la batería, y ahí estaba, “en el autobús” (expresión que siginifica “colocón” en la novela Gaseosa de ácido eléctrico, de Tom Wolfe), respondiéndome con una sonrisa que no le cabía en la cara.
Llegó el momento de bajar del escenario y mezclarnos con el público, al ritmo de El bosque, pero ya estábamos tan altos como los beduinos… Empezamos a arrastrarnos por el suelo y a gatear entre las piernas del público, como si estas fueran una arboleda en un bosque espeso. Jesús y yo intentamos hacer el playback y se ve en las imágenes como teníamos serias dificultades para seguir la letra. En ese momento no sufrimos ninguna alucinación, pero la euforia que sentíamos llegaba a ser amenazante. El resto del concierto se desarrolló con normalidad, sin contar que yo, no se por qué, empecé a buscar por el escenario a Bryan Ferry, pues escuchaba su voz haciendo los coros todo el rato.
Las imágenes tomadas en el bosque de Bueu [en Pontevedra, Galicia] plasman a los Sidonie en lo que se conoce como el nivel 3 de la experiencia psicodélica. Los efectos concretos fueron: distorsiones visuales muy obvias, donde todo se comienza a ver curvado; patrones caleidoscópicos o fractales que se pueden visualizar en las paredes, paisajes o caras; y, cómo no, las alucinaciones con los ojos cerrados que se hacen tridimensionales.
En resumen, este video que acompaña a El Bosque siempre será uno de los favoritos de nuestra carrera. Es un ejemplo de cinema verité, hecho con muy bajo presupuesto y, sin duda, el perfecto acompañamiento para nuestra canción. De momento no se han descrito efectos secundarios o flashbacks como consecuencia del pedo psicotrópico (sin contar que tuve una gripe la semana siguiente). A Christelle y Remy les ha encantado el resultado de nuestro experimento, es más: tienen pensado proyectar el vídeo en alguna conferencia del MAPS para estudiar la influencia de la psilocibina en el rock.
Queremos dar las gracias a la gente que vino al concierto de Bueu por colaborar en aquella locura y demostrar que los gallegos son más psicodélicos que Timothy Leary (el Antonio Escohotado de Estados Unidos). Y a Zinqin (productora del vídeo) por organizar el caos y estar a la altura, nunca mejor dicho, de aquellas circunstancias.”
Video:
http://www.youtube.com/watch?v=uTF3IE294gI&ob=av2n
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