Coleccionando vinilos - 205 - LOS GAVILANES (Zarzuela) (1923)

 



No es tan extraño que yo publique una entrada sobre una zarzuela. No entiendo nada del género como casi me pasa igual con la ópera, pero de siempre me ha atraído la música clásica y por eso he decidido incorporarlo en mi lista de vinilos a comentar esta temporada.
Cayó en mis manos al azar en una de esas compras por wallapop a desconocidos que quieren desprenderse de sus vinilos, hablaba el anuncio de varios discos de música mexicana y hasta yo creo que el vendedor pensaba que era música de allí.
Pero la escuché, leí sobre esta zarzuela y creo que es un acierto incorporarla para abrir el abanico sonoro mio y el vuestro. Si no les basta con escucharla, pueden verla en diferentes versiones en Youtube.

Os dejo con información amplia y detallada de esta obra, que en breve cumplirá 100 años.


Los gavilanes es una zarzuela en tres actos y cinco cuadros en prosa, con música de Jacinto Guerrero y libreto de José Ramos Martín. Se estrenó el 7 de diciembre de 1923 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Personajes[editar]

PersonajeTesituraReparto del estreno, 7 de diciembre de 1923
Adriana, antigua novia de Juan y madre de RosauramezzosopranoEmilia Iglesias
Rosaura, novia de Gustavo pretendida por JuansopranoEugenia Zúffoli
Juan, indiano que regresa a su hogarbarítonoEmilio García Soler
Gustavo, novio de RosauratenorEmilio Vendrell
Trinquet, jefe de la guardiaactor cómicoRamón Peña
Clariván, alcaldeactor cómicoJosé Bódalo

Argumento[editar]

La acción se desarrolla en una aldea de la Provenza (pero bien podría ser en España) en el año 1845.

Acto 1[editar]

Juan, un indiano que ha hecho fortuna en Perú regresa a su pueblo provocando una gran conmoción, ya que todos le creían muerto.

El hermano, la cuñada y las sobrinas de Juan reciben caros regalos y joyas, de las cuales hacen ostentación. Ahora el alcalde del pueblo es Clariván, un antiguo rival de Juan, pero que quiere hacer ver que es un gran amigo suyo para que pague las obras que necesita el pueblo. Juan confiesa a unos pocos que no vio motivos para volver al enterarse de que Adriana, su gran amor, se había casado con otro. Ahora Adriana es viuda, pobre y con una joven hija, Rosaura.

Acto 2[editar]

Juan anuncia que quiere casarse con Rosaura, la hija de su antiguo amor, lo que provoca un escándalo. El alcalde y el gendarme piensan que es un viejo verde.

Acto 3[editar]

Juan ha pagado todas las deudas de la familia de Rosaura, para que esté en deuda con él. El alcalde y el gendarme comienzan a llamarle con desprecio "el gavilán", pues ha cazado a una paloma. Rosaura está enamorada de un chico de su edad y piensan en fugarse, son sorprendidos por Juan, quien se da cuenta de lo miserable que ha sido y deja en paz a la joven pareja, ganándose el respeto de todo el pueblo.



Escueto pero muy didáctico el artículo extraído de LAZARZUELA.WEBCINDARIO.COM

Elenco del estreno

Adriana: EMILIA IGLESIAS, Rosaura: EUGENIA ZÚFFOLI, Juan: EMILIO GARCÍA SOLER, Gustavo: EMILIO VENDRELL

