Orquesta de la Luz y la Esperanza. Un ejemplo para todos.

Gran reportaje el que publicó EL PAÍS en su dominical EL PAÍS SEMANAL el 16 de septiembre de 2012 realizado por John Carlin y que creo que conviene destacar y que es todo un ejemplo para todos nosotros.

Nacieron para vivir a ras del suelo, en su país, Egipto, como tantos otros, difícil para sobrevivir si eres mujer y además ciega y pobre, pero su rebeldía les ha permitido volar más allá de las estrellas constituyendo un maravilloso ejemplo para el resto de hombres y mujeres del planeta.

40 mujeres, musulmanas, ciegas y pobres conforman la “Orquesta de la luz y la Esperanza” y han decidido volar y soñar, con los pies en el suelo y en las estrellas, tras la música de Mozart, Strauss, Dvorak, Purcell y Bizet.

El magnífico reportaje de John Carlin, en EL PAÍS, nos acerca a estas mujeres y lo que sienten por dentro cuando se trasladan a ese mundo mágico de la música.

La Asociación Al Tour Wal Amal adopta niñas entre las más pobres del Cairo , 300 en la actualidad. Les ofrecen escuela formal por las mañanas y formación musical por las tardes.


Tal como dice su directora, es extraordinaria la perseverancia de estas chicas, son muy ambiciosas. En lugar de vivir avergonzadas, demuestran orgullo y dignidad.

Si tenemos en cuenta el entorno social en que viven, se entiende el valor de estas palabras. Como mujeres ciegas su situación social en Egipto es muy desfavorable. Ellas viven con gran interés la evolución de la primavera árabe y el cambio que podria representar para las mujeres, si llega a consolidarse la democracia en Egipto.

Estos son algunos extractos de los testimonios de algunas de las mujeres.
Realmente apasionantes.
Mi pasión por la música queda a la altura de la suela de los zapatos al lado de la de estas sorprendentes mujeres.
“Me escapo, dice una de ellas. El mundo real, para mí es como fuego. Guerras, protestas, gente que muere, todo patas arriba, siempre ruido de conflicto. A veces, no me siento a gusto en este mundo. En la orquesta dejamos de lado todo eso. Cuando toco, me siento como si estuviera ben la ciudad del amor. Me siento como un mariposa en el cielo, bailando. Puedo expresarme, existir en este mundo a través de la música, y me enorgullezco de ello”.

“cuando toco entro en mi propio mundo, me escapo. El mundo real es para mi como fuego. Guerras , protestas, gente que muere, todo patas arriba, siempre ruido de conflicto. No todos saben respetar a los demás. En la orquesta dejamos de lado todo esto. Me siento como una mariposa en el cielo bailando…”

“Nosotras tocamos, y gracias a ello conectamos con todas la religiones y culturas. La música va directamente a los sentimientos, más que cualquier otra expresión artística, y nos une a todos. Todos tenemos la misma respuesta sin importarnos quienes seamos o cuales sean nuestras creencias. La música es el lenguaje del alma, del corazón y de la imaginación, y une a todos los seres humanos”