YO LA TENGO, Madrid 5 de marzo 2013, La Riviera. EL NOISE POP ME ROBÓ EL CORAZÓN.


Yo La Tengo.
Madrid. 5 de marzo de 2013
La Riviera.

En pocos conciertos he estado donde encontrase un público tan respetuoso con el grupo como el que presencié el pasado martes 5 de marzo en la Riviera.
Yo la Tengo comenzaron la gira europea presentando "Fade" (2013) en Portugal, luego el 4 de marzo actuaron en Santiago de Compostela.
Con este pequeño rodaje, recalaron en Madrid, pero cuando eres un gran músico y gran profesional, eso no es un impedimento.

En caliente, esa noche y el día siguiente, el comentario unánime era de "Maravilloso, uno de los mejores conciertos que he visto". Y eso suele pasar cuando ves un concierto, pero lo curioso es que una semana después aún esté pensando que lo vivido el martes fue una de esas noches llenas de magia que cuesta tiempo volver a encontrar.


Tras anunciarse en el ticket de entrada la existencia de teloneros, la realidad era que la sala a las 20:15 estaba casi vacía y no había teloneros por ningún lado (al parecer se anunció por twitter por la tarde esta novedad).
Una pena, pues siempre me gusta "calentar" motores.

Pero después del concierto, puedo decir que fue un acierto, ya que se hubiera visto alterada la magia del concierto de los Yo la Tengo.
Puntuales, a las 21:04, aparecieron timidamente en la Riviera Ira, Georgia y James, para llevar a cabo la primera parte de su concierto dividido en tres actos.
En el primero de ellos, los tres se situaron en un primer plano, haciendo que unos infantiles árboles simulando a su portada de "Fade", empequeñecieran el escenario. Todo tan íntimo y tan cercano.
Asi comenzaba su parte acústica, que nos emocionó durante 50 minutos. Con un "Ohm" surrurante como primera canción (de "Fade" pero ya un clásico en su repertorio), los de Hoboken se iban intercambiando posiciones, instrumentos y voces para ir interpretando joyas de su extenso repertorio.

Algunas de su último disco como "Cornelia and Jane", "two trains" o "I´ll be around", que demuestran la calidad de este y de lo bien que ha sido acogido por sus fans. Pero también clásicos como "Season of the Shark" y "Black Flowers".

La calidad del sonido era espectacular, y el cuidado del grupo en sonar perfecto hacía que cambiasen de guitarra en cada canción para que un ayudante que no descansó un minuto, se la pusiera a punto para la siguiente canción.
En este acto, el público ayudó a que el ambiente fuera el ideal, silencioso durante la canción y rompiendo a aplaudir al final de la misma (o en un ataque de emoción cuando esta aún no había terminado).

La voz de Ira Kaplan sonaba susurrante, la Georgia era bella como pocas voces femeninas, y James en las pocas que cantó demostró que tiene calidad vocal de sobra y su tono de voz más elevado que el de sus compañeros era un contrapunto ideal para que esta parte del concierto no pecara de monótona.
Y es que la habilidad o experiencia de Yo la Tengo, hizo que estos 50 minutos se convirtieran en algo hipnótico, mágico que concluyó con la romántica "Nowhere Near", con unos leves toques de electricidad que anunciaban el segundo acto.


De 22:00 a 22:25h hubo un "largo" descanso para que se reorganizase el escenario colocándoles los árboles al fondo, y desmontando la batería que estaba en primera fila.
A veces las cosas pasan por algo, y ese descanso coincidió "casualmente" con el final del partido que se jugaba esa misma noche entre Manchester United y Real Madrid.
Y aunque el 99% de los que estábamos allí preferíamos ver a Yo la Tengo que el partido de fútbol en la tele, también es cierto que muchos aprovecharon en ese descanso para informarse vía móvil del resultado del partido.

Y tras ver como el Madrid, ganaba y se clasificaba, casualmente se apagaron las luces y comenzaba el intenso, ruidista y eléctrico segundo acto.
Una hora con los Yo la Tengo más noise rock, muy cercanos a mis adorados Sonic Youth y a Pixies entre otros clásicos del noise.
Y aunque los ojos se te iban hacía Ira Kaplan, quiero romper una lanza en favor de Georgia, que en la bateria estuvo pletórica sobre todo en esos bucles que se alargan y se alargan....
Y también la labor en la sombra de James McNew, con guitarras, bajos, teclados, maracas..... daba la instrumentación de apoyo precisa para que el disfrute fuera completo.
Como en el primer acto, tiraron mucho de "Fade", su último disco, comprobando que no solo han sacado un disco para poder salir de gira, sino que están orgullosos de sus composiciones y más de la mitad de los temas sonaron en esta noche madrileña.
Comenzaron con la hipónitca "Stupid Things", y fueron cayendo temas y temas entre ataques de electricidad y distorsión, jugando Ira con sus guitarras como si de Lee Ranaldo se tratase.
No muy dados a cantar un hit tras otro, solo afrontaron "Sugarcube" dejando para otra noche "Tom Courtenay".
"Moby Octopad", "Before we run", "Is that enough", etc, etc... hasta llegar al momentazo de la noche.

Volvió a sonar "Ohm" pero en su vertiente más eléctrica, épica y progresiva, como si en sus 10 minutos de duración fuese como un mantra que se repite una y otra vez hasta llegar a algún estado de inconsciencia voluntaria.
Hubiera sido un gran final, comenzar y terminar con la misma canción. Pero el grupo se tenía un as en la manga, y sonó "Pass the hatchet, I think i´m goodkind", y el público no podía articular palabra, todos con una sonrisa en la boca nos mirábamos sin decirnos nada.
15 minutos en bucle sonoro in crescendo, para que Ira se retorciese con su guitarra sacándola sonidos imposibles acercándola a los amplificadores, y moviéndola de un lado a otro.
El éxtasis total.
Fin del segundo acto.
Todos eramos un poco más felices que antes del concierto.


La tercera parte del acto, comenzó rapidamente, sin tiempo a enfriarnos y era el momento de afrontar sus famosas versiones. Comenzaron con "Let´s compromise" recordando que la tocaron en Madrid en su primera visita hace 24 años y que pedían disculpas anticipadas ya que hacía mucho que no la tocaban.
En esta tercera parte del concierto, se notaba que había improvisación viendo como hablaban entre ellos como diciendo "¿y ahora cual tocamos?". Kinks, Velvet Underground y Devo fueron algunos de los versionados, que sirivieron para rebajar la tensión del segundo acto.
El fin del concierto llegaba pero Yo la tengo, volvió para regalarnos una íntima y emotiva "What Can I Say" con los teclados y la voz de Georgia Hubley, ayudada levemente por las guitarras de Ira, James y un colaborador accidental de su equipo que se animó a dar cuatro toquecitos al teclado.

Increible como un grupo que lleva 30 años en activo tiene esa actitud de agradecimiento, de disfrutar encima del escenario sin posturitas, ni sensación de falsedad.
Una gente sincera, que tras terminar se ocuparon de firmar ejemplares de los discos en el puesto de merchandising.

Era imposible destacar un momento del concierto por encima del otro. Al igual que era imposible quitar una parte del mismo. Todo lo ocurrido desde las 21:00 a las 00:00 fue perfecto.
Pero como siempre pasa con las crónicas de los conciertos, solo lo podrán entender los que allí estuvieron.

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