miportadademisemana - SAVAGES "Silence yourself"


Ya tenemos "the next big thing" para 2013.
Si se acuerdan, en mi entrada del lunes sobre "Encuentro", el nuevo disco de Soleá Morente y Los Evangelistas, decía que me molestaba como muchos periodistas o pseudoperiodistas les encantaba criticar las nuevas obras de artistas consagrados. A veces con razón y a veces sin ella. Pero queda más "guay" ser así.
Pues lo mismo pasa con los grupos noveles. Con las prisas de ver quien es el primero que habla de este o aquel grupo nuevo y apuntarse el tanto, se les cuelan verdaderos bodrios musicales.

Pero parece que SAVAGES, no es uno de ellos. Si disco "SILENCE YOURSELF", está recibiendo críticas positivas por todos los lados. Han sorprendido a todos estas 4 chicas con un sonido guitarrero sin olvidar la melodia.
Y como lo primero que ves es la portada, se han marcado una espectacular portada en blanco y negro e incluye un poema, algo no muy habitual en las portadas de música.
 Dice entre otras cosas:
 "Si el mundo cerrara la boca/incluso por un momento/quizás/empezaríamos a escuchar/el ritmo distante/de una cabreada canción juvenil/y nos recompondríamos".


Les dejo con una excelente crítica del disco que he encontado.
Que bien escribe la gente, cuanto tengo que aprender.



extraido de bsides.com

Dicen que el mundo era silencioso. Dicen que ahora hay mucho ruido. Dicen que eso es una distracción constante. Que no podemos ser conscientes de lo que realmente somos. Dicen que hay que descomponerlo todo para volverlo a rearmar. Dicen que hay que guardar silencio para encontrarnos a nosotros mismos. Piden que nos callemos. Piden que se apaguen los teléfonos en un concierto. Y a cambio nos ofrecen un disco de debut en forma de cañonazo. Una orgía de ruido y electricidad. Estas cuatro chicas son Savages, la nueva gran estrella de la escena londinense, y acaban de lanzar su primer largo: Silence Yourself.


Y digo dicen, porque con todo el descaro del mundo, no solamente publican manifiestos y declaraciones de principios en su web y medios sociales de difusión -no todos originales suyos-, sino que incluso incluyen su perorata en la portada del disco. No se les puede negar que así de entrada, arrestos, atrevimiento, coraje y descaro no les falta. Se le puede llamar grandilocuencia y hasta soberbia, pero qué demonios, en estos tiempos hacen falta estas cosas y gente que venga a sacudirnos, aunque sea a bofetones sonoros. También lo dicen: pretenden con su música explotar nuevas vías de comunicación, darle una vuelta de tuerca más a la forma de experimentar la música, atizar conciencias y poner a la gente en la senda de hacer las paces entre el yo físico y el emocional (sic), una relación enterrada tiempo atrás por el vértigo de la vida moderna, y así poder avanzar hacia una vida plena. Ni más ni menos.

Y de forma paradójica su propuesta choca frontalmente con esa llamada al silencio. Silence Yourself es una vorágine de ruido. Pero además la supuesta exploración de nuevas vías de expresión musical no tienen demasiado de nuevo. Savages ejecutan algo encuadrable en la mejor esencia del post-punk más rabioso, furioso, agresivo y con olor a cerveza rancia. Y además lo adornan con ruidos cavernosos extraídos de las guitarras, proximidades a la distorsión, enjambres de murciélagos y bichos nocturnos, al mejor estilo de un pre-gothic rock bauhasiano o de flirteos con el death rock. No es suficiente. Jehnny Beth puede presumir de ser la voz que mejor ha captado (e imitado, porqué no decirlo), el estilo de cantar de uno de los grandes iconos del rock británico de las últimas décadas, de la que fuera un día reina del punk londinense y posteriormente diva de la escena oscura: Siouxsie Sioux. Y como las líneas de influencia están ahí, pese al paso del tiempo, habrá quien se acuerde de una primeriza PJ Harvey e incluso de los Yeah Yeah Yeahs. Nada importa. Se pueden buscar incongruencias y discutir sobre ellas. Porque cumpla o no con los principios enunciados, Silence Yourself es toda una experiencia que es imposible que a mi me lleve a la indiferencia.

Es un disco brutal que genera atmósferas como pocas veces se han visto en los últimos tiempos. Es capaz de ir del desasosiego a la sensualidad, de la oscuridad más recóndita a la emoción a flor de piel, de la asfixia vital a la furia desatada, de lo conceptual a lo más tangible, del ritmo psicótico a la lucidez más clara. Es un viaje a través de estilos dilatados en el tiempo solapados hoy. Cabe todo lo que hemos dicho, igual que entran minimalismos (Dead Nature), experimentos cercanos al cabaret gótico (Marshal Dear), o teatralismos que en su dramaturgia sonora casi alcanzan el paroxismo (Waiting For A Sign). Savages se han puesto mucho más duras que lo que su single del año pasado (Flying To Berlin) aventuraba. No admiten concesiones y lanzan puñaladas con cada estrofa y con cada acorde. Canciones breves (no siempre), títulos escuetos, mensajes telegrafiados, estribillos cortos repetidos hasta el infinito, para que se nos graben a fuego en la cabeza. Un puñado de temas inapelables desde cualquiera de los muchos ángulos que atesoran.

La absoluta falta de banalidad y la agresividad que escupen los altavoces con Silence Yourself sonando, parecen haber impactado a la prensa británica. Desde el principio unas cuantas plumas se han fijado en ellas, y esperaban el disco con fervor. Leí a un joven redactor que viéndolas en directo, uno podía figurarse el impacto que tuvo que suponer a los jóvenes de aquella época ver a los Banshees por primera vez. Estoy muy de acuerdo, y no he tenido el gusto. Me ha bastado con Silence Yourself. Así que aquí están: Jehnny Beth, Gemma Thompson, Aysse Hassan y Fay Milton. Dispuestas a prender fuego al escenario. Mascando espinas. Arrojándote a la cara la rebeldía y la presuntuosidad que DEBE tener la juventud en tiempos de planicie y adormecimiento. Son Savages.

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