Coleccionando vinilos - 23 - THE CURE - "Disintegration" (1989) 2LP
Qué decir de The Cure, que además, no se cuando publicaré esta entrada, pero habré cumplido o estaré a punto de cumplir uno de mis sueños musicales. Ver a The Cure en directo.
Tengo todos sus discos originales, en cd, aprovechando esas ofertas del Fnac, pero sin duda al disco que tengo un especial cariño es a DISINTEGRATION, que es él único que tengo en vinilo, en esta gran edición en doble LP.
Me gustaba la banda, sus videoclips, su imagen,.... pero sin llegar a decir "quiero un disco de The Cure" o nombrarles cuando me preguntaban por mis grupos favoritos.
Todo este amor por The Cure fue surgiendo progresivamente y ha estallado hace poco cuando supe que por fin les vería en directo.
Me empezó a llamar un poco más la atención cuando leyendo críticas sobre "Una semana en el motor de un autobús" de Los Planetas, leí una frase que se me quedó grabada "Con este disco, Los Planetas ya tienen su DISINTEGRATION particular".
Y es que el sonido atmosférico, denso, gótico de The Cure en este disco se eleva a su máxima expresión. Es una verdadera maravilla de pop melancólico, oscuro.
Pero vamos, mejor que yo, la cuentan más abajo la gente de hipersonica y de wikipedia.
Os dejo con el tracklist y unos interesantes reportajes de THE CURE, uno de los 10 mejores grupos de todos los tiempos.
Lista de canciones:
Disco 1
1. Plainsong
2. Pictures Of You
3. Closedown
4. Lovesong
5. Last Dance
6. Lullaby
7. Fascination Street
Disco 2
1. Prayers For Rain
2. The Same Deep Water As You
3. Untitled
4. Disintegration
5. Homesick
6. Untitled
Créditos
The Cure
·
Laurence
Tolhurst - Otros
instrumentos —se acreditó a Lol Tolhurst aunque, a excepción de la canción
«Homesick», no estuviera envuelto en la producción del álbum—33
|
Producción
·
Ingenieros de
Sonido - Dave Allen, Robert Smith
·
Ingenieros asistentes - Richard Sullivan —Outside—,
Roy Spong —Rak—
·
Arte por: Parched Art —Paul Stephen "Porl"
Thompson y Andy Vella—
·
Agradecimientos a: Richard —tricky 2— Flynn, Trace,
Fliss, Buffy, Sandra, Chloe, Raffingtons, Jack & Rita Frankish —Outside—
y a Hugh, Smudger, Darren y Dan —de RAK—. Gracias también a: Bill, Ita,
Marian, Sue, Linda, Janie, Bruno, Teddy, Nick, Christine, Miriam, Arun &
Cynde en los Chainsaw Arms. Gracias
especiales a: La paz.
|
Os dejo con la primera parte del extenso reportaje que les dedica wikipedia, totalmente recomendable:
Disintegration —en español: Desintegración— es el octavo
álbum de estudio de la banda británica de rock alternativo The
Cure, lanzado el 2 de mayo de 1989.1 Fue publicado por Fiction
Records y se
lanzaron cuatro sencillos del disco: «Lullaby»5 , «Fascination Street»5 , «Lovesong»6 y «Pictures
of You»7 .
El disco marcó un retorno a la
estética gótica tanto por temática como por composición.
Pese a su posterior éxito comercial Elektra
Records, la antigua discográfica de The Cure en Norteamérica, le
advirtió en las primeras mezclas del álbum a Robert
Smith que
estaba cometiendo su «suicidio comercial».8 Disintegration también supuso el despido de Laurence
Tolhurst y su
reemplazo oficial por Roger
O'Donnell. Tolhurst, uno de los co-fundadores de la banda, tenía
problemas de alcoholismo y dificultades para adaptarse en el rol de teclista.9 Además, Disintegration fue el álbum con el que Robert Smith
logró su maduración como artista.10
El álbum confirió una enorme
popularidad a la banda de Smith gracias, en parte, a la enorme difusión que
tuvieron por la cadena MTV los vídeos
musicales de los
sencillos, filmados por el realizador Tim
Pope.11 El más famoso de ellos fue el de «Lullaby»,
número cinco en las listas inglesas de éxitos y sencillo más exitoso de The
Cure en su país de origen a lo largo de toda su carrera musical.12 La mitad de las canciones del disco
superaron la habitual duración media de las canciones pop de tres minutos por voluntad creativa de Robert Smith. Para
su promoción, se realizó una gira mundial titulada The Prayer Tour durante dos
momentos: la manga europea y la americana.13
Disintegration fue el disco más exitoso de la banda hasta
ese momento al posicionarse en el número doce en la lista alternativa americana de éxitos y en el número tres en las británicas.14 12 Posteriormente, fue considerado por
críticos musicales especializados como la obra maestra de The Cure.15 16 17 La revista musical Rolling
Stone posicionó
el álbum en el número 326 de su lista de Los 500
mejores álbumes de todos los tiempos18 y puso en el número 278 la canción «Pictures
of You» en su lista de Las 500
mejores canciones de la historia.19 En el 2015, las ventas de Disintegration alcanzaron las 3 millones de copias
alrededor del mundo.4
Disintegration se tocó íntegro en directo trece años tras
su publicación durante dos conciertos titulados The
Cure: trilogy y
editados posteriormente en formato audiovisual. El disco se interpretó junto a Pornography y Bloodflowers, tres
de los álbumes icónicos considerados por la propia banda.20
una crítica fan de la mano de hipersónica. Lo catalogan como "el disco perfecto".
