Una momia (yendo a ducharse) por Santi Carrillo

Una momia  (yendo a ducharse)


Por Santi Carrillo (Rockdelux marzo 2012)

Ilustración: Sonia Pulido (maravilloso dibujo como casi todos los que hace para Rockdelux)

Que mejor manera de comenzar una nueva temporada en el Blog, que con este artículo escrito por el gran Santi Carrillo, para la editorial de la revista Rockdelux del mes de marzo de 2012.

Santi, yo, al igual que tu, soy de los pocos que van quedado que disfrutan “tocando” un disco, ordenando discos en las estanterías, y que como dices “premio el valor de los objetos”.

Interesante artículo y no menos sugerente el dibujo que Sonia Pulido ha creado para la ocasión.



El ritual se repite cada cierto tiempo. Montañas de discos acumulados. En casa, en la redacción En bolsas, en cajas. Esperando ser filtrados y, en el mejor de los casos, si superan el nivel exigido por mi autoridad competente, archivados. Nuevos y antiguos, cd´s y vinilos. Se que resulta necesario ordenar tanta información, pero ¿Cómo? ¿Cuándo? El tiempo, el tiempo. El espacio, el espacio.

Además, libros, revistas, DVD´s… Es un mundo antiguo, el mío, el que premia el valor de los objetos, los que han marcado, con condicionantes, la estrategia y la forma de organizarme la vida. ¡Que extraño puede parecer todo esto para alguien que lo guarde todo, todo lo puede ser bajado digitalmente, en el ordenador! Envidio ese rasero tan poco severo de consensuar la no-presencia física de nuestros bienes (y valores) culturales basado en que ya no necesitamos metros cuadrados para esos objetos, en otro tiempo tan relevantes y ahora tan desprestigiados, se muestren ante nuestros ojos orgullosamente y nos tutelen en la distancia corta. En el fondo, es un descanso, pienso.

Pero juro que en un empeño por resistir y perpetuar mi arcaico modo de vida, al que, de una manera implacable, se añaden constantemente nuevos y nuevos ítems, llevo unas semanas intentando reorganizarme, ¡una vez más!, para hacer más ágil el proceso de filtrar y valorar la información requerida a la hora de escribir. Son consecuencias del periodismo de la vieja escuela, que sigue perviviendo a pesar de la facilidad que nos depara la virtualidad más absoluta, la que indefectiblemente nos lleva a recurrir a internet sistemáticamente como primera y ya casi única opción de consulta. También de error.

En general, estamos malascostumbrándonos. Tanta inmediatez, tanta poca riguridad. Ahora triunfa quien lo dice antes, no quien lo dice mejor. Cada vez sabemos más cosas menos importantes. Cada vez sabemos menos de las cosas realmente importantes. Somos máquinas de fugaces estímulos superficiales y, gracias a las redes sociales, a los blogs, no nos resistimos a dejar de aportar nuestra contribución al infinito vertedero de la causa virtual. Sin intermediarios.

Si Wharhol levantara la cabeza, probablemente reconsideraría su teoría de los quince minutos de fama para todos. Antes, las víctimas de la banalidad y de lo ridículamente egocéntrico tenían una coartada de glamour; eran estrellas.

Ahora, en una muestra más de hacia donde nos está llevando el adictivo abuso que hacemos de la democratización de la tecnología, todos parecemos bobos lanzando mensajitos absurdos y lastimosamente innecesarios. Todos ¿hemos perdido el sentido común? Lo dejo aquí. Voy a ducharme. Se me ha hecho tarde. ¿Debería twittear eso?