La obra

La zarzuela LOS GAVILANES se estrenó el 7 de diciembre de 1923 según todas las fuentes consultadas menos el Diccionario de la Zarzuela que señala el 7 de julio de ese año (aunque debe tratarse de un “lapsus” pues en el mismo artículo se escribe el 8-12 como el día siguiente a su estreno). Desde ese día tuvo un gran éxito que ha llegado hasta nuestros días convertida, quizás, en la máxima referencia zarzuelera de su prolífico autor, pese al buen número de obras populares del mismo como luego veremos. Aunque el Diccionario de la Zarzuela señala que tuvo una inmensa fortuna crítica, el desglose que de la misma hace no coincide con tan rotunda afirmación, pues salvo en “ABC” que transmitió parabienes para autores e intérpretes, y en “La Voz” que habla de clamoroso éxito, en los otros medios hubo división de opiniones (pero más afín al dicho taurino de que unos “lo hacían” en su madre y otros en su padre) pues “El Heraldo de Madrid” aunque elogiaba a Guerrero y a los intérpretes opinaba que la obra no había alcanzado la calidad deseada, “El Sol” hablaba de música sin calidad, compendiaba el argumento y concluía que con su explicación bastaba para dar como vista la obra.....y ahorrarse la música, “El Liberal” llegaba a decir que hay en ella más ruido que música y “La Libertad” en lo musical acababa diciendo que “todo lo que oímos es a base de fox-trot, de danzones, marchas, cuando no fados, peruanas o valses de cabaret. ¡Vaya analistas y vaya profetas! Por supuesto que no es Fidelio ni Don Giovanni, pero tampoco se pretendía que lo fuese. Yo personalmente tengo un recuerdo imperecedero de esta obra, pues desde niño la escuché al tener en mi casa los discos de la versión de 1930 que luego detallo, pero además en 1954 o 1955 fui por primera vez en mi vida a una zarzuela, cual no sería la matraca que les daría a mis padres que al final me llevaran sólo a mi a verla, no a mis otros siete hermanos. Fue en el Teatro San Juan de Ecija, y supongo que sería una de las giras de despedida de Marcos Redondo, evidentemente no me acuerdo puntualmente, yo tenía 9 o 10 años, pero si sé la impresión que en mi causó la zarzuela y sobre todo el gran barítono, yo creo que aquello fueron los cimientos de mi afición, primero a la zarzuela, luego extendida al resto de la música.

El compositor

El compositor Jacinto Guerrero Torres, nació en Ajofrín (Toledo) el 16 de agosto de 1895 y murió en Madrid el 15 de septiembre de 1951. Se inició en la música en su pueblo y desde 1904 en Toledo donde fue seise en la catedral y un “todoterreno” como intérprete, pues tocó instrumentos de viento, piano, órgano y violín, hasta que la composición de un HIMNO A TOLEDO propició la concesión de una beca y su traslado a Madrid en 1914. Fue violinista de la orquesta de Teatro Apolo y esto le sirvió para adquirir experiencia teatral y relaciones. Ha sido, junto con Alonso, un músico dotado para logros más importantes pero tentado por el triunfo fácil que le hizo compartir producción de obras muy dignas con otras arrevistadas o directamente revistas, causando con ello daño a la zarzuela. Su catálogo es impresionante, solo detallaré, las zarzuelas de las que conozco que han tenido trascendencia fonográfica, así LA ALSACIANA (1921), LA MONTERÍA (1922), LOS GAVILANES (1923), EL COLLAR DE AFRODITA (de esta obra aun conservo un disco de La Voz de su Amo grabado en 1927, de 78 rpm en que Amparo Saus canta “Java faraónica” y Federico Caballé “Curva de mujer”, ambos dirigido por Guerrero) y MARÍA SOL (1925), EL HUÉSPED DEL SEVILLANO (1926), MARTIERRA (1928), LA ROSA DEL AZAFRÁN (1930), LA FAMA DEL TARTANERO (1931), EL AMA (1933) y EL CANASTILLO DE FRESAS (zarzuela póstuma terminada por amigos del compositor y estrenada en 1951). Con este simple detalle, se ve como, salvo “El Canastillo” la producción importante de Guerrero terminó en 1933, por eso digo que desaprovechó su inspiración en cosas menores que privó a la Zarzuela de otras composiciones de más calado.

El libretista

El libretista fue José Ramos Martín (hijo del famoso Miguel Ramos Carrión) nació en Madrid el 10 de marzo de 1892 y murió en la misma ciudad el 16 de octubre de 1974. Escribió en prensa y para el teatro, destacando sus zarzuelas LA ALSACIANA, LA MONTERÍA y LOS GAVILANES de Guerrero y XUANÓN de Moreno Torroba.

Sinopsis

El argumento se basa en la vuelta de Juan, un “indiano” a su pueblo de donde marchó joven y pobre sin poder casarse con Adriana; esta, ya viuda, espera que se renueve el amor, pero Juan se fija en su hija Rosaura con la oposición de la pretendida y de su novio Gustavo; a la postre hay final feliz, aunque Juan y Medio hubiera casado a Adriana y Juan. Por tanto mi opinión del libreto es paupérrima y como siempre viene en su defensa una partitura pegadiza, brillante en ocasiones y sensible o apasionada otras, con frecuente intervención de los coros tanto en números propios, así la introducción “Pescador de tu playa te alejas” como en apoyo de los solistas, por ejemplo la introducción al famoso tango milonga “El dinero que atesoro” o la marcha “Amigos siempre amigos”, en cuanto a los solistas destaca “Mi aldea”, el citado “El dinero que atesoro” y el “No importa que al amor mío” todos ellos por el barítono, la delicada romanza de Gustavo “Flor roja” tan querida de los tenores, los dúos de Adriana y Juan “Al impulso de noble ansiedad”, de Adriana y Rosaura “No merece ser feliz” y de Rosaura y Gustavo “Bien sé que nada valgo para ti”, el vibrante concertante “Guarda indiano tu riqueza” estelar para barítono y tenor, o la frase musical identificativa de Gustavo “soy mozo y enamorado” .

Índice de escenas

Zarzuela en tres actos con los siguientes números musicales:

Acto I: 1. Preludio, coro general “Pescador, de tu playa te alejas” y salida de Juan “Mi aldea”. 2. Tenor y coro “Palomita palomita”. 3. Fox-trot de las lloronas “No hay por qué gemir”. 4. Tango milonga “El dinero que atesoro”. 5. Final del acto I “Soy mozo y enamorado” y dúo de Adriana y Juan “Otra vez vuelvo a mirarte”.

Acto II: 6. Escena “Tocad tamborileros” y marcha “Amigos siempre amigos”. 7. Escena de la flor “Flor roja”. 8. Romanza de Juan “No importa que al amor mío”. 9. Final del acto II “Ya los tamborileros tocando están.

Acto III: 10. Escena y coro “Vivan los novios que enamorados”. 11. Dúo de Adriana y Rosaura “No merece ser feliz”. 12. Final del acto III “Flor roja como la sangre”.

Personajes

Los principales son:

Adriana: Antigua novia de Juan y madre de Rosaura. Mezzosoprano
Rosaura: Novia de Gustavo pretendida por Juan. Soprano
Juan: Indiano que regresa a su hogar. Barítono.
Gustavo: Novio de Rosaura. Tenor.

Discografía

Basado sobre todo en la sección discográfica de esta página web, me constan las siguientes versiones:

Odeón 1925: Dirigida en 1925 por Guerrero, con Emilio Vendrell y Eugenia Zúffoli (Gustavo y Rosaura del estreno) distribuyéndose los papeles solistas, es decir el gran tenor Vendrell juega a barítono sin demasiado éxito a mi gusto
Odeón 1930: dirige Capdevila con Cora Raga, Marcos Redondo, Emilio Vendrell, Amparo Saus, Pepita Boti, Laura Coronado, Angel de Leon y Rodolfo Blanca. En relación con esta versión, dice Joan Vilá y Miró, que “al lado de Marcos Redondo que nos da nuevamente muestras impresionantes de su arte, se encuentra la espléndida Cora Raga con maravillosas prestaciones en los dúos y en la briosa marcha del segundo acto. De magistral puede calificarse la actuación de Emilio Vendrell, ya que su versión de la romanza de la rosa es de verdadera antología. Los piani y pianissimi son tan aterciopelados, los sonidos tan dulces que dudamos que alguien pueda igualar esa sensación de belleza incorpórea que nos ofrece el tenor catalán”. Yo añadiría a estos elogios el maravilloso concertante “Guarda indiano tu riqueza” que Vendrell y Redondo bordan. Y cuantas veces he lamentado la “manía” de no grabar completas las obras, pues como sería el “No importa que al amor mío” cantado por aquel Marcos Redondo. También Juan Arnau se refiere en su “Historia de la Zarzuela” a aquellos insignes intérpretes al decir “que la romanza de la flor, de Emilio Vendrell, jamás ha sido superada por el dominio de la voz, la pureza del estilo y el lirismo cálido” y al hilo del elogio a otros cantantes como Pablo Gorgé decir “que fue Marcos Redondo el cantante más identificado con el papel de Juan, protagonista de la zarzuela”.
La Voz de su Amo 1934: dirigida por Galabert con Eduardo Brito, Mary Isaura, Ricardo Mayral, Trini Avelli, Antonio Palacios y A. León.
Zafiro 1952: Dirigida por Daniel Montorio y Enrique Navarro y cantada por Dolores Pérez (Lily Berchman), Pepita Moncayo, Manuel Ausensi y Enrique de la Vara.
Alhambra 1954: Bajo la batuta de Argenta, con Tony Rosado, Teresa Berganza, Carlos Munguía y Manuel Ausensi.
Odeón 1954: Dirigida por Rafael Ferrer, con Maria Espinalt, Lolita Torrentó, Jerónimo Vilardell y José Simorra..
Hispanos 1961: Dirigida por Moreno Torroba, con Dolores Ripollés, Alicia Armentía, Pedro Lavirgen y Renato Cesari.
Columbia 1974: Dirigida por Frühbeck de Burgos, con Angeles Gulín, María Orán, Antonio Blancas y Julián Molina
RTVE 1995: Dirigida por García Asensio con Inmaculada Egido, Milagros Poblador, Fernando Belaza y Antonio Ordóñez.

Bibliografía

He utilizado la siguiente:

“Diccionario de la Zarzuela”, coordinado por Emilio Casares Rodicio.
“El libro de la zarzuela”, de editorial Daimon.
“Historia de la zarzuela”, volúmen II, de Juan Arnau (Zacosa).
“Los Gavilanes” comentario de Joan Vilá i Miró en el cuadernillo que acompaña a la versión de Odeon 1930.

Marbella, 23 de junio de 2007

Firmado: Diego Emilio Fernández Álvarez



"Guarda indiano tu riqueza"



Y me apetecía repasar un poco la vida del director de orquesta ATAULFO ARGENTA, que es quien dirige la zarzuela en el vinilo que tengo yo. La extraemos de la propia web ATAULFOARGENTA.COM


POR FERNANDO ARGENTA

La vida de Ataúlfo Argenta fue una carrera de obstáculos, una continua lucha contra numerosísimas dificultades, lucha que él llevó siempre adelante con un ánimo optimista y una gran fe en sus posibilidades, lo que unido al continuo apoyo que tuvo por parte de su mujer, le hizo vencer uno a uno todos esos escollos.

En principio la dificultad estribó en la falta de medios, que su padre, Jefe de Estación de la ciudad de Castro Urdiales en Cantabria le ayudó a superar, sacrificándose él y toda la familia al trasladarse a Madrid en busca de una mejor preparación para su hijo.

Cuando parecía superada esa primera prueba, su querido padre muere, dejándole a sus diecisiete años prácticamente como responsable del mantenimiento económico de su familia.

El destino parecía truncarse, porque incapaz de ganar el suficiente dinero tocando el piano en bares y bailongos y estudiando al mismo tiempo, Ataúlfo se ve obligado a abandonar sus estudios y a trabajar en una oficina de los Ferrocarriles del Estado. Gracias al apoyo de su entonces novia, Juanita Pallares, no se desvía de su camino, y dejando la oficina, con esfuerzo y sacrificio continúa sus estudios que acaba con gran éxito perfeccionándolos y ampliándolos en Bélgica.

De nuevo todo parece sonreírle y a sus veintidós años toca aquí y allí, acompaña a grandes cantantes como Miguel Fleta, y es maestro interno de la temporada de ópera de Madrid.

Pero otra vez el destino vuelve a actuar e, inesperadamente, Argenta se encuentra enrolado en un Regimiento de Comunicaciones del bando nacional en plena Guerra Civil española. Durante la guerra es encarcelado, está a punto de ser fusilado por el mismo ejército al que pertenecía pesando sobre él la acusación de espionaje. Le salvó la campana al demostrarse, en el último momento, que la acusación era falsa.

No obstante, el destino está a punto de vencer nuevamente al enfermar Argenta gravemente de tifus, pero al final supera esa enfermedad y continúa estudiando y tocando allá donde encuentra un piano, a veces completamente desvencijado y en una casa semiderruída por las bombas.

La guerra termina pero no los problemas. El panorama es desolador, y más para un pianista. Argenta se encuentra en la miseria. Se ha casado con Juanita en Segovia, durante la guerra, y ella le alienta y anima constantemente. Nace su segundo hijo y él se ve obligado a dar un concierto en Oviedo al día siguiente. Es una gran oportunidad para alguien que no quiere dejar la música clásica y vivir nada más que de la de baile. En el descanso del concierto le llega la noticia de que ese hijo ha muerto, y Argenta sale a tocar las “Escenas infantiles” de Schumann con lágrimas en los ojos.
Continúan las dificultades y continúan los esfuerzos del joven músico por salvarlas. Una nueva oportunidad llega (con el apoyo del gran pianista alemán Winfried Wolf) para perfeccionar su técnica en Alemania. Aquello significa una esperanza, pero significa también el sacrificio de la separación de su mujer y sus dos hijas, máxime cuando ellas se quedan sin dinero en un Madrid pobre y destrozado por la guerra.

Estamos en mayo del año 1941 y Argenta comienza su aventura alemana estudiando en el Conservatorio de Kassel, donde llega pronto a ser Profesor y luego Catedrático, dando recitales donde puede y adquiriendo un prestigio ganado a pulso. Cuando todo parece sonreírle y su mujer y sus dos hijas por fin se reúnen con él en Alemania, la virulencia que alcanza la Segunda Guerra Mundial y el peligro que corren en Alemania le obliga a volver con su familia a España a finales de 1943.

La vuelta es rocambolesca, y por un bombardeo, se ve separado de Juanita y de sus hijas mientras da su último concierto en Frankfurt. El tren sale con ellas sin que Ataúlfo haya podido llegar, y las tres, sin saber nada de él, viven de la caridad durante un par de días en la estación de París, hasta que de otro tren se baja Argenta, todavía vestido con el frac del concierto, y se las encuentra en el andén con la consiguiente alegría y emoción.

El gran obstáculo de las dos guerras ha sido salvado y Argenta comienza de nuevo en la España de la posguerra su carrera, una carrera que está tentado otra vez a abandonar por las dificultades económicas. En el año 45 tiene tan solo treinta y dos años, mujer y cuatro hijos, y pocos a su edad han vivido lo que él.

Gana por oposición la plaza de pianista de la Orquesta Nacional de España y, al mismo tiempo, crea la Orquesta de Radio Nacional con la que inicia su carrera como director de orquesta, asombrando a todos desde el principio por sus increíbles dotes. Esa pequeña pero espléndida Orquesta trabaja para la Radio casi a diario, dando multitud de conciertos en un año, aunque al final se disuelve al negarse Argenta a colaborar en una depuración política de los miembros de la orquesta. De todas formas la experiencia que ha adquirido como director ya es muy valiosa.

Gracias al apoyo del Marqués de Bolarque logra crear entonces la Orquesta de Cámara de Madrid, con la que continúa su carrera directoral dando conciertos por toda España.

En 1947 es nombrado director titular de la Orquesta Nacional de España y al año siguiente hace su debut internacional al frente de la Sinfónica de Londres, con José Iturbi al piano y ante más de diez mil enfervorizados espectadores.
En tan sólo diez años logra ser uno de los más prestigiosos directores y sin necesidad de dirigir en los Estados Unidos de América. Es considerado junto a Karajan, Celibidache o Bernstein uno de los grandes de la dirección, llamados a suceder a los Toscanini, Furtwaengler o Beecham. El todavía joven Argenta es un ídolo en ciudades como París, Ginebra o Viena, y no hay orquesta europea, por importante que sea, que no conozca su batuta.

Pero al contrario de lo que pudiera parecer, tampoco esos diez años estuvieron exentos de adversidades, como pudieron ser el ataque feroz de una tuberculosis intestinal que le retiró del podium durante seis meses y le acercó a la muerte; o el no menos feroz ataque de unos cuantos personajes de la época, acusándole de “rojo” por sus declaraciones a un periódico al hablar del atraso que sufría el mundo de la composición en España debido a nuestro aislamiento internacional.

Argenta supera ese disgusto que le hizo pensar seriamente en el exilio, y supera también su enfermedad. Se encuentra mejor que nunca y ve como el futuro le sonríe. Le llueven las ofertas, como por ejemplo una gira por los Estados Unidos de América con la orquesta de la Suisse Romande, que le había ofrecido la titularidad; o grabaciones sinfónicas que no llegó a realizar, como las cuatro Sinfonías de Brahms con la Filarmónica de Viena, o las de Beethoven con la Filarmónica de Israel. El destino, seguramente no sabiendo ya qué hacer para evitar su éxito, termina con él de una manera estúpida.

En una nevada noche del 21 de enero de 1958, Argenta arranca su coche en el pequeño garaje de su chalet de Los Molinos, en la sierra madrileña, y al abrir descuidadamente al mismo tiempo la calefacción, ésta introdujo en el interior del vehículo el monóxido de carbono producido por el motor, de manera que, en pocos segundos, el destino logró lo que no había logrado por otros mil medios a lo largo de esos cuarenta y cuatro años de vida de uno de los más grandes genios de la dirección del siglo XX, de uno de los directores más preparados y atractivos tanto física como emocionalmente, y de personalidad más arrebatadora, que ha dado la historia de la música, capaz de dirigir de la manera más brillante lo mismo un género tan español como la Zarzuela, que la música de Brahms, Schumann, Stravinsky o Schoemberg.



Comentarios

Entradas populares de este blog

micanciondemisemana - ROSENDO - FLOJOS DE PANTALON

miportadademisemana - PINK FLOYD "The dark side of the moon" 1973

Capítulo 3. FRASES ESCONDIDAS EN CANCIONES. Hoy... IVÁN FERREIRO