The Cure: Disintegration
Con
algunos discos cualquier cronista corre el peligro de sumar hipérboles y
exageraciones varias. Disintegration es de
ésos. Para mí y para muchos, la obra maestra de los Cure. Es, además, todo un
plante en su carrera: después de varios discos buscando nuevos sonidos,
apostando por el eclecticismo, confiando en el poder de los hits, Robert Smith
se planta y regresa a los sonidos oscuros, en clave baja y plagados de lentitud
de su “trilogía siniestra”.
No sólo
se planta él: el disco en sí es todo un monumento a la derrota amorosa, al
adiós, a la ruptura. Las canciones se llenan de recuerdos y a lo largo de sus
mil recovecos (excepto ‘Lovesong‘
todas pasan de los 4 minutos) The Cure desparraman frases y sonidos con la
melancolía como hilo conductor.
Disintegration no es sólo uno de los discos más alabados de la
carrera de The Cure, sino, posiblemente, el más imprescindible de todos. Con
singles suicidas y una imagen oscurísima, consiguió llegar a más gente que
nunca. Que un disco tan triste y malherido como éste llegase al 12 en la lista
de discos más vendidos elaborada por Billboard es uno de esos pequeños milagros
que ocurren en la música de vez en cuando.
Disintegration:
al límite de los detalles (grises)
Como en Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me, The Cure vuelven a
aprovechar al máximo la capacidad del CD. Las ambiciones de Smith se traducen
en canciones larguísimas, done la épica está diluida en una cadencia suave, en
paisajes sonoros ricos pero nunca exhibicionistas. Robert
Smith no quiere
hacer himnos (aunque le salgan varias canciones que sí lo son), y la banda se
emplea a fondo: los patrones rítmicos son exageradamente detallistas y
complejos, los teclados brillan en todo su esplendor, las guitarras se
superponen unas a otras sin que haya posibilidad de diferenciarlas y las líneas
del bajo no se arrastran, sino que agarran al oyente para guiarlo por todo el
disco. The Cure en Disintegration estallan, como cantan Los Planetas, en
“colores aún por inventar”, aunque adscritos todos a la trama de grises y
marrones.
Hay quien dice que Disintegration es un gran capítulo de dreampop,
pero yo lo dudo: su ambiente es demasiado claustrofóbico, su dolor por lo
perdido demasiado intenso. Que Robert Smith no dramatice no transforma el disco
en un sueño, porque la sensación final no es precisamente dulce, aunque tampoco
apunte maneras de pesadilla.
‘Plainsong‘
abre el disco y lo emparenta directamente con ‘Atmosphere‘, de Joy Division. Como allí, el
inicio de Disintegration es una canción llena de magia real, de la que se puede
tocar. Emotiva hasta la extenuación, con chispas de teclados prendiendo cada
segundo, es toda una declaración de principios: la voz de Robert Smith, como
todos los instrumentos se pierde en el eco, como si estuviera cantada en medio
de una pradera azotada por el viento. Como si estuviéramos al borde del fin del
mundo. On the edge of the world, claro.
Pictures
of You,
escogida como cuarto single, es una de las más carismáticas del disco. Siete
minutos de largo desarrollo, que mantienen el mismo toque etéreo de Plainsong y
contienen una de las letras más emotivas del disco, con esas “fotos tuyas”
sirviendo a Robert Smith para lo mismo que la magdalena le sirvió a Proust:
como simple instrumento del recuerdo.
Como para
el escritor francés, estilo es para Robert Smith una forma de ver el mundo: no
es que los Cure de Disintegration toquen canciones tristes, sino que su
realidad era así. If only I could fill my heart
with love… susurra el cantante en Closedown y no suena a simple deseo puesto en
canción pop, sino a la realidad vital de un músico con el corazón partido,
incluso en lo profesional (su banda volvía a estar al borde de la disolución).
He dicho
antes que Disintegration es un disco de singles suicidas, pero hay dos
excepciones. La primera es ‘Lovesong‘,
la cuarta canción del disco: pop encantador de letra simple y eterna (Whenever I’m alone with you /
You make me feel like I am home again), estribillo acogedor (However far away / I will always love you / However long I stay /
I will always love you / Whatever words I say / I will always love you) y una instrumentación
radiante (con esos teclados en los que el Sr. Chinarro se ha mirado en no pocas
ocasiones).
“Pensaban que estaba siendo deliberadamente oscuro, una frase
literal de la carta que recibí de ellos. Desde ese mismo momento me di cuenta
de que las discográficas no tenían ni puta idea de lo que The Cure hacían y de
lo que The Cure significaban”. (Robert Smith al respecto de la opinión de
Elektra sobre el disco)
Una
nana para atarlos a todos en las tinieblas
‘Last Dance‘, como ‘The Same Deep Water As You‘,
aporta cohesión al disco aunque no son canciones que resalten demasiado en
escuchas sucesivas. Ahí la que nunca falla es ‘Lullaby ‘, el segundo hit claro de Disintegration
y un tema a la que el paso de los año ha otorgado cierto halo mítico, casi
tanto como a su vídeo. Si en el futuro hubiese que explicar por qué en los años
80 el póster de Robert Smith estuvo en las habitaciones de medio mundo, lo más
lógico sería recomendar a quien hiciese la pregunta que se viese el clip de ‘Lullaby‘.
Tras ella
llega ‘Fascination Street‘,
el primer sencillo extraído del disco. No sólo posee una intro casi perfecta,
sino que hace gala de una intensidad a prueba de escuchas. La perfecta
producción de todo el disco brilla aquí como pocas veces, con el reverb
acompañando a las guitarras mientras bajo y batería suenan libre de ecos. Épica
de dormitorio, psicodelia oscurísima, ‘Fascination Street’ es una canción que
no se puede compartir: se disfruta mejor en la intimidad, incluso cuando vas a
los conciertos del grupo. Si existe una categoría llamada “canciones para
escuchar con los ojos cerrados”, ‘Fascination
Street’ pertenece
a ella.
El
contraste con ‘Prayers
for Rain‘, lo más hondo que The Cure llegaron a caer en este
disco, es tremendo y por ello aún hace más valiosa esa siguiente canción
desolada, con Smith en plan extremo: I suffocate, I breathe in dirt
and nowhere shines. A esas alturas del disco, poca luz llega al universo de la
banda.
Otra de
las míticas es la que da nombre al disco y que podría valer para capturar todo
el espíritu del álbum. Pese a sus más de ocho minutos, Disintegration no es un ladrillo, ni siquiera se
acerca al rock progresivo. Tiene un desarrollo pop, tremendamente accesible,
pero se alarga a lo largo del tiempo sin llegar a cansar, gracias al estupendo
dibujo del bajo de Simon Gallup y a la batería marcial y matemática de Boris
Williams. Con Robert Smith capturando imágenes afortunadas en
la letra y cantando con más intensidad a cada segundo que pasa, todo el tema es
un largo crescendo que no quiere ir de tal, pero que acaba estallando en un
final grandioso. ¿La mejor canción de The Cure?
El cierre
del disco, con la caricia tierna de ‘Homesick ‘ y el
aire fresco de ‘Untitled‘,
deja al oyente con una sensación inaudita para un disco de estas
características. Pese a que Robert Smith nos ha estado guiando por algunos de
los lugares más golpeados de su alma, pese a que nos ha contado cómo puede
doler un adiós, el final del disco abre la puerta a la esperanza.
Atrás
quedan minutos y minutos de música abigarrada, especialmente gracias a los
brillantes seis minutos de la canción sin título. Ahora, aun con Smith cantando
que el tiempo de lo nuestro ha pasado, aun entonando estrofas tan punzantes
como I’ll never lose this pain /
Never dream of you again, Disintegration ya no duele: sólo emociona, deja con los ojos
encharcados y con la necesidad de volverlo a disfrutar de nuevo.